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Tuesday, September 15, 2009

El general Cardona

El general Cardona
Luis Cino

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - En la guerra por
producir "jama" para la dotación, antes que se produzca el próximo
incidente desagradable con otro Pánfilo, los generales están a punto de
conceder un nuevo ascenso. Esta vez, luego de los bueyes, la claria y el
boniato, corresponde en el escalafón al cardón o la cardona, que no se
sabe a ciencia cierta cómo se llama. No importa el nombre o apellido
exacto de la planta espinosa de la familia de las euforbiáceas. Tampoco
el género. Gracias a las oportunas enseñanzas de la princesa Mariela, a
los generales, para su batalla campirana contra reloj por las viandas y
frijoles, les pasa como a Camacho: les da lo mismo una hembra que un macho.

Sesudos del Ministerio de Agricultura acaban de descubrir que debido al
elevado costo de la tonelada de alambre de púas en el mercado mundial,
no hay nada mejor para cercar los cultivos contra ladrones y animales
que levantar impenetrables muros de cardona. Adicionalmente, si la cosa
se pone fea y las cárceles no dan abasto, los generales deben haber
previsto la posibilidad de usar los muros vegetales, erizados de espinas
y chorreantes de savia urticante, en sustitución de las alambradas para
cuidar presos (muchos de ellos por robar comida).

Los generales que trazan la estrategia del boniato, luego de
inspeccionar una escuela de capacitación de bueyes en Villa Clara y un
cementerio de tractores en Paso 7, dieron una vuelta por Holguín para
indagar sobre la experiencia de los guajiros con las cercas de cardona.
Y comprobaron que era bueno y decidieron que fuera así.

Los servicios informativos de la TV Cubana presentan reportajes donde
aparecen guajiros entusiastas con los resultados de usar la cardona para
cercar. Niegan la vieja superchería de que la cardona espanta la lluvia,
y afirman que protege los suelos de la erosión y revelan los secretos
para plantarla, y luego, cuando crece, hay que podarla a machete de
acuerdo con las fases de la luna.

No sé si el entusiasmo se mantendrá cuando tengan que podar y no
dispongan de guantes, botas o camisas de manga larga que contrarresten
los pinchazos y las quemaduras de la leche que brota a raudales, cuando
se cortan los troncos cuadrados del cardón. Eso si los jefes no han
previsto también la posibilidad de usar presos para podar las cercas.

El caso es que pronto, entre los kilómetros de cercas de cardón, las
miles de hectáreas cubiertas de marabú, aroma, guao y pica-pica, las
hordas de mosquitos, santanillas y hormigas bravas y las maquinarias
agrícolas rusas convertidas en chatarra y cubiertas por la maleza, no
habrá quien dé un paso por los campos de Cuba.

Debían pensarlo antes de seguir con los ascensos. Tal vez los jefes
subestiman la amenaza golpista y no han reparado en el riesgo de que al
General Marabú, al que no han podido vencer, se sume otro oficial
potencialmente sedicioso, espinado, de mala leche y género más incierto
que el de Caster Semenya: el General Cardona.

luicino2004@yahoo.com

Cuba: El general Cardona (15 September 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/Sept09/15_C_2.html

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