Una 'bomba' en El Vedado
JORGE OLIVERA CASTILLO | La Habana | 18 Mayo 2015 - 7:53 am.
Lo bautizaron por un juego prohibido y ha convertido su trabajo en algo 
ilícito que le rinde buenos dividendos.
No detona, pero los estragos se hacen sentir entre los choferes de los 
almendrones (automóviles estadounidenses de la década del 50) que 
funcionan como taxis en la capital cubana.
Así apodan a un policía que ha hecho de la extorsión una rutina. 
Cualquier infracción de tránsito desaparece en el instante con el pago 
de 20 cuc (alrededor de 25 dólares).
"El tipo no transa por menos. Imagínate, que vamos a hacer. Hay que 
cerrar los ojos y soltar la 'estilla' (dinero). Yo quisiera denunciarlo, 
pero no me atrevo. Como están las cosas, cabe la posibilidad que me 
enreden por difamación. Estoy seguro que es una componenda. Muchos jefes 
deben estar cogiendo su parte y harían todo lo posible por anular 
cualquier queja", dice un chofer que aseguró haberle pagado en dos 
ocasiones a "La Bomba".
Al preguntarle el porqué del mote, cuenta que esa es una de las 
acepciones que tiene el número 20 en la charada, lotería en la que 
participan miles de ciudadanos diariamente, no obstante aparecer en el 
código penal como un juego ilícito. (Nadie sabe el motivo de la 
tolerancia del Gobierno para con este juego. A nivel popular se dice que 
es la esperanza del pobre. Una pequeña apuesta pude traducirse en una 
recompensa que ayuda a mitigar la miseria. Solo hace falta suerte para 
adivinar el número ganador.)
Como puede verse por aquí y por allá, es una realidad insoslayable que 
el fenómeno de la corrupción pica y se extiende.
Aparte de las exigencias monetarias a cambio de no imponer las multas, 
existen otros procedimientos que revelan el vacío moral dentro de la 
Policía Nacional Revolucionaria (P.N.R).
"Muchos de ellos tienen sexo de gratis con las prostitutas. Es la 
compensación por no llevárselas presas. Ni que decirte de los artículos 
decomisados, preferiblemente alimentos, a la gente que los trae del 
interior del país para satisfacer las necesidades de sus familias o 
revenderlos en el mercado negro con el fin de suplir otras necesidades 
básicas", relata el chofer de un viejo Oldsmobile, que estudia como 
vengarse de "La Bomba".
Al proponerle un cambio de ruta con el fin de evitar el asedio del 
oficial bautizado con el  perturbador alias, asegura que eso no tiene 
sentido.
"El asunto es que por El Vedado se recoge más pasaje. La competencia ha 
crecido. Ya las ganancias no son tan grandes y hay que comer, vestirse, 
darle mantenimiento al carro y rezar para que no se rompa el motor", agrega.
La concurrida zona del capitalino municipio Plaza es una tentación para 
los taxistas. Y, agazapado en algún rincón del área, aguarda "La Bomba" 
para llevar a cabo su tarea.
La peor circunstancia no es solo la probabilidad de caer en su trampa, 
sino el potencial aumento de la tarifa. ¿Se decidirá a elevarla? Basta 
que se lo proponga. Sabe que tiene el suficiente nivel de impunidad. No 
le faltan cómplices ni víctimas.
El número de taxis particulares ha aumentado considerablemente en los 
últimos años. Un hecho que estimula la ampliación de la nómina de 
policías dispuestos a hacer pequeñas fortunas a través de sus "mordidas" 
y a compartirlas con sus secuaces.
Source: Una 'bomba' en El Vedado | Diario de Cuba - 
http://www.diariodecuba.com/cuba/1431461283_14530.html
 
 
No comments:
Post a Comment