Todos pueden ayudar a que Cuba cambie
mayo 27, 2015 10:37 am·
Cuba actualidad, Cidra, Matanzas, (PD) Contribuir a acelerar el cambio
político y económico que Cuba necesita para que el pueblo prospere y se
beneficie de los derechos y las libertades fundamentales es una
posibilidad y una obligación moral que tienen todos los cubanos. En el
lugar donde viven, dentro o fuera de la isla, deben aprovechar bien las
oportunidades que tienen de cumplir esta importante misión.
Es difícil hallar a un compatriota que no desee que cambie la situación
que enfrenta el país de miseria, hambre, indisciplinas sociales, pérdida
de valores morales y ausencia del sentido de pertenencia.
Son pocos los que no se interesan porque el abuso policial, el robo, la
corrupción oficial, entre otros fenómenos negativos que lastiman el alma
de la nación, sean extirpados para siempre de la tierra que los vio
nacer y que aman.
Muchas personas en Cuba o en el exilio no han hecho durante los últimos
56 años lo que han podido y debido hacer para que el régimen militar
castrista desaparezca. Han permanecido indiferentes ante el dolor de sus
coterráneos mientras disfrutan de las bondades del mundo libre. Han
utilizado la más fácil y poco inteligente de las justificaciones: no
inmiscuirse en política por la supuesta mala conducta de los políticos.
Gracias a Dios han existido otros –ojalá fuesen mayoría- que han
entregado su alma y parte de su libertad y de sus recursos monetarios y
materiales para auxiliar a sus familiares y a opositores al régimen.
Sin embargo, muchos de los que permanecen en el país manifiestan que no
saben cómo ayudar al cambio sin buscarse problemas con la dictadura. No
entienden que la libertad hay que comprarla por su precio.
Esto ocurre cuando hay nacionales que trabajan a favor del cambio desde
el anonimato. Brindan información a los opositores si están en peligro
de ser arrestados o golpeados por la policía. Los ayudan con
financiamiento, alimentos, equipos o dispositivos digitales para
facilitarles la labor periodística y de denuncias. También distribuyen
materiales impresos y audiovisuales antigubernamentales. Pero son pocos.
En estas labores la iniciativa ciudadana es muy importante. Si se ponen
a pensar -sobre todo las personas más jóvenes- sobre qué se puede hacer,
idearán maneras de impulsar el cambio que ni siquiera se les han
ocurrido a los mismos disidentes. Sí, porque la inteligencia popular es
más fuerte que cualquier ejército o cuerpo policial.
Uno de los más importantes trabajos que han realizado los estudiantes y
trabajadores dentro de sus centros estudiantiles y laborales en otros
países ha sido desenmascarar allí a los dirigentes corruptos, mentirosos
e ineficaces. Claro, sin dejar de hacer propuestas concretas sobre cómo
mejorar la educación, la producción y el país en general y quienes son
las personas responsables que deben dirigir las instituciones.
Los jóvenes comunistas en la provincia de Matanzas han reconocido hace
pocas semanas que uno de los principales problemas que afectan a la
juventud es la falta de opciones de entretenimiento. Esto podría servir
para justificar el inicio de una gran pelea con el régimen que no
necesariamente debería tener un perfil antigubernamental. No olvidemos
que es el estado el que controla casi todas las instalaciones de
recreación del país, por lo que es el responsable máximo de este problema.
Todo lo que se le ocurra al pueblo podrá hacerse en coordinación o no
con quienes de manera organizada trabajan para construir la democracia.
Pero hay que actuar con resolución y civilismo para que Cuba cambie y
forme parte de las naciones libres.
No debe la ciudadanía permitir que con el mejoramiento de las relaciones
del régimen con los gobiernos de los países democráticos desarrollados
las principales riquezas del estado se repartan entre los líderes
históricos del castrismo y los millonarios extranjeros.
Cuba es de todos los cubanos, es decir, del obrero, del estudiante, del
campesino, del intelectual, del ministro, de las madres, los abuelos,
los incapacitados, que no pueden trabajar pero tienen derecho a una vida
sana. Eso significa que la fortuna nacional no es sólo de los
comandantes enriquecidos a costa del sudor del pueblo.
Hay que dejar de apoyar a la banda de rufianes que pretenden decidir el
destino de los cubanos eternamente y conducen a la nación por el sendero
de la incertidumbre, la esclavitud y la pobreza mientras hablan de un
socialismo próspero y sostenible.
La no participación ciudadana en los eventos de las denominadas
organizaciones de masas como los Comités de Defensa de la Revolución, es
una forma de contribuir con la necesaria transformación que Cuba
necesita. Destruir los pilares fundamentales que sostienen a un régimen
dictatorial es tarea de primer orden. No se debe cooperar más con sus
instituciones, llámense Poder Popular o Central de Trabajadores de Cuba.
Depositar las esperanzas de cambio sólo en manos de estados extranjeros
es una colosal ingenuidad. La solidaridad internacional es
imprescindible, pero el actor principal del cambio tiene que ser el
pueblo cubano.
Todos pueden y deben contribuir a que la difícil situación en que se
vive cambie. Desde una fábrica, una escuela, un hospital, un medio de
prensa, un órgano de gobierno, los barrios, o el exilio hay que colocar
con resolución sobre el suelo patrio los valiosos granitos de arena que
ayuden a erigir el edificio de la libertad y la prosperidad en que las
cubanas y los cubanos merecen vivir.
Para Cuba actualidad: sanchesmadan61@yahoo.com
Source: Todos pueden ayudar a que Cuba cambie | Primavera Digital -
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