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Sunday, February 26, 2006

Ecos del Sheratonazo (IV)

Ecos del Sheratonazo (IV)

2006-02-26

¡Oye compadre! Por lo que veo te ha gustado esta pachanga de los mails
pa’llá y pa’cá. Quiero

pensar que no se trata de masoquismo ni de morbo. Te agradezco la
invitación para contactar con tu conocido Kirby Jones, pero declino. No
voy a dar pie a que me tilden de “tratar con políticos de la potencia
enemiga”, ja, ja, ja, como le endilgaron a los poetas del nefasto marzo
2003, o el cartelito de agente CIA o agente Juana.

Ante todo, me doy cuenta del esfuerzo y tiempo que dedicas a este
empeño. Que alguien con tu biografía (de la que ya hablaste en la
anterior) y múltiples ocupaciones, se esmere en este asunto, es de
tomarse en cuenta. Sería cuestión de que revisáramos palabra a palabra,
cosa que sólo por ti haría, pero no me recuerdo defensor de la Ley Helms
Burton. ¿no te habrás confundido de interlocutor?

Lo que sí tengo claro es el reproche que te hago de centrarse en eso sin
observar conductas semejantes de parte de La Habana. Si te autodenominas
de centro izquierda, ahí se te fue la musa hacia la derecha, es decir,
hacia la implacable defensa de la dictadura. Te pongo un ejemplo. En
esta semana el gobierno de EEUU no le permitió viajar a una dirigente
cocalera boliviana, desapruebo eso. Todos los centroizquierdistas e
izquierdistas sin centro, se apuraron a condenarlo.

Pero ninguno dijo ni pío sobre el escritor argentino al que sí le
otorgaron visa en el consulado de Cuba en Buenos Aires y lo mandaron de
regreso en el mismo avión en el que llegó a Boyeros, sin la más mínima
explicación. Todo parece indicar que su libro prologado por Carlos
Alberto Montaner, liberal demócrata (eso me suena a centro izquierda),
les encabronó. Tengo serias dudas de que México se oponga a la Ley Helms
Burton desde el siglo XIX. Creo que ni el senador republicano Jesse
Helms, ni el representante demócrata Dan Burton habían nacido entonces.
Creo que fue Clinton, ni siquiera un republicano, quien la firmó por fin
en marzo de 1996, después de muchas discusiones.

No la defiendo “a capa y espada”, pero no por las razones que tú la
condenas, sino por otras dos: Primero, porque su supuesto de promover
las ideas democráticas en Cuba, son un rotundo fiasco. Segundo, porque
le ha dado excusa al régimen para endurecerse (cosa que haría de
cualquier manera, pero la bandeja de plata se la sirve el embargo y la
susodicha). En resumen, te lo digo más claro: Yo Condeno la Ley
Helmsburton por Inútil .

No me extenderé en el orgullo mexicano al que apelas. Sea suficiente que
mencione mi inconformidad con empalmar a Juárez con Porfirio y a
Hidalgo con Cárdenas en la misma calidad histórica. Tampoco es para
añorar la Doctrina Estrada, pertinente en tiempos de bipolaridad y
“Guerra fría”, pero completamente anacrónica en un mundo que cambió
sustancialmente, y en el que México requiere de más protagonismo en la
arena internacional.

El que te escribe, Rafael Pinto, es remesista consuetudinario y no me da
ninguna vergüenza decir que le mando el billete a mi madre con toda
puntualidad y amor. Soy consciente de que al hacerlo formo parte del
sostén del gobierno cubano. Pero hasta el día de hoy, me importa más
asegurarme de que viva Elvia, que preocuparme porque se muera Castro.
Eso es todo. Ni siquiera sería apropiado que me llame anti-castrista,
más bien este deporte consiste en oponerme a sus defensores. Quizás por
eso no me permitan entrar a Cuba la próxima vez que lo intente, pero no
será demasiada frustración.

Te deseo una excelente noche con tu favorita Coca-cola Light. Yo sigo
aquí, en esta aldea veracruzana, extrañando la malta Hatuey.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=4625

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