Friday, April 8, 2011 | Por Luis Cino Álvarez
LA HABANA, Cuba, abril, www.cubanet.org -Aunque formó parte del jurado
que me premió hace seis años en el concurso literario El Heraldo, nunca
conocí personalmente a Raúl Antonio Capote. Se comentaba que firmaba
las crónicas que por breve tiempo envió a Cubanet como Raúl Soroa, pero
nadie lo sabía a ciencia cierta, porque ocultaba su rostro casi tanto
como su apellido. Decían que tenía mucho miedo, que no quería
relacionarse con disidentes. Era escurridizo el tipo, más elusivo que
Greta Garbo en sus buenos tiempos.
Dicen que antes del destape estaba en hospital de día, con los nervios
destrozados. Pasó, directo y con sedantes, de la consulta del siquiatra
al set de la Seguridad del Estado.
Raúl Capote era el agente Daniel, de la Seguridad del Estado, y eso lo
explica casi todo. Una vez destapado, puede largar el pellejo, como un
majá, sin dejar constancia de lo que alguna vez escribió "en contra" y
volver a ponerse el capote ¿verde olivo? a ver si sus jefes tienen a
bien permitirle publicar, ahora que escribirá "a favor".
Por lo pronto, ya Raúl Capote aclaró a la prensa oficial que su visión
hoy es muy diferente a la que tenía cuando escribió "El adversario". No
es para menos, luego del susto que le dieron los compañeros del G-2 (¿en
el foso entre los leones?) para convertirlo ¡ay, Elton John! en el
agente Daniel.
Raúl Capote no será el último descapotable. Ahora que el régimen teme
que el gobierno norteamericano pueda convertir en opositor a cualquier
escritor, pintor, negro, bloguero, abogado, masón, gay, lesbiana,
rockero, rapero o merolico, los nombres bíblicos o rusos no alcanzarán a
la Seguridad del Estado para bautizar a sus agentes infiltrados hasta en
la sopa de claria.
Dije que la pertenencia de Capote a la agentura lo explica casi todo
porque seguimos sin entender por qué tantos oficiales de la CIA para
ocuparse de un escritor que apenas escribía y que se negaba a conocer a
disidentes. ¡Qué desperdicio esa nueva manía de los yanquis -según
Wikileaks- de buscar caras nuevas a la disidencia en Cuba!
Raúl Capote asegura que era la gran esperanza gorda de los yanquis para
destruir la revolución. Capote el Elegido, que estaba del lado de allá
del cristal, junto a los yanquis, debe saber infinitamente más acerca de
ellos y sus planes que los periodistas independientes que tanto lo
avergonzamos, pero que no tenemos que rendir cuentas a nadie y menos
encapotarnos.
A propósito, ¿estará seguro Daniel-Capote que eran periodistas
independientes los que filmaron los yanquis en la Sección de
Intereses mientras echaban comida en jabitas de nylon para llevársela
a casa? ¿Y si eran un par de infiltrados que se preparaban para el
próximo destape anti-televisivo? No sea que luego nos enteremos por Las
Razones de Cuba, con ondear de banderas, rostros de pioneros por el
socialismo y música de fondo de José María Vitier, que eran el agente
Ramonín, del MININT, y la subrepticia Yuya, "la que no hace bulla y te
llama a la patrulla."
No comments:
Post a Comment