El festín de las alternativas
By JORGE FERRER
Algunos periódicos se hacían eco días atrás de una peculiar iniciativa
en la red social Facebook. Allí, y partiendo de una idea que el cubano
residente en Miami José Ramón Morales lanzó hace algún tiempo en un
blog, Cuba española, ha surgido el grupo ``Movimiento por la
reincorporación de Cuba a España como comunidad autónoma''. En esencia,
el grupo aboga por que Cuba se integre en el orden político español y,
de paso, en el europeo. Cuando escribo este artículo, la iniciativa
cuenta con unos 1,800 miembros en Facebook, una cifra nada desdeñable si
se atiende a lo extravagante del propósito.
Imaginar la devolución de Cuba a los debates de la segunda mitad del
siglo XIX --independentistas vs. autonomistas, por ejemplo-- constituye
un tour de force colosal. Pero me interesa menos pensar en esa idea de
reversión colonial que lo que implica su aparición y circulación por las
redes sociales, donde gana adhesiones. Interesa, porque constituye un
testimonio de la extraordinaria avidez que la sociedad cubana --sea en
la isla o el exilio-- tiene por alternativas de futuro, así como de la
creatividad que desplegará y ya muestra para imaginarlas y vocearlas.
Un asunto, por cierto, en el que no seremos innovadores. En buena parte
de los países de Europa del Este, el fin del comunismo generó una
caótica proliferación de caminos hacia el porvenir. En algunos de ellos,
para sorpresa de analistas y ciudadanos, conjuntamente con las diversas
propuestas de organización democrática desde la sociedad civil, los
estamentos del ancien régime o una mezcla de ambos, aparecieron también
pulsiones retardatarias. La tentación monárquica, por ejemplo, afloró
con fuerza y aún goza de valedores en algunos países. Bulgaria vio cómo
el rey Semión II, que volvió a Sofía desde su largo exilio en Madrid, se
convertía en primer ministro, en un movimiento de veras excepcional en
la historia europea.
Más conocidos, por el horror que generaron, son los trastornos padecidos
por la geografía poscomunista. El estallido de la guerra en Yugoslavia o
los conflictos que todavía enfrentan a países que antes integraban la
URSS son apenas algunos ejemplos de cómo las sociedades que atraviesan
procesos de transición después de largos años viviendo bajo la pax
comunista resuelven el futuro multiplicando el grado cero de la
democracia por las cifras más variopintas.
Una Cuba en transición no podrá estar ajena a esos juegos con las
ucronías, los relatos nacionales que jueguen al ``if'', las narrativas
díscolas. Las tentaciones anexionistas que podría conocer una Cuba
poscomunista en la que, como en la Rusia de inicios de los noventa,
muchos ciudadanos se sientan abandonados por el Estado y, lo que es
peor, crean a éste incapaz de generar prosperidad y seguridad pública,
no habrán de sorprender a nadie. Querer escapar de la plausible
indefensión del mañana nos devolverá a sueños de antaño. Si Hollywood es
--así lo acuñó Ilya Ehrenburg--, fábrica de sueños, el poscomunismo es
fábrica de febriles ensoñaciones y onerosas pesadillas.
La curiosidad política latente en esa Cuba que el gobierno de La Habana
quiere uniforme o la evidente pluralidad del exilio cubano permiten
adivinar un futuro por el que se pasearán freaks, improvisados
catedráticos, opinadores de prime time, comisarios reciclados,
excastristas, anticastristas, procastristas, y algunos que habrán
transitado esos tres avatares paso a paso. Tendremos veteranos de las
guerras en Africa o ``internacionalistas'' disputándole indemnizaciones
a los expropiados de la primera revolución, como tendremos anexionistas
dispuestos a asimilarse a lo que sea y ceñudos valedores de la
soberanía. Regionalistas furibundos y patriotas de novísimo cuño.
Inmigrantes orientales en La Habana que acudirán a registrar sus
asociaciones pidiendo turno en cola por la que pasarán los grupos que
reivindiquen identidades raciales o de género. Habrá de todo, como en
botica. Porque ya lo hay y asoma lo mismo en Facebook que en cualquier
esquina de la isla o el exilio. Y cabe felicitarnos de que así sea.
JORGE FERRER: El festín de las alternativas - Opinión - El Nuevo Herald
(13 September 2009)
http://www.elnuevoherald.com/opinion/story/542023.html
No comments:
Post a Comment