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Monday, April 18, 2011

EN TORNO A LAS COMISIONES DEL CONGRESO DEL PCC. LA COMISIÓN 1: "LO TOMAS O LO DEJAS"

EN TORNO A LAS COMISIONES DEL CONGRESO DEL PCC. LA COMISIÓN 1: "LO TOMAS
O LO DEJAS"
18-04-2011.
Elías Amor Bravo
Economista ULC

(www.miscelaneasdecuba.net).- El Congreso del PCC, que debe introducir
cambios para mejorar la economía castrista, se ha organizado en
comisiones para hacer un ejercicio de análisis y debate de propuestas
dentro de los parámetros del régimen, absolutamente imposibles en
cualquier sistema democrático. Sin embargo, la lectura de las
conclusiones de estas comisiones de trabajo no deja lugar a dudas sobre
lo que hemos venido señalando hace algún tiempo: la economía castrista
es insalvable, y lo que es peor, las soluciones planteadas en los
"Lineamientos" no van a resolver los problemas de fondo.

Vayamos al análisis de la Comisión 1, siguiendo para ello, la
información publicada en Granma por Leticia Martínez y Fidel Rendón.
La Comisión 1 se considera de las más relevantes, ya que ha sido
presidida por Marino Murillo Jorge, al que los analistas otorgan un
cierto liderazgo en los cambios económicos bajo la mirada atenta y
protectora de Raúl Castro.

Una somera revisión de las cuestiones planteadas confirma las dudas,
incertidumbres y temores que, a nivel internacional, viene despertando
la economía castrista. Pero, ¿es que se puede plantear en un evento de
estas características, la urgencia de un "proceso de formación de todas
las estructuras para facilitar los cambios en el sistema empresarial,
las unidades presupuestadas y la administración estatal en general"?
Enunciados de estas características nos llevan a preguntarnos sobre el
grado de confianza en los dirigentes de la economía y sus posibilidades
para afrontar los retos. ¿Acaso no tendrán que importar expertos en
economía y gestión de empresas del exterior?

Y si esta cuestión no llama la atención, ¿qué podemos decir de las
intervenciones relacionadas con el cumplimiento de los contratos en
Cuba? Este es un asunto que ya se discutió en las sesiones de la
Asamblea Nacional a finales del pasado año, pero que regresa a los
debates porque su situación debe ser realmente lamentable.

No, es mucho más. Algunos lo calificaron como "la asignatura pendiente
es la realización de contratos con calidad". Y aquí viene otro de los
puntos fuertes de esta comisión. En clave autocrítica, pero sin señalar
los responsables "los delegados consideraron que se ha generalizado la
indisciplina en este tema debido, entre otras causas, a la incultura
económica, la falta de rigor, la inercia y a la permisibilidad de los
errores".

Que las empresas extranjeras que vayan a hacer negocios a Cuba tomen
buena nota de estos ingredientes: incultura económica, falta de rigor,
inercia y permisibilidad con los errores hacen inviable el cumplimiento
de contratos". La pregunta es, ¿puede alguna economía funcionar de este
modo?, ¿por qué se producen en el castrismo, un régimen ejemplar en los
mecanismos de vigilancia, control y represión política sobre la
población, liberalidades de este tipo en la gestión económica?

Y aquí es donde se producen las intervenciones de algunos dirigentes, y
todas en la misma dirección: "que la culpa es de la norma jurídica que
rige actualmente la realización de los contratos, la cual deberá ser
perfeccionada y actualizada", el propio Murillo alertó que los contratos
no funcionan y hay que recuperarlos, "máxime cuando se irá complejizando
con los nuevos actores que surgen en el escenario, por lo cual para la
actualización del modelo económico cubano es indispensable un proceso de
contratación adecuado". Otros delegados coincidieron que en "este tema
muchas entidades no van a las reclamaciones necesarias ante
incumplimientos por la contraparte", y otras que ejercen cierto poder o
no dan alternativa posible de negociación al brindar un servicio, bajo
el concepto de "lo tomas o lo dejas". Quédense con esta frase que no
tiene desperdicio "lo tomas o lo dejas". Toda una filosofía económica
del desastre se esconde detrás de esta práctica que, por lo visto,
parece generalizada en la economía castrista.

Lo que se puede concluir de este debate sobre los contratos es que una
economía, en la que no existe propiedad privada, ni derechos que la
regulen de forma objetiva y garantista, no necesita cumplimiento de
responsabilidades, ni los agentes adaptan su comportamiento y decisiones
a ello. Los descontroles económicos toman el aspecto de un monstruo.

En el modelo estalinista fracasado de la economía cubana, en el que los
agentes económicos no son los auténticos propietarios de los activos que
ponen en juego en los procesos productivos, ni saben cuál ha sido su
coste ni que recursos han tenido que perder para su obtención (coste de
oportunidad) y por tanto, no tienen la percepción del riesgo de su
eventual pérdida, destrucción o deterioro, lo que funciona es "lo tomas
o lo dejas", todo un ejemplo de falta de rigor, de compromiso y de la
lealtad inherente al cumplimiento de las reglas derivadas de un estado
de derecho, en el que la propiedad es inviolable, y como tal, uno más.

El relajamiento de las prácticas contrarias a los derechos de propiedad,
como en la economía castrista durante medio siglo, no sólo crea daños
directos en quiénes fueron víctimas de la injusta e ilegal confiscación
de su riqueza acumulada por años de esfuerzo y de trabajo, sino que
contribuye a crear valores en los agentes económicos que se resumen de
forma magnífica en ese semi chantaje del "o lo tomas o lo dejas".
Mucha disciplina política e ideológica, combinada con mecanismos de
represión social, no ha ido acompañada de los oportunos instrumentos de
responsabilidad económica, y ahora se está despojando al monstruo de una
careta que permite ver cuán horrible es su rostro.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=31976

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