Lawton se llama una ciudad de Oklahoma, Estados Unidos. Y Lawton también
se denomina un barrio de La Habana.
Ivan García / Especial para martinoticias.com 19 de diciembre de 2011
La fachada de la iglesia Santa Clara ubicada en el barrio Lawton en La
Habana.
El Lawton nuestro es uno de los barrios habaneros con más elevaciones,
por eso aunque caigan fuertes aguaceros, nunca se inunda. Pertenece al
municipio 10 de Octubre, el más poblado del país, con cerca de un millón
de habitantes. Les cuento su breve historia.
Se dice que a unos 6 kilómetros del centro de la ciudad, se encontraba
la finca de Don Fernando Batista. Hacia mediados del siglo 18, su
secretario personal, de apellido Lawton, lo convenció para que vendiera
sus terrenos a la compañía de ferrocarril. Con la comisión que ganó
adquirió una finca en los terrenos que colindan con la actual Calle B.
De 1849 a 1864 fue autorizada la urbanización de diez repartos, por ese
entonces conocidos como Barrio de Concha. Entre ellos estaba Lawton, que
en 1859 se inscribió como Reparto Ferrer. Para los años iníciales del
siglo XX, aquellos terrenos que había comprado el pícaro Lawton,
secretario de Don Fernando, adquirieron un valor inusitado debido al
trazado diseñado por la compañía de tranvías.
En los años 20, en el actual paradero de ómnibus de Lawton, se funda la
empresa de tranvías de La Habana. Luego, en la década de 1940 la zona
prosperó con la construcción de la Avenida Dolores, que parte en dos el
populoso y amplio barrio.
Sus casas, por lo general, eran de pisos bajos y estilo ecléctico. En
sus buenos tiempos, Lawton era un mosaico abigarrado de viviendas donde
convivían obreros, bodegueros, pequeños empresarios y un sector de clase
media en las alturas del reparto Vista Alegre o el Quinto Distrito.
Camilo Cienfuegos, uno de los comandantes de la guerrilla de Fidel
Castro, fallecido en un extraño accidente de aviación en octubre de
1959, era de Lawton. Su hogar hoy es un museo. Entre los 'lawtoneros'
ilustres se encuentran el trovador Santiago Feliú, el periodista Ciro
Bianchi y el disidente Oscar Elías Biscet.
Al igual que el resto de distritos habaneros, tras la llegada del ciclón
verde olivo, Lawton ha pagado factura por la desidia y el descuido
estatal en el mantenimiento de sus edificaciones. Sus aceras y calles
están repletas de huecos y baches. Y debido a grandes salideros en las
cañerías, el agua se pierde sin llegar al grifo. Las carencias
habitacionales, que afectan todo el país, han provocado un auténtico
caos urbanístico.
Ya muchas fachadas perdieron su diseño original. Los amplios ventanales
de madera o hierro forjado han sido sustituidos por impresentables
ventanas de aluminio chino o toscamente confeccionadas por herreros
privados, a veces sin cristales, lo que convierte a muchos domicilios de
Lawton en Frankesteins arquitectónicos.
Vecinos como Demetrio llevan años intentando reparar su casa. Habita en
una vivienda a medio hacer, rodeado de hormigón. Gente que se las apaña
como puede para mejorar su calidad de vida destruyendo sin piedad los
valores urbanísticos. Pero no queda otra. El Estado no vende materiales
de construcción a precios razonables y a estas alturas nadie espera que
lo haga. Para impedir que los techos se desplomen, las personas buscan
soluciones por su cuenta.
No es ésta una barriada de hoteles, restaurantes, discotecas o centros
nocturnos de calibre. Los jóvenes de Lawton tienen que desplazarse a
otros municipios si quieren bailar y divertirse. De lo contrario,
arriesgar el pellejo y asistir a los bailables en el Parque de la
Policía, conocido así por estar en las inmediaciones de una unidad
policial, donde a ratos la fiesta termina entre trompadas y navajazos.
Lawton también tuvo -y todavía tiene- sus locos célebres. Como Pedrito,
que imitaba a los salseros de moda y murió de beber en exceso 'chispa de
tren', un alcohol apto para piratas. O El ruso, viejo ex presidario
extraditado hace unos años desde Estados Unidos que va de puerta en
puerta pidiendo comida o dinero a cambio de enseñarte a hablar inglés.
Hubo varios dementes antigubernamentales. Uno de ellos, Germán, antiguo
policía de Batista, andaba con una carreta cargada de piedras y a toda
voz gritaba insultos contra los hermanos Castro.
Para los jóvenes, los "héroes" son los dueños de los 'burles' (casinos
ilegales de juegos), los proxenetas peinados con exceso de gel, y las
jineteras que regresan de Roma o Madrid cargadas de euros y pacotillas.
En Lawton, como en otros lugares de La Habana, por las noches se habla
de béisbol y política, mientras se juega dominó en short, camiseta y
chancletas hasta altas horas de la madrugada. Cuando se puede, se hace
una 'vaca' (colecta) para comprar una botella de ron decente.
Costumbres muy distintas a la de los residentes del otro Lawton, el de
Oklahoma. Y que en lo único que coinciden es en el nombre, con un mismo
origen...
(http://www.heraldicapellido.com/L4/Lawton.htm).
http://www.martinoticias.com/noticias/cuba/El-Lawton-de-Cuba-135851428.html
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