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Friday, May 20, 2016

Cuando la incoherencia y la intolerancia se pretenden convertir en política

Cuando la incoherencia y la intolerancia se pretenden convertir en política
PEDRO CAMPOS | La Habana | 19 Mayo 2016 - 11:29 am.

El órgano oficial del PCC publicó el martes 17 de mayo "Reglas para el
debate o cuestión de principios", un artículo de Rafael Cruz, tomado del
blog La pupila insomne. Si publicar artículos de este corte tiene el
propósito de estimular el debate nacional, felicito a Granma. Si
pretende asumir como suyas esas "reglas para el debate" que se espera
sobre los documentos del VII Congreso y la Constitución, estamos
enfrentando en Cuba muy, pero muy graves problemas.

Según la esencia del articulo y de estas "reglas", quedarían excluidos
del debate todos los que no estén de acuerdo con el "socialismo" y
quieran el "capitalismo". Algo que dicho así se muestra tan maniqueo,
sectario, intolerante y surrealista, que parece un absurdo. Al respecto,
me asaltan algunas preguntas que deseo compartir y que agradecería a
Granma su publicación.

1-¿No hay contradicción entre estas "reglas" y los llamados del primer
secretario del PCC, Raúl Castro, a mantener la unidad en la diversidad,
a desarrollar la democracia en el Partido y a construir un socialismo
"democrático", próspero y sustentable?

2-¿No saben quienes promueven estas "reglas" que la palabra debate
significa controversia, contienda, lucha, combate de ideas y por tanto
el debate solo es posible entre ideas diferentes?

3-¿Desconocen que el socialismo tendría que ser la sociedad más
democrática, que es una etapa de tránsito hacia una sociedad superior al
capitalismo, donde necesariamente tienen que estar presentes formas de
producción y realización del viejo sistema de explotación asalariada y
del otro naciente, sustentando en las formas libres de producción,
privadas o asociadas, y que por tanto tenemos que seguir aceptando
partidarios y practicantes del capitalismo?

4-¿Saben el autor y el Granma que según estas "reglas" estarían
excluyendo del debate a todos los partidarios del "socialismo de Estado"
que defiende oficialmente el PCC, por la sencilla razón de que tal no es
sino una forma de capitalismo monopolista de Estado, por mantener y
aumentar la concentración de la propiedad, las riquezas y las
decisiones, solo que en el estado en lugar de los capitalistas privados,
y por continuar con el sistema de explotación asalariada que tipifica al
capitalismo?

5-¿Se dan cuenta que al pretender cerrar el diálogo con todos estarían
excluyendo a varios millones de cubanos y que al cerrar todos les
espacios de participación a la oposición, la estarían convocando a otra
guerra civil en Cuba? ¿Es eso lo que quieren? ¿Saben las consecuencias?

Es evidente que el artículo de marras está preñado de incoherencia e
intolerancia y que, desafortunadamente, ambas parecen querer convertirse
en política oficial.

Lo vemos cuando Balaguer se opone a que se califique de "democrático" el
socialismo como propuso Polanco y luego Raúl Castro asume el
calificativo en el discurso final del VII Congreso. Se habla de
renovación en el Partido y prácticamente son reelectos los mismos que
siempre han decidido todo. Se limita la edad para entrar en el Comité
Central a 60 años, pero muchos con más de 70 y 80 siguen allí. Altos
funcionarios de Relaciones Exteriores se contradicen en relación con la
visita del Presidente Obama.

La gente pregunta por qué Alejandro Castro, presidente de la Comisión de
Seguridad Nacional, y Mariela Castro, ambos de amplias e importantes
proyecciones políticas nacionales e internacionales, no quedaron en el
Comité Central; por qué Expósito, más joven y eficiente dirigente
reconocido por el pueblo, no pasó al Buró Político o por qué sigue
Balaguer en dicho Comité Central, viejo, enfermo y responsable como
ministro del ramo del desastre en el hospital psiquiátrico de Mazorra.

Se aprecia en los pa´trás y pa´lantes presentes en la importantísima
política de comercialización de los productos del agro o cuando se
critica acérrimamente al capital internacional pero se hace todo lo
posible para que vengan miles de sus millones de dólares y euros en
inversiones, para que nos invadan sus turistas y se presta nuestra
capital para espectáculos top del más refinado gusto burgués, como la
filmación de Rápido y furioso o el desfile de moda de la afamada firma
Chanel, mientras La Habana parece un basurero.

La más reciente muestra de incoherencia la vemos cuando el Gobierno,
cansado de defender el principio de no injerencia en los asuntos
internos de otros países en Cuba, hace declaraciones de corte
injerencista en los asuntos internos de países de América Latina.

La incoherencia se puede deber, entre otros, al desconocimiento de la
teoría política y de las realidades, y a la existencia de diferentes
enfoques entre los principales actores de políticas. La intolerancia
refleja miedo. ¿Qué está pasando aquí?

La situación internacional es complicada, el reflujo de la ola
izquierdista latinoamericana inquieta a los autoritarios, el
acercamiento a EEUU ofrece oportunidades que algunos aprecian como
amenazas por no saber manejar la política y la economía en las nuevas
condiciones internacionales, las reformas raulistas no se abren cauces
por la fuerte oposición de la vieja mentalidad retrógrada aún presente,
mientras las necesidades populares crecen, aumenta la represión,
disminuye la población y los jóvenes nos abandonan. Urgen soluciones.

Ante estas complejidades, si la incoherencia y la intolerancia se
convierten en política oficial, las consecuencias pueden ser desastrosas.

Source: Cuando la incoherencia y la intolerancia se pretenden convertir
en política | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1463653773_22486.html

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