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Thursday, March 16, 2017

La caída estrepitosa de otra bandera

La caída estrepitosa de otra bandera
La eliminación del equipo de pelota cubano en la segunda fase del
Clásico Mundial ha provocado gran consternación y disímiles comentarios
Miércoles, marzo 15, 2017 | Roberto Jesús Quiñones Haces

MIAMI, Estados Unidos.- La eliminación del equipo de pelota cubano en la
segunda fase del Clásico Mundial ha provocado gran consternación y
disímiles comentarios entre muchos guantanameros según pude comprobar en
horas de la mañana de hoy miércoles en la peña deportiva del parque José
Martí de esta ciudad.

Alentados por la resistencia que nuestros peloteros habían hecho a Japón
muchos creían posible el sueño de vencer al equipo de Holanda,
convertido en una pesadilla para nuestros peloteros desde hace más de
una década.

Pero como escribió el poeta "los sueños, sueños son". El resultado ha
sido el corte que los lanzó a bolina e hizo que muchos guantanameros
amanecieran sumidos en la frustración.

Sin embargo este resultado no debió haber asombrado a la fanaticada de
haber tenido en cuenta la crisis que permea al movimiento deportivo
cubano en general y a la pelota en particular.

Cuando años atrás el equipo cubano arrasaba con todos los premios
otorgados por la Asociación Internacional de Beisbol (AIBA) y los
políticos empoderados, directivos del sector y periodistas lanzaban
pestes contra la pelota profesional, muchos olvidaron que los resultados
en dichos torneos no eran un medidor fiel de la calidad de nuestra
pelota y que en esos torneos de aficionados los únicos profesionales
eran los peloteros cubanos, quienes se pasaban el año jugando y
entrenando, y cobraban por ello. Se decía que eran aficionados porque
aparecían en la nómica de algún centro de trabajo, de donde salía su
salario, pero allí nunca iban.

Las primeras señales de alarma llegaron con la Olimpiada de Sydney en el
2000 cuando los profesionales comenzaron a incursionar en los torneos de
pelota. Desde entonces Cuba ha sufrido numerosos fracasos.

Para justificar la debacle algunos alegan que la fuga de peloteros hacia
el beisbol profesional es la principal causante de lo ocurrido. Aunque
diferentes jugadores cubanos expresaron su deseo de integrar el equipo
nacional, según información del periódico Granma del día 2 de marzo del
2017y firmada por Oscar Sánchez Serra, uno de los subdirectores, ello no
pudo ocurrir en este evento debido a que el asunto todavía se estaba
negociando con la dirigencia de la Major League Baseball de EE.UU. Se
rumora que en el Clásico del 2021 podrán hacerlo pero oficialmente no se
ha informado nada al respecto.

Otros alegan que el nivel de la pelota cubana ha bajado debido a la
estructura de la serie nacional, donde en plena contienda ocho equipos
son eliminados y sus integrantes carecen de la posibilidad de continuar
si no son llamados como refuerzos de los equipos que continúan. La serie
nacional cubana ha sufrido innumerables modificaciones en su estructura,
tantas que hoy ni siquiera se pueden determinar los récords, algo tan
importante dentro del beisbol.

No faltan quienes expresan que se eliminó la serie selectiva, un torneo
donde se concentraban los mejores peloteros del país y hay quienes
claman porque el gobierno cubano no abuse financieramente de los
peloteros contratados en otras ligas para que pueda haber más de ellos
jugando en una pelota de mayor calidad sin necesidad de abandonar
definitivamente el país.

Lo cierto es que la pelota, verdadero orgullo nacional y dentro del
movimiento deportivo cubano uno de sus más altos estandartes, está en su
peor momento no sólo por las razones expuestas precedentemente sino
porque Cuba está sufriendo la crisis económica más prolongada de su
historia y el gobierno no le puede asignar los mismos recursos que
antes, ni puede prodigar las mismas atenciones a los jugadores. Tampoco
se quiere aceptar que Cuba no somos el país donde se juega el mejor
beisbol gracias a otra de las geniales ideas del Comandante en Jefe
consistente en eliminar el profesionalismo controlado por entidades
privadas. A la pelota le pasó lo mismo que a todo lo que ha sido puesto
bajo el control del estado.

Ante esa realidad muchos peloteros han descubierto en vez de estar
clamando año tras año por un apartamento, una bicicleta o un auto usado,
es más digno ir a probar suerte en el extranjero, donde quizás no les
regalen nada pero donde sí pueden salir adelante por sus propios medios,
¡y de qué manera!, si tienen talento.

Dedicado a hacer política con la salud, la educación, el deporte y con
todo lo que le rinda dividendos ante la opinión pública, parece que al
castrismo le llegó la hora de entender que los triunfos deportivos son
frutos de la eficiencia económica y aunque no renuncie a la manipulación
que los éxitos le propician tendrá que adoptar métodos más realistas y
acordes con los tiempos que corren. La época de las dádivas soviéticas
terminó hace años y las venezolanas son cada vez más escuálidas.

En tal contexto, quizás a las cada vez más frecuentes frustraciones
deportivas las acompañen pronto las también cada vez más frecuentes
frustraciones ante la calidad de los servicios de salud y educación.

Es cierto que lo obtenido en tales áreas son logros del castrismo, pero
artificiales, porque jamás se han sustentado en la riqueza procedente de
nuestra eficiencia sino en los recursos de otros. Ya cayó de forma
estrepitosa una bandera, veremos qué pasa con las otras.

Source: La caída estrepitosa de otra bandera CubanetCubanet -
https://www.cubanet.org/mas-noticias/la-caida-estrepitosa-de-otra-bandera/

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