Hildebrando Chaviano Montes
barrio habaneroLos sistemas políticos que no toman en consideración, e
incluso reprimen, las expresiones divergentes, llevan a los países,
indefectiblemente, a la postración o a la rebelión sanadora.
El Vedado, La Habana, 15 de diciembre de 2011, (PD) Al igual que no se
forma un arcoíris con un solo color, ni es posible hacer una sinfonía
con una sola nota musical, no es posible construir una sociedad con un
único pensamiento uniforme y absolutamente controlado por un sistema
policiaco.
El respeto y aceptación de la pluralidad ideológica es consustancial al
concepto de sociedad democrática, y no solo esto: un país con una
ideología oficial, sea esta de carácter político o religioso, se
envilece con la desidia e hipocresía de los ciudadanos – unos se
imponen, otros se someten, otros simulan someterse –. La excepción que
lo salva todo, son los que se rebelan.
Los sistemas políticos basados que no toman en consideración, e incluso
reprimen, las expresiones divergentes, llevan a los países,
indefectiblemente, a la postración o a la rebelión sanadora.
El sistema sociopolítico, entiéndase dictadura, instaurado en Cuba desde
enero de 1959, no tiene nada que envidiarle a la Alemania hitleriana o
al Chile pinochetista, salvo el desarrollo económico alcanzado en el
relativamente breve periodo que duró la barbarie en esos países.
En nuestro país, sin embargo, incluso en la salud, la educación y el
deporte, los renglones más cacareados como exitosos – gracias, sobre
todo, a la abundante y prolongada "ayuda" soviética –, es evidente el
retroceso y franco deterioro, que los jarabes y ungüentos reformistas de
Raúl Castro no pueden impedir.
El atraso económico, la degradación moral de una sociedad donde turbas –
integradas en su mayor parte por hombres – golpean mujeres indefensas y
se vanaglorian de ello, los dirigentes malversan, roban y trafican
influencias, los obreros "luchan" todo lo que pueden de sus centros de
trabajo y las mujeres se prostituyen hasta por arreglar un baño – según
el comentario jocoso y humillante de Mariela Castro durante un encuentro
(no se sabe si fraternal o de trabajo) con prostitutas holandesas –,
todos estos males no vienen de afuera, son de producción nacional como
el marabú de nuestros campos, y tienen su origen en la falta de
participación ciudadana independiente en los asuntos del Estado, al ser
este un gobierno que se niega a escuchar la crítica, ya venga de amigos
o de supuestos enemigos.
El partido gobernante celebrará próximamente una conferencia que ni los
propios organizadores saben a ciencia cierta para qué servirá, dada la
poca trascendencia que tuvo el tan llevado y traído VI Congreso del PCC.
Una vez más los mismos de siempre harán los planes de siempre, con las
críticas de siempre al capitalismo, para al final enfrentar los mismos
fracasos de siempre, esta vez sazonados con un desempleo galopante que
ha sumido al pueblo en mayor miseria.
hildebrando.chaviano@yahoo.com
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