Friday, April 29, 2011 | Por Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) – En la clausura del VI 
Congreso del Partido Comunista de Cuba, efectuado del 16 al 19 de abril, 
su nuevo primer secretario se refirió con preocupación a los incrementos 
de los precios de los alimentos en el mercado internacional, lo que 
representará más  de 300 millones de dólares adicionales al gasto 
planificado para importar esos productos en 2011. Esto, agregado al 
sobreprecio de los combustibles alcanzará un desembolso adicional 
superior a 800 millones de dólares, sin considerar que surjan otros 
inconvenientes. Ello exige, anunció el Presidente, ajustes al Plan del año.
La tendencia al aumento de los precios de los alimentos en el mercado 
internacional no puede verse como un fenómeno coyuntural, sino como una 
dinámica que responde a transformaciones estructurales ocasionadas por 
cambios objetivos en el planeta. En primer lugar están las 
modificaciones medioambientales que están produciendo catástrofes 
naturales con incidencias muy negativas sobre la actividad agropecuaria. 
A esto se suma el alza de los precios del petróleo que eleva los costos 
agrícolas y, a la vez, hace altamente rentable la elaboración de 
biocombustibles partiendo de la caña de azúcar, cereales y otros 
productos que antes tenían casi como único destino la alimentación 
humana y animal, un hecho que parece no va tener una variación 
previsible en el futuro, mucho menos con los precios actuales de los 
combustibles fósiles.
A estos factores se añade que conjuntamente con el impresionante avance 
económico de los países emergentes, también el nivel de vida de sus 
poblaciones aumenta constantemente. Sólo los llamados BRICS -Brasil, 
Rusia, India, China y Sudáfrica-  poseen una población de 2,9 miles de 
millones de habitantes, el 43,4% de la mundial, con altos incrementos 
anuales de consumo de alimentos, en especial China e India, las naciones 
más populosas del planeta –en conjunto 2,5 miles de millones de seres 
humanos- con necesidades reprimidas por muchos años.
Al incrementarse la demanda de alimentos, estos se convierten en 
artículos altamente codiciados en el comercio internacional y, por 
consecuencia, la especulación, que siempre ha existido, tiene un campo 
de acción mayor con superior incidencia en la formación de sus precios.
Esto explica que tomando como base el promedio de las cotizaciones 
internacionales de los alimentos en los años 2002-2004, el nivel al 
cierre de marzo 2011 era 2.3 veces superior en  conjunto, y de 3.72 
veces en el caso del azúcar, el artículo con superior alza, según 
cálculos que mensualmente realiza la Organización para la Agricultura y 
la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO).
Este escenario es extremadamente difícil para las naciones importadoras 
netas de alimentos, en especial para Cuba que cubre el 80,0% de sus 
restringidos requerimientos comprándolos en el exterior, incluidos 
algunos otrora tradicionales productos de la exportación cubana, como el 
café y hasta el azúcar.
Si como dijo hace un tiempo el general Raúl Castro el autoabastecimiento 
de alimentos es una tarea estratégica, en las actuales condiciones del 
comercio mundial de esos productos, resulta un tema crítico a resolver 
urgentemente. Como han advertido otros especialistas, el destino de las 
reformas que se desean hacer en Cuba dependerá en alto grado del éxito 
de las transformaciones en el agro.
Las medidas tomadas para reformar la agricultura, tímidas y limitadas, 
no han sido una solución. La producción agropecuaria en 2010 se redujo 
en un 2,8%, según cifras oficiales, sin considerar la caída en la 
producción cañera, cuyo monto aún se desconoce pero fue sustancial. A 
casi tres años de la implantación del Decreto-Ley 259 sobre la entrega 
de tierras ociosas en usufructo, no se observan los resultados 
requeridos, aunque datos oficiales han señalado que el 63,0% del más de 
1,8 millón de hectáreas del fondo inicial de tierras ociosas  se ha 
entregado.
En el VI Congreso del PCC, se anunció que se modificará ese Decreto-Ley 
para entregar mayor cantidad de tierra a los usufructuarios exitosos. 
Resulta una intención que pudiera ayudar a incrementar la producción, 
pero no dará los frutos necesarios si no se elimina la camisa de fuerza 
estatal aplicada a los campos cubanos.  Es tiempo de que los campesinos 
puedan trabajar con libertad e independencia; que cese el monopolio de 
la compra de los productos agrícolas por el Estado y el suministro de 
los instrumentos e insumos necesarios; que el hombre de campo tenga 
derecho a elegir a quien vende sus productos y a qué precio; que tenga 
derecho a adquirir los recursos necesarios para su labor, incluyendo la 
posibilidad de recibirlos desde el exterior; que pueda optar por poseer 
las tierras o por lo menos tener  la garantía de cultivarlas por un 
período superior a los 10 años establecidos, lo cual está en 
contradicción con los derechos otorgados a los extranjeros; y que puedan 
construir legalmente sus viviendas allí.
En resumen, deben liberarse las fuerzas productivas en la agricultura. 
En contrapartida se requiere un sistema racional de impuestos y 
políticas crediticias promotoras del desarrollo agrícola. Esto en modo 
alguno debe sustituir totalmente iniciativas públicas desarrolladas con 
técnicas avanzadas, que podrían implementarse en cooperación con la 
inversión extranjera mediante acuerdos, incluidos proyectos de 
infraestructura -sistemas de regadío, electrificación, viales, 
mecanización y otros- en apoyo a la agricultura, así como obras para 
beneficiar, procesar y comercializar la producción agropecuaria. Debe 
recordarse que Cuba está altamente descapitalizada y con ínfimos 
ahorros, con un nivel tecnológico sumamente bajo, por tanto la 
participación de la inversión extranjera es un asunto vital para lograr 
el autoabastecimiento alimentario.
No es momento de lamentaciones debido a los problemas surgidos en la 
comercialización mundial de los productos agrícolas, sino de abandonar 
los dogmas y tomar medidas efectivas para desarrollar la producción 
agrícola nacional.  Si las ataduras actuales se rompieran y las grandes 
reservas productivas se utilizaran convenientemente, con toda seguridad 
Cuba no sólo resolvería su grave crisis actual de alimentos, sino que 
podría crear considerables excedentes exportables y beneficiarse altamente.
http://www.cubanet.org/articulos/aumentan-precios-en-el-mercado-mundial/
 
 
No comments:
Post a Comment