Publicado el Viernes 11 de marzo de 2011.
El régimen le teme más a los blogueros que a los disidentes
tradicionales, así que decidió ampliar su presencia en línea para
oponérseles. La llegada a la isla del cable venezolano de fibra óptica
le ofrece ahora al régimen medios para mejorar la velocidad de conexión
y disminuir costos. Las excusas para continuar con la censura y mantener
a la población al margen de la Web ya no se sostienen. ¿Presenciamos las
primicias de una Primavera de la Web ahora que casi todos los
periodistas víctimas de la Primavera Negra de marzo de 2003 han sido
liberados?
Fibra óptica en Cuba: ¿un potencial de desarrollo inédito?
Cerca de 10% de la población cubana está conectada, si le creemos a las
autoridades. Sin embargo, esto no quiere decir que ésta tenga acceso a
la World Wide Web. Dos redes paralelas coexisten en la isla: la red
internacional y el intranet cubano, muy controlado, que se resume en una
enciclopedia, direcciones de correo electrónico con la terminación .cu
utilizadas por las universidades y los miembros del gobierno, un
Wikipedia cubano y sitios informativos del gobierno, como el Granma, etc.
Al exterior, en los hoteles, sólo algunos privilegiados cuentan con una
autorización especial para conectarse a la red internacional. Ésta no
escapa a la censura, dirigida principalmente a las publicaciones de los
disidentes en sitios extranjeros. Una censura que, es cierto, disminuyó
un poco a principios de febrero de 2011.
El régimen no posee los medios para instalar un sistema de filtraje
sistemático, pero cuenta con varios factores para limitar el acceso a
Internet: la lentitud de las conexiones y el costo exorbitante de éstas
–cerca de 1,5 dólares la hora desde los puntos de acceso a la intranet
controlados por el Estado y 7 dólares la hora en un hotel para tener
acceso a la red internacional, mientras que el salario medio mensual es
de 20 dólares–. Estos obstáculos explican por qué el número de
internautas y el tiempo de conexión continúan siendo restringidos. La
mayoría de los internautas se contentan con leer y contestar sus mails.
No tienen tiempo de navegar y surfear en Internet.
Durante años el régimen cubano ha responsabilizado al embargo
estadounidense por la mala calidad de su conexión a la Red, que impide a
la isla acceder a las redes internacionales. Este problema está siendo
resuelto gracias a la instalación del cable submarino de fibra óptica
ALBA-1, que conecta a Cuba con Venezuela desde febrero de 2011, lo que
multiplica por tres mil la capacidad de conexión de Cuba al resto del
mundo. Se prevé que comience a funcionar en julio de 2011.
Las conexiones a la red internacional se realizan por ahora vía
satélite, cuyos costos son prohibitivos. Teóricamente, la fibra óptica
permitiría bajar los precios de acceso a la Red y mejorar la velocidad
de conexión.
Sin embargo, no hay que esperar una democratización de Internet en el
país o un acceso libre y generalizado a corto plazo.
Las autoridades toman sus precauciones cuando hablan de esta novedad. El
Viceministro de Informática, José Luis Perdomo, subrayó en febrero de
2011 que el cable "no es una varita mágica" y que aún habrá que invertir
mucho en infraestructura para abrir a los cubanos el acceso a Internet.
Según él, no existe "ningún obstáculo político" para esta apertura. Por
el momento, el acceso a la Red permanecerá reservado a un "uso social":
instituciones, universidades y a algunos profesionales, como los médicos
y los periodistas. "Nuestra prioridad es continuar con la creación de
centros de acceso colectivos y reforzar las conexiones de los centros de
investigación científica, universitaria y médica", indicó.
El sistema "arrégleselas como pueda"
Un verdadero mercado negro prosperó. Este, ofrece la compra o el
alquiler de contraseñas y códigos de algunos individuos y sociedades que
recibieron por parte del partido el permiso de acceso a Internet. La
navegación cuesta 50 dólares al mes, el envío o la recepción de un mail
un dólar en algunos "centros piratas". Los usuarios ilegales deben
conectarse de preferencia en la noche.
Las conexiones a la red internacional son posibles desde las residencias
extranjeras o privadas.
Algunos disidentes twitean enviando sms a cuentas del extranjero, otros
insertan cartas SIM extranjeras en sus teléfonos móviles para tener
acceso a la Red. Todos los medios son buenos para pasar la información,
pero estos tienen un costo elevado.
Los blogueros independientes no pueden acceder directamente a sus
sitios, que no se encuentran albergados en la isla. Están obligados a
pedir a contactos en el extranjero que publiquen sus artículos y posts.
Para ello, siguen un procedimiento enrevesado: primero preparan sus
escritos, los copian en una memoria USB y luego los envían por correo
electrónico desde un hotel u otro lugar. En los hechos, los disidentes
tienen cada vez más dificultades para acceder a los hoteles turísticos.
Las memorias USB, que también pasan de mano en mano, son en Cuba los
nuevos vectores de la libertad de expresión, los samizdat digitales.
Diabolización de los blogueros y de las redes sociales: ¿una guerra fría
digital?
