"Cuba teme más la riqueza de pocos que la pobreza de todos"
MAURICIO VICENT 23/09/2009
La psicóloga cubana Carolina de la Torre conoce bien el alma de su país.
Por su casa de La Habana pasan amigos y pacientes en busca de ayuda, y
ella atiende sus problemas y angustias, escucha sus sueños y
desesperanzas. Además de su experiencia clínica, De la Torre es una
eminencia en el estudio de la identidad, ha escrito libros y dirigido
numerosas investigaciones sobre el tema. Se resiste a ser invitada a un
famoso restaurante de La Habana Vieja, donde un almuerzo sin vino supera
el salario mensual de cualquier profesional. "Ay, chico. Es demasiado
caro...". Ya en la mesa, mucho más interesada en la conversación que en
la comida, resume uno de los grandes dilemas del cubano: "Algunos
esperan que uno describa el infierno que Cuba no es. Otros quisieran que
hables de un paraíso que no existe".
La psicóloga ha estudiado a fondo los problemas vitales de los cubanos
Para la salud de Cuba, dice, "hacen falta los matices"; ya está bien de
que unos y otros te obliguen a escoger entre todo o nada. De la Torre
confirma que hoy por hoy "lo que más abruma a los cubanos es ganarse la
vida dignamente con su trabajo". Cree que desde la crisis de los noventa
la gente ha sido más creativa y ágil para buscar alternativas que el
Estado en legalizarlas e instrumentarlas, y eso pasa factura. "Se teme
más a la riqueza de unos cuantos que a la pobreza de todos". Esto tiene
que ver con otra de las "angustias existenciales" de sus compatriotas.
"Hay una permanente influencia de las estructuras de gobierno en la vida
privada, y mucha gente siente que su propia vida no le pertenece". Un
camarero trae su bacalao a la vizcaína, un plato que le fascina. El
hombre escucha la conversación de refilón... y asiente.
Mientras comemos gesticula, se emociona. A sus 62 años, es toda energía.
En 1982 sobrevivió a un accidente de aviación al regresar de un
encuentro académico en Moscú. Murieron 14 personas. En estos momentos
realiza un documental basado en los testimonios de los cinco psicólogos
cubanos que sobrevivieron a la catástrofe. "En las situaciones límite se
muestra lo esencial, no hay espacio para la mentira, puede surgir lo
mejor y lo peor de cada cual".
El llamado Periodo especial fue también una situación límite para los
cubanos. Cada día la gente se levantaba con una nueva carencia y se
convirtió en normal lo anormal. "Los valores se deterioraron: robar o
prostituirse era 'luchar' y se extendió la doble moral". Entre las
secuelas, asegura, una es especialmente dolorosa: una generación que se
sacrificó por la revolución ha visto cómo sus hijos se iban del país.
"Ante la situación extrema que vivimos, cualquier intransigencia, odio o
intolerancia está de sobra", enfatiza. Pone como ejemplo el concierto de
Juanes en la Plaza de la Revolución. "¿Cómo puede desatarse el odio ante
la posibilidad de unirnos y cantar juntos por la paz?". De la Torre es
crítica, pero no reniega. Piensa que "Cuba ha demostrado que un país
pobre puede aspirar a un proyecto de seguridad e igualdad social". Pero
ahora hay que hacer algo, cambiar. Asegura que la forma de contribuir a
un futuro mejor es participar, no callarse. Lo peor es la parálisis
actual: "Es como si todos fuésemos menos valientes de lo necesario". Y
se toma el café.
"Cuba teme más la riqueza de pocos que la pobreza de todos" · ELPAÍS.com
(23 September 2009)
http://www.elpais.com/articulo/ultima/Cuba/teme/riqueza/pocos/pobreza/todos/elpepuult/20090923elpepiult_2/Tes
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