¿Un golpe de gracia a los privados?
Este mes cerró el mercado mayorista de El Trigal, y los precios de los 
alimentos fueron regulados
Viernes, mayo 27, 2016 |  Osmar Laffita Rojas
LA HABANA, Cuba.- Solamente el Noticiero Nacional de la Televisión 
Cubana informó sobre el cierre temporal del mercado mayorista de 
productos agropecuarios El Trigal, ubicado en el municipio  Boyeros.
La prensa escrita de ese día de mayo no informó al respecto, a pesar de 
la importancia de El Trigal para el abastecimiento de productos de los 
mercados agropecuarios y puntos de venta en sus diferentes formas de 
gestión de La Habana, donde habita el 20% de la población cubana.
Todo indica que el Departamento Ideológico del Partido Comunista orientó 
que la noticia solo debía darse a conocer por el Sistema Informativo de 
la Televisión cubana.
En el Noticiero, el periodista Boris Fuentes conversó con el 
vicepresidente del Consejo de Administración de La Habana, Luis Carlos 
Góngora Domínguez, quien informó que a partir del 13 de mayo el mercado 
mayorista el Trigal paralizaría sus operaciones de comercialización de 
productos agrícolas.
Góngora Domínguez explicó que el Consejo de Administración de La Habana 
decidió cerrar temporalmente El Trigal y, en consecuencia, extinguir la 
Cooperativa No Agropecuaria (CNA) que lo gestionaba por irregularidades 
que se detectaron en su funcionamiento.
Según Góngora, El Trigal ya no responde al principio por el cual fue 
creado para servir como  mercado de abasto a la capital.
Resulta verdaderamente escandaloso que tan alto directivo de la 
Administración del Poder Popular de La Habana se apee con esa historia. 
La apertura del mercado El Trigal ocurrió el 18 de diciembre de 2013.
En un trabajo de un equipo de periodistas de la Agencia de Información 
Nacional titulado "Cuando la suma no da…", publicado en el diario Granma 
el 20 de noviembre de 2014, Carlos Rafael Sablón, presidente en aquel 
momento de la CNA que gestionaba el Trigal, explicaba que los poseedores 
de áreas alquiladas para la venta de sus mercancías lo hacían bajo el 
principio de la oferta y la demanda y estaban autorizados a vender a 
quienes quisieran, pero "que de repente, algunos con mucho dinero se 
convirtieron en intermediarios".
La nave principal de El Trigal, de 16 000 metros  cuadrados, estaba 
divida en 244 posiciones de venta, que eran abastecidas de mercancía de 
lunes a viernes por entre 110 y 115 camiones diarios, procedentes de 
Mayabeque, Artemisa y otras provincias, con promedio de carga de cuatro 
o cinco toneladas de mercancía por camión.
A ese ritmo ininterrumpido de entregas, aseguraba Sablón que terminaría 
el año 2014 con el acopio de unas 60 mil toneladas de mercancías.
Con este mercado, los campesinos podían traer sus cosechas de manera 
directa a la capital. Ahora, de repente, sin que mediara una explicación 
detallada, se anunciaba el cierre de El Trigal y la disolución de la CNA 
que administraba tan importante actividad comercial.
Inexplicablemente, los medios oficiales hacía años que no sacaban la más 
mínima información sobre El Trigal, como si no existiera.
Como la culpa por el mal trabajo, el descontrol y la corrupción no 
pueden quedar en el aire, ahora resulta que la Empresa de Mercados 
Agropecuarios de La Habana y el Consejo de Administración Provincial no 
tienen ninguna responsabilidad de lo acontecido en El Trigal y todas las 
culpas se las achacan a la CNA.
Por eso la burocracia determinó extinguirla, sin importarle un comino el 
destino laboral de sus decenas de asociados.
Una regla de oro del régimen castrista es no juzgar públicamente a los 
dirigentes cuya labor de dirección y control ha sido deficiente. A sus 
inveterados servidores, privilegiados miembros del círculo de poder, se 
les exime de culpas y esta se las endosan a aquellos que menos 
responsabilidades tienen. Es lo que ha ocurrido en el caso de El Trigal.
A una pregunta formulada por periodistas del diario Juventud Rebelde, en 
el artículo publicado el 7 de diciembre de 2014 y titulado "Para que la 
gente pueda respirar un poquito más", Jorge García Trujillo, que fungía 
en aquel entonces como Director Provincial de Mercado Agropecuarios de 
La Habana, explicó que su empresa contaba con 52 mercados, dado que en 
julio de ese año, 77 pasaron a ser CNA en correspondencia con la nueva 
política de comercialización de productos agropecuarios establecida por 
el gobierno en La Habana, Artemisa y Mayabeque.
El cierre del Trigal y la disolución de la CNA pone de manifiesto el 
fracaso de esta política en La Habana.
La solución antieconómica, generadora de corrupción y vicio, que 
temporalmente ha encontrado el Consejo de Administración Provincial es 
que los cientos de camiones que diariamente  descargaban sus mercancías 
en el Trigal, de ahora en adelante abastezcan directamente a los 
diferentes mercados en el horario de la noche hasta el amanecer.
La red de mercados agropecuarios en La Habana la integran más de 125 
establecimientos estatales, arrendados a CNA, puntos de ventas y los 
gestionados por emprendedores privados. Según Góngora explicaba a 
Juventud Rebelde en 2014, estos últimos eran los principales compradores 
de mercancías en El Trigal. Con la nueva ofensiva gubernamental para 
bajar los precios de los productos del agro, serán los más perjudicados. 
En la nueva distribución, ellos no serán los prioritarios.
origenesmadiba@gmail.com
Source: ¿Un golpe de gracia a los privados? | Cubanet - 
https://www.cubanet.org/mas-noticias/un-golpe-de-gracia-a-los-privados/
 
 
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