En 2009 el régimen comenzó a sentir celos de la creciente popularidad de
algunos de sus blogueros, entre los que se encontraba Yoani Sánchez,
quien fue agredida, interpelada y víctima de campañas de difamación.
Otros blogueros como Luis Felipe Rojas han sido arrestados varias veces.
El ciberdisidente Guillermo Fariñas Hernández ("El Coco"), quien recibió
el premio Sakharov 2010, otorgado por el Parlamento Europeo, fue
arrestado tres veces en 48 horas en enero de 2011. Su única culpa fue
defender la libertad de informar y de circular libremente.
El arsenal jurídico contra los críticos en la Red continúa siendo
particularmente disuasivo. Los internautas cubanos corren el riesgo de
pasar hasta veinte años en prisión si publican en algún sitio de
Internet albergado en el extranjero un artículo considerado
"contrarrevolucionario" y cinco si se conectan a una red internacional
de manera ilegal.
El problema preocupa cada vez más a las autoridades, que temen el poder
de movilización de las redes sociales, tras los ejemplos tunecino y
egipcio. Cables diplomáticos estadounidenses difundidos por WikiLeaks en
diciembre de 2010 revelaron que el régimen cubano se sentía más
amenazado por los blogueros que por los disidentes "tradicionales".
En un telegrama con fecha del 15 de abril de 2009 se describía a los
disidentes como "un movimiento tan antiguo y alejado de la vida
cotidiana de los cubanos como el mismo gobierno". Por el contrario, un
cable del 20 de diciembre de 2009 subrayaba que los blogueros son una
"amenaza mucho más seria" para La Habana.
Estados Unidos ve en la denuncia de los arrestos y los malos tratos
infligidos a los netciudadanos cubanos una herramienta política
preciosa, porque estos representan "un grupo que frustra y asusta al
gobierno cubano como ningún otro antes". "La popularidad de los
blogueros, (…) su amplio adelanto tecnológico sobre las autoridades,
causan muchos problemas al régimen". El diplomático estadounidense
concluye: "Creemos que la joven generación de disidentes 'no
tradicionales' tiene muchas posibilidades de tener un impacto importante
en una Cuba pos Castro".
Otro telegrama subraya que "los jóvenes, de los que forman parte los
blogueros, (…) son mejores que los disidentes tradicionales para adoptar
posturas 'contestatarias', teniendo un gran poder de atracción entre la
población".
Parece que los dirigentes cubanos coinciden con este análisis. Desde
febrero de 2011 circula en Internet un video de unos 50 minutos. Un
experto, de identidad desconocida, detalla frente a funcionarios cómo el
enemigo estadounidense apoya la ciberdisidencia cubana. Tomando como
ejemplo a la bloguera Yoani Sánchez, éste afirma que "se está
organizando una red de mercenarios virtuales que no son los
contrarrevolucionarios tradicionales". El experto llama a neutralizar
estas nuevas fuerzas: "Ser un bloguero no está mal. Ellos tienen los
suyos y nosotros los nuestros. Vamos a pelear para ver cuál de los dos
grupos resulta ser más fuerte".
La respuesta del gobierno: ocupar el terreno
Ahora las autoridades intentan desarrollar su presencia en la Red: en
2009 nació una asociación oficial de blogueros cubanos. El número de
blogueros "progubernamentales" no dejaría de crecer. Serían cientos. La
agencia informativa Reuters señaló en febrero de 2011 que se trataría de
unos mil "blogueros oficiales".
Por otra parte, existen grandes sospechas sobre los posibles nexos del
gobierno de La Habana con los hackers que asedian los sitios y blogs
cubanos albergados en el extranjero.
Puesto que ahora su estrategia es "ahogar" a los blogueros disidentes en
la masa de blogueros progubernamentales, el gobierno ya no necesita
atacarlos de manera tan clara y puede descansar un poco de este lastre.
Desde el 9 de febrero es posible acceder en la isla a unos cuarenta
blogs y páginas de Internet de opositores, entre ellos Generación Y de
Yoani Sánchez, para aquellos que pueden conectarse a la red
internacional. Según la bloguera, citada en la prensa extranjera, este
resquicio en la censura esté quizá relacionado con la XIV Convención y
Feria Informática, que tuvo lugar en La Habana del 7 al 11 de febrero.
La cuestión es saber si este desbloqueo se mantendrá.
El largo historial de las autoridades en lo que concierne a la censura
explica las dudas de los disidentes sobre una apertura real. Según Yoani
Sánchez, "algo nos dice que las fibras de ese cable [venezolano] ya
tienen nombre, dueño e ideología. La conexión submarina parece estar
destinada más a controlar a los ciudadanos que a enlazarlos con el
mundo". No obstante, "será más difícil convencernos de que no podemos
tener YouTube, Facebook, Gmail", subraya.
A mediano o largo plazo algunos apuestan sobre una evolución a la manera
china: un desarrollo de la Web por razones económicas, con un mejor
acceso para la población, en paralelo con la conservación de un control
político. Una esperanza persiste: Cuba anunció que quiere pasar del
sistema de explotación Windows a Linux. Esta iniciativa podría mejorar
las competencias técnicas de los informáticos cubanos, quienes estarían
más capacitados para evadir la censura.
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