La muerte del comandante Juan Almeida plantea la urgencia de avanzar en
el relevo de la generación que gobierna Cuba desde hace medio siglo y en
el diseño de un nuevo modelo socialista para la continuidad de la revolución
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"Es un pistoletazo para la carrera generacional, de apuro, de aprovechar
el tiempo real que queda para garantizar la continuidad'', declaró un
analista cubano que no quiso dar a conocer su nombre.
Al posponer el primero de agosto el VI Congreso del Partido Comunista,
que debió celebrarse en el 2002, el presidente Raúl Castro admitió la
necesidad "dar pasos inaplazables, como la renovación de los organismos
superiores de dirección del Partido''.
Los hombres del poder en Cuba pasan de los 70 años y pese a la
incorporación de los llamados ''hijos y nietos de la revolución'' a las
estructuras, el poder sigue en manos de los dirigentes históricos,
encabezados por Fidel Castro, de 83 años, y Raúl Castro, de 78.
Fidel Castro, alejado del gobierno hace tres años por una enfermedad,
conserva el cargo de primer secretario del PCC. La debacle soviética,
tras sucesiones dentro de la misma gerontocracia comunista, es un
referente a tener en cuenta.
La muerte de Almeida "es una señal de que se debe acelerar el paso de
batón político a una nueva generación, con mucha más energía y
capacidad, más adaptada a las realidades del mundo actual. Es un llamado
simbólico y real a los demás que están en el poder ahora'', dijo el
historiador disidente Manuel Cuesta.
Según Raúl Castro, los círculos de poder en Estados Unidos han hecho
"una apuesta tenebrosa en torno al llamado factor biológico'', la
desaparición de la vieja guardia.
Aunque asegura que las próximas generaciones "nunca se desarmarán
ideológicamente'', apuntaladas por el Partido y las Fuerzas Armadas,
Raúl convocó a realizar en breve una Conferencia del PCC para renovar su
dirigencia, que lleva 12 años en los cargos debido a la demora del Congreso.
Las caras del relevo resultan menos visibles después de que en marzo
pasado figuras relativamente jóvenes, pero con experiencia política,
fueron destituidas, según Fidel Castro por ''indignos'', "ambición de
poder'' y abrir espacios a la inteligencia extranjera.
Son los casos del ex vicepresidente Carlos Lage, de 57 años, y el ex
canciller Felipe Pérez Roque, de 44, que llegaron a ser considerados
posibles líderes nacionales.
La aceptación popular de la institucionalización como alternativa al
liderazgo que trata de impulsar Raúl puede exigir tiempo, opinan sociólogos.
El VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, último para los históricos
según la propia cuenta de Raúl Castro, tendrá el complejo trabajo de
diseñar un nuevo modelo de socialismo, con cambios económicos, que
sustituya al actual, de corte soviético y ya agotado.
Tras la muerte de Almeida, Cuba deberá rearmar su modelo político -
Infobae.com (14 September 2009)
http://www.infobae.com/contenidos/471977-100891-0-Tras-la-muerte-de-Almeida,-Cuba-deber%c3%a1-rearmar-su-modelo-pol%c3%adtico
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