Pages

Tuesday, January 13, 2015

Castro y nosotros

Castro y nosotros
OSCAR PEÑA | Miami | 13 Ene 2015 - 8:18 am.

Antes de Castro no éramos un país perfecto, pero su etapa ha sido el más
lamentable accidente de la nación.

Si el propósito de Fidel Castro era quedar marcado en la historia, lo
logró, aunque no de manera ejemplar. La historia de Cuba no podrá dejar
de recoger su larga y tenebrosa etapa. A fin de cuentas, se trata del
cubano más enfermo de ego, poder, obstinación y protagonismo que se
conozca; no sólo vendió ilusiones, sueños y falsas esperanzas a sus
compatriotas, también trascendió las fronteras del país con sus danzas
políticas y espectáculos de hipnotización.

El legado de Fidel Castro es negativo.

Su rol fue dañino para Cuba. Antes de él no éramos un país perfecto
—ninguno lo es—, pero su etapa ha sido el más lamentable accidente de la
nación.

Cuba era uno de los pocos países de nuestro hemisferio que no necesitaba
una revolución extremista. Existían problemas, pero no se agotaron las
vías ciudadanas y civiles para resolverlos. No es difícil concluir y
observar que en estos 56 años —con excepción de establecer la atención
de la salud pública y la educación en todos los rincones del país— Cuba
ha retrocedido.

Más de tres generaciones se han desgastado inútilmente en sacrificios y
sueños rotos. Hasta la vida entregaron pensando que estaban construyendo
un paraíso en la tierra. Tanto nadar para ir llegando hoy a la misma
orilla, pero con el país arruinado y las familias divididas. Cuánto no
desearíamos fuera todo lo contrario. Sólo un irresponsable y una persona
de malos sentimientos desearía tanta frustración de su casa nacional.

En el análisis de la vida de Fidel Castro no se pueden omitir verdades.
El pueblo cubano no está exento de culpas. Por ignorancia, inocencia o
miedo, le brindó a Castro un enorme apoyo. Existe una parte considerable
de cubanos que no tienen conciencia de ello, pero este pasado medio
siglo será una mancha que ninguno de nosotros, tanto en la isla como en
el exilio, podrá tapar ni justificar con el objetivo de ocultar nuestras
fallas ciudadanas.

Desde la generación de la década del 50 hasta hoy, nos dejamos usar —con
acciones u omisiones— como escalón y base para que Castro fijara su
nombre en el Larousse de la Historia. Incluso muchos que lo combatieron,
lo ayudaron debido a torpes acciones.

A Fidel Castro es difícil defenderlo. Hizo de Cuba el pueblo de América
Latina menos apegado a su patria. De un país pequeño, dos millones o más
se han ido y otra cantidad superior lo quiere hacer. Por su parte, los
que se quedan, viven en la apatía.

Los cubanos debemos admitirlo con profundo dolor y sin el más mínimo
regocijo. El día que Castro muera, más que alegría, debemos sentir pena
por nosotros.

Source: Castro y nosotros | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1421018122_12249.html

No comments: