¿Dónde y cómo trabajan los afrodescendientes?
FIDEL GUILLERMO DUARTE | La Habana | 4 Mayo 2015 - 6:14 am.
La realidad del negro cubano puede tornarse aún más hostil. Para
competir en el nuevo escenario, debe apropiarse de herramientas y
habilidades intelectuales.
La historia económica de Cuba ha estado ligada indisolublemente al
arribo de los africanos. Su impronta en todos los fenómenos
histórico-sociales, desde el surgimiento de la nación, estuvo matizada
por los inicios del sistema esclavista de plantación a que fueron
sometidos mediante la trata negrera, afianzada principalmente en los
finales del siglo XVIII y casi todo el siglo XIX. Durante las luchas
independentistas, los afrodescendientes jugaran un papel importante, al
punto de que muchos fueron jefes militares. Pero al llegar la República
fueron relegados de los planos sociales y económicos. El gobierno
instaurado en 1959 promulgó leyes a favor de negros y mestizos, pero la
realidad se impone para estos con iguales derroteros.
Un poco de historia
La esclavitud no fue un fenómeno específico cubano. Las consecuencias
que comporta para quienes la padecen, no difieren en el siglo XVI, fecha
en que comienza para los negros en Cuba, de las que sufrió el esclavo
griego en los tiempos de Solón. La esclavitud es solo un hecho económico
que permite a una pequeña parte de la sociedad apropiarse del producto
del trabajo de otra porción considerable. El objetivo del esclavista es
impedirle al esclavo el paso hacia todo aquello que pueda redimirlo de
su condición servil. La realidad económica que incorpora a Cuba al negro
solo podía conducirlo a la desastrosa situación que constituye hoy su
realidad social.
El inicio del siglo XIX en Cuba estuvo influenciado por los
acontecimientos ocurridos en América Latina y el Caribe. En la colonia
francesa de Haití, comenzó a gestarse, tras sangrienta lucha contra el
colonialismo francés, una República conducida por antiguos esclavos;
mientras, en las naciones vecinas latinoamericanas, se daba el
puntillazo final al colonialismo español y se proclamaban repúblicas
independientes.
Esto generó miedo dentro de las clases beneficiadas por el sistema de
plantación cañero, donde se sobredimensionó, por la cercanía geográfica
de ambas naciones, la posibilidad de que se expandiera el ejemplo
haitiano por toda la Isla.
Por tanto, cuando se descubrió, en 1812, la conspiración encabezada por
el descendiente de esclavos José Antonio Aponte, el ensañamiento con sus
líderes mostró que en Cuba no había espacio para la rebeldía negra. Era
de esperarse que, treinta años después, otra conspiración como La
Escalera, sufriese igual destino. Ambas, aunque reprimidas
sanguinariamente, evidenciaron la alta preparación de negros y mestizos
libres para visualizar líderes de acción y de opinión (intelectuales).
La ferocidad con que fueron ejecutadas sus principales figuras demostró
la necesidad de eliminar la incipiente burguesía negra que se integraba
con fuerza en la nación que se iba conformando, agrupada en sectores de
producción como las manualidades.
En 1868, comenzaron las luchas por la independencia, en las que a pesar
del rol fundamental jugado por negros y mestizos, las diferencias por el
color de la piel dentro de la manigua redentora siguieron marcando el
papel que habría de tocar a los descendientes de esclavos. Otro suceso
que marcaría también la vida económica de estos fue la tardía abolición
de la esclavitud en 1886.
Durante el período republicano la situación del negro no mejoró, ya que
la revolución que se gestó en la manigua fue fundamentada y realizada
por la naciente burguesía criolla (clase media alta y baja, y en
pequeñas cifras grandes terratenientes), que llegado el siglo XX se alió
con los elementos más conservadores del extinto régimen español radicado
en la Isla. No se contaba con el negro para el advenimiento de la joven
república y este fue excluido de toda actividad económica fundamental
para el desarrollo de la nación: administración de empresas públicas y
privadas, puestos donde se ejecutaba el presupuesto del Estado, carrera
judicial, política, bancaria, administración ferroviaria, empresas
navieras y grandes producciones e inversiones mercantiles.
Para el negro cubano quedan las escasas opciones de retomar las
manualidades y los trabajos de fuerza física, y se intensifica el número
de domésticas negras para servir a las personas blancas de los
diferentes estratos de la burguesía republicana. Pero al incrementarse
la competencia económica, un segmento de la población blanca de clase
media baja se empobrece y lentamente se apropia de puestos en los
sectores de los servicios. Durante los inicios de este período ocurre la
Guerrita de 1912, que resultó en el asesinato de más de 3.000 mujeres y
hombres negros o mestizos vinculados al Partido Independientes de Color,
cuyo programa de lucha buscaba reivindicar a la población
afrodescendiente. La otra consecuencia fue la expropiación de
propiedades de negros y mestizos, tales como extensiones de tierra,
establecimientos comerciales, firmas de abogados, y la expulsión de
centros laborales, alegando, con pruebas o no, la vinculación al Partido
Independientes de Color.
Por otra parte, a partir de la década del 20, a través de políticas
gubernamentales, comienza un proceso de inmigración hacia la Isla de
personas blancas, sobre todo de Europa, particularmente de las zonas
pobres de España, con el objetivo principal de blanquear a la nación y
relegar a los negros y mestizos de los espacios de conformación social.
Los años desde 1930 hasta 1958 marcaron el surgimiento y consolidación
de la sociedad civil cubana con la existencia de varios partidos
políticos y determinados liderazgos individuales, en los que la
representación negra o mestiza apenas pudo alcanzar el 0,5%. Es
importante acotar que entre 1953-1958, el Movimiento 26 de Julio
(M-26-7) y el Directorio Estudiantil 13 de Marzo (DR-13-M), ascendieron
en la arena política, mediante la lucha armada y propuestas políticas
objetivas para la época. No existía representación significativa de
negros o mestizos en las juntas directivas de ninguno de estos dos polos
de poder ejecutivo de la sociedad contra el gobierno: 0,2 % el M-26-7 y
0% el DR-13-M.
Ahora bien, debemos enfatizar la significación histórica del período
1959-1970, pues marca el viraje dentro de las relaciones sociales de
poder en la formación de un nuevo gobierno, emergiendo como triunfadores
los dirigentes del M-26-7. Como consecuencia, simpatizantes de la
organización rival (DR-13-M) emigraron al exterior. Otros fueron sacados
de manera sutil del contexto político, ya que la mayoría de quienes
secundaron la política oficial fueron ubicados como diplomáticos en el
exterior, fundamentalmente en países europeos desarrollados.
En este ciclo histórico, surge una élite política que decidirá los
destinos económicos de la nación con la consolidación del unipartidismo,
utilizando como estrategia la "unidad nacional" en la lucha contra un
"enemigo mortal".
A la par de este proceso político calificado por algunos historiadores
como convulso, ocurre un proceso social que es la emigración forzada,
enmarcada en diferentes etapas y por disímiles motivos, que abarcaron
lo político y lo personal, conllevando en los últimos años el aspecto
económico. Dicho proceso, a lo largo de un extenso período entre
1959-2014, trae como resultado final el abandono de inmuebles, planteado
por el historiador japonés Riuychi Ishikawa: Casa Abandonada-Casa Tomada.
Las etapas de la emigración pueden clasificarse de la siguiente forma:
-Primera Etapa 1959-1962: Con la Ley de Reforma Agraria y otras, así
como la declaración de la naciente revolución como socialista, se
produce un éxodo importante de representantes de la clase alta y amplios
sectores de la clase media.
-Segunda Etapa 1963-1965: Comienza el éxodo de representantes de la
llamada clase media alta, en su mayoría propietarios de inmuebles con
excelentes condiciones de arquitectura.
-Tercera Etapa 1965-1979: Conocida como el Quinquenio Gris de la Cultura
Cubana, aunque en realidad fue un período que abarcó casi 15 años y
provocó el éxodo de intelectuales y artistas hacia el exterior.
-Cuarta Etapa 1980: Es la conocida como el suceso del Puerto del Mariel,
y abarcó paulatinamente los años siguientes, hasta 1994. En esta etapa
de marcado matiz político, los negros y mestizos que salen al exterior
no pertenecen a los sectores intelectuales, son mayormente ex-reclusos y
convictos, y por tanto personas desprovistas de herramientas de
aprehensión cultural para enfrentar el reto de alcanzar la fortuna
anhelada en una tierra fuera de sus costumbres y sus identidades.
-Quinta Etapa 1994-hasta la actualidad: Esta ha sido una etapa donde ha
primado la motivación económica, aunque no obviamos las otras
motivaciones como son la política y la personal.
Podemos definir como otra etapa de la emigración cubana lo que algunos
estudiosos han calificado como "emigración silenciosa", donde, a pesar
de no cuantificarse, se conoce el éxodo de familiares de diplomáticos
cubanos en el exterior, una vez han sido retirados de sus respectivos
cargos y llamados a regresar a la Isla.
Realidades
Los casos estudiados para entender el principio del que habla el
historiador japonés Riuychi Ishikawa, han sido los siguientes ejemplos
en determinadas provincias: Pinar del Río: Reparto Villamil, Casco
Histórico y Finca Calero (Reparto Hermanos Cruz); Habana:
Miramar-Vedado; Matanzas: Calle Milanés-Avenida Principal y aledaños;
Cienfuegos: Malecón-Parque Martí y aledaños; Santiago de Cuba: Vista
Alegre-Sueño; Holguín: Casco Histórico, Reparto Julio Grave de Peralta y
aledaños; Guantánamo: Avenida José Martí (Centro) y aledaños.
Los lugares dejados por los antiguos dueños fueron ocupados por los
representantes de la nueva élite política, en la que no hubo
representación de negros y mestizos. La actitud de los representantes de
la afrodescendencia cubana se explica mediante el principio marxista de
que el hombre piensa como vive.
Durante el período de 1962-1989, el segmento de población de negros y
mestizos, según el censo de la Oficina Nacional de Información y
Estadísticas (ONEI) publicado en febrero de 1991, arrojó la cifra de un
92% empleados en sectores de servicios no fundamentales de la economía y
fuera de las esferas directivas, así como una representación nula en el
Servicio de Relaciones Exteriores de la política oficial.
En 1996, la ONEI realiza una Encuesta Nacional para Estudio de Hogares
que arroja como resultado que los más bajos ingresos en la familia
cubana, por cifras, la representaban negros y mestizos con un 77%.
En 1997, la ONEI realiza un censo donde la representación de negros y
mestizos en el sector del turismo solo representaba un 1,7% y este total
no se encontraba en los puestos mejor remunerados a través de los pagos
formales e informales: gerentes de hoteles ó corporaciones mixtas,
bármanes, maleteros-cargadores, relaciones públicas y
comerciales-compradores.
En 2007, la ONEI publica un folleto donde queda explícita la cifra de 3
negros o mestizos contra el número de 196 directivos o funcionarios
vinculados al área de la inversión extranjera en Cuba. En 2011, la ONEI
publica otro folleto donde expone la representación nula del segmento de
población negra o mestiza en el área de compradores comerciales o
representantes de firmas comerciales cubanas en el exterior.
En 2012, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA)
publica un folleto, que circula en sus instituciones provinciales, donde
se establece la cifra de un 86% de población negra o mestiza laborando
en los sectores no emergentes de la economía cubana: Construcción,
agricultura del modelo no fundamental para el desarrollo o de
subsistencia, manufactura, servicios comunales (vinculados en su casi
totalidad al trabajo directo), comercio y gastronomía (laborando en
establecimientos que no representan prioridad en el orden comercial),
deporte (con una representación ínfima en los puestos ejecutivos o
puestos con acceso a decisiones, respecto a los temas de misiones y
colaboraciones) y la cultura (vinculados también estos al hecho cultural
directo y no a los círculos de relaciones sociales de poder ejecutivo o
toma de decisiones).
Así como un 1% de negros o mestizos laborando en el tema del trabajo por
cuenta propia, vinculados como dueños de restaurantes, marcando
excesivamente la diferencia de un amplio sector de negros y mestizos;
tanto como un 87%, vinculados a los sectores menores del cuentapropismo
tales como vendedores ambulantes, dependientes en carretillas con
productos del agro, zapateros remendones, limpiabotas, herreros,
bicitaxistas y otros oficios, donde se especifica que los mismos no son
dueños de la gestión e inversión económica, solo de la mano de obra.
Por lo que podemos definir que los afrodescendientes cubanos, al no
tener una representación significativa en los sectores emergentes de la
economía nacional y con acceso a salarios formales e informales bien
remunerados, no van a ser beneficiados con el reinicio de las relaciones
sociales de producción conocidas como clientelismo.
Perspectivas
La realidad para el afrodescendiente cubano puede tornarse en la
práctica más hostil de lo que realmente figura.
La crisis económica en que se ha visto envuelta la nación desde la caída
del sistema socialista en los países de Europa del Este y la antigua
URSS desde 1990 (aliados estratégicos de la élite política cubana y
amortiguadores de la economía durante los años 70 y 80 del pasado siglo
XX), han acrecentado las diferencias sociales y entronizados los viejos
prejuicios implantados desde la época colonial por parte de la clase
criolla de herencia española, como consecuencias del sistema esclavista
de plantación; a la vez que han instaurado viejos mecanismos de
segregación hacia el segmento poblacional de negros y mestizos.
Los afrodescendientes cubanos deben apropiarse, a través de la
superación profesional y cultural, de los mecanismos de aprehensión de
las herramientas y habilidades intelectuales, buscando competir y a la
vez demostrar aptitudes y actitudes competitivas en cada plano de la
sociedad; así como establecer pautas en los diferentes escenarios
sociales, tanto los ofrecidos por las instituciones oficiales como los
brindados de manera independiente.
Source: ¿Dónde y cómo trabajan los afrodescendientes? | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1429032304_13979.html
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