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Sunday, January 18, 2015

El lineamiento que falta

El lineamiento que falta
REINALDO ESCOBAR, La Habana | Enero 16, 2015

Después de tantos años de estar demandando el fin del bloqueo
norteamericano, el Gobierno cubano descubre que no estaba preparado ni
siquiera para las primeras flexibilizaciones que con inusitada agilidad
ha implementado el vecino del norte. Resulta que todo el andamiaje
precisado en los 313 lineamientos acordados en el sexto Congreso del
Partido Comunista, resulta insuficiente por no decir entorpecedor ante
las perspectivas que se vislumbran.

Quizás la más notoria incongruencia entre las aperturas norteamericanas
y la cerrazón burocrática cubana se encuentra en lo relacionado con el
envío de remesas para el desarrollo de iniciativas privadas, incluyendo
pequeños agricultores, lo cual será autorizado por los estadounidenses
sin limitaciones. Del lado de acá la puesta en práctica de esa medida
podría interpretarse como una violación de las regulaciones de la ley de
inversiones extranjeras, que restringe la entrada de dinero con fines de
gestionar empresas a personas jurídicas, o sea, entidades del Estado o
autorizadas por él. Ni hablar de lo que significa recibir dinero para
proyectos humanitarios o el apoyo al pueblo cubano a través de
actividades de organizaciones de derechos humanos.

Entre las ventajas que podrían encontrar dificultades para aplicarse
plenamente a causa de las restricciones ideológicas impuestas en la
Isla, se encuentra el acceso a Internet. Hace una década la red de redes
era vista en el país como algo de ciencia ficción, pero ahora hay una
generación que sabe de qué se trata y se da cuenta de lo que se está
perdiendo por no estar conectado. La nueva licencia general de la
Oficina de Control de Bienes Extranjeros facilita el establecimiento de
instalaciones comerciales de telecomunicaciones y autoriza servicios
adicionales relacionados con la comunicación a través de Internet. A
partir de esa decisión ya no será posible echarle la culpa al "criminal
bloqueo imperialista" de las limitaciones existentes y habrá que elegir
entre aceptar el libre flujo de información o mostrar sin máscara la
cara represiva de las prohibiciones.

Se maneja la hipótesis de que pudiera producirse una especie de
operación reciclaje en la que elementos de la estructura militar y de
otras esferas que resulten confiables asumirían el rol de "emprendedores
privados autorizados". Entonces, a través de un entramado de relaciones,
los fondos irían a parar a la cúpula gobernante. La falla de esta idea
es que tendría que haber alguien del otro lado dispuesto a ofrecer
financiamiento a un desconocido y eso parece poco probable.

El Gobierno cubano ha mostrado una habilidad especial en generar
eufemismos que enmascaran la realidad. Los desempleados son
"disponibles" y los privados se denominan "sector no estatal de la
economía", pero la aceptación plena de la propiedad privada sobre los
medios de producción requiere un esfuerzo lingüístico tremendo para
encontrar una nueva denominación. Por la simple razón de que los
privados obtengan una vía para empoderarse y crecer, el sistema de
planificación socialista verá amenazado su rol de ser la vía principal
de la economía nacional. El mastodóntico modo de producción estatal,
desprovisto de la inyección de capitales con que podría contar el sector
privado, no podría competir.

El otro factor de riesgo para el Gobierno cubano será la entrada de
norteamericanos a Cuba. Aún cuando formalmente se mantiene la
restricción de venir como turista, las nuevas permisibilidades son tan
amplias que puede preverse una avalancha incontrolable. El apetito de
comunicación y de propinas estará a su máximo nivel. Paladares, casas
particulares, músicos callejeros y jineteros de toda especie harán su
agosto y con toda seguridad les dará lo mismo recibir dólares que pesos
convertibles.

Ante cada una de las nuevas medidas el dilema es el mismo. Hacer el vano
intento de controlar, para mantener la rigidez de que se cumpla lo
establecido, o dejar hacer a cada cual lo que le parezca y que la
prosperidad sea una meta individual y no un programa planificado. El que
conozca la naturaleza escurridiza y cimarrona de este pueblo sabe que
será muy difícil ponerle freno interno al tremendo impacto que se avecina.

¿Habrá que esperar acaso a que se realice el VII Congreso del Partido,
anunciado para el año 2016, para que nuevos y más flexibles lineamientos
pongan al país en sintonía con su nueva realidad? Ojalá que no.

Source: El lineamiento que falta -
http://www.14ymedio.com/opinion/lineamiento-falta_0_1708029197.html

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