El código de Birán
29 Marzo, 2017 3:41 am por Juan Gonzalez Febles
Lawton, La Habana, Juan González, (PD) El mayor daño antropológico hecho
por el castrismo a la nación cubana ha sido la afirmación de una
permanente falta de valores destruidos por la banda armada para así
lograr su entronizamiento permanente en el poder absoluto. Afirmaron
para ello, el constante irrespeto, la displicencia y la falta de
educación que lamentablemente hoy caracteriza a la mayoría de los cubanos.
Para su afirmación en el poder perpetuo, la banda armada a cargo de
gerenciar al régimen militar totalitario impuesto, impuso un nuevo
código conductual, este fue 'El Código de Birán'.
Parte de este código fue hace algunas décadas la promoción de un hecho
acaecido en la antigua Unión Soviética. Este consistió en la delación de
una madre y un padre por parte de un hijo adoctrinado para ello por
aquel Konsomol leninista. Aquella monstruosidad fue ensalzada desde los
medios al servicio del régimen como un acto laudatorio a tenor con el
recién impuesto código.
Hoy por hoy, gracias a la enseñanza gratuita, se escucha a la gente
referirse peyorativamente sobre casi todo. En especial contra los
homosexuales promovidos desde las altas esferas por la realeza biraní,
las mujeres que son explotadas en las empresas del estado, en los
hogares, etc.
Sobre los negros, formó parte en su momento proclamar que estos fueron
librados de la discriminación por el régimen, pero todo fue pura
alharaca propagandística.
Desde el comienzo del castrismo, se ha oído hablar en Cuba de abortos,
legrados e infertilidad. En Cuba, poner fin a una vida humana no nacida
fue un 'derecho". Un derecho justificado desde el "ateísmo científico",
establecido por el Código de Birán. El Código estableció además igualdad
de la mujer. Esta fue la igualdad concebida por quienes promulgaron la
liberación panfletaria de la mujer y la condenaron a explotación
sobredimensionada en la calle, en la casa y en la cama.
En la reconstrucción del hotel Manzana de Gómez, se contrataron 400
trabajadores indios, que de acuerdo con la prensa oficial, rinden cuatro
veces más que los trabajadores nacionales. Esta prensa omitió y ocultó a
la opinión pública que los trabajadores indios reciben salarios 20 veces
superiores a los de los obreros cubanos. Entonces, lo lógico es que
produzcan como mínimo veinte veces más y no solo cuatro veces.
De igual forma, los enfermos en Cuba, por cortesía del Ministerio de
Salud Pública, hoy reciben la factura y así pueden enterarse del costo
de su asistencia, de vivir en otro país. Así, con la factura, se enteran
de que una operación de apendicitis o la implantación de un marcapasos
les costarían no menos de 30 000 dólares. Solo se omite que el salario
promedio en estos lugares supera al salario promedio en Cuba y que con
el salario de un trabajador indio, apretándose el cinto, podría
costearse tal tratamiento.
Sobre el turismo, podría hablarse de malos tratos a clientes, falta de
higiene, grandes poblaciones de cucarachas en los hoteles y en el resto
de la ciudad, contagio de enfermedades diarreicas y altos precios. Estas
son algunas, entre otras quejas, escuchadas con más frecuencia sobre el
turismo cubano. A modo de solución emergente, las compañías hoteleras
extranjeras podrían contratar personal extranjero para los servicios, ya
que las normativas vigentes lo permiten. Por supuesto que los
extranjeros ganarán más. Pero… ¿cuánto más?
Entonces, el Código de Birán destruyó socialmente a Cuba. ¿Podrá
continuar su labor depredadora fuera de ella este 'Código', llevado por
trabajadores de la salud, educadores, etc.? El futuro dirá la última
palabra…
j.gonzalez.febles@gmail.com; Juan González
Source: El código de Birán | Primavera Digital -
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