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Thursday, June 04, 2009

Sepulten a ese muerto ya!

¡Sepulten a ese muerto ya!

José Daniel Ferrer, prisionero de conciencia

PRISIÓN PROVINCIAL DE LAS TUNAS, Cuba, junio (www.cubanet.org) - En los
primeros días de mayo los comunistas cubanos celebraron el natalicio de
Carlos Marx: recibieron al primer ministro de Laos y al canciller de
Corea del Norte, y dieron a conocer que a partir del próximo curso
escolar reabrirán la carrera de marxismo-leninismo.

Dicen que el marxismo está vigente y que es referencia para los procesos
políticos, económicos y sociales que emergen en la actualidad. Dicen
también que la determinación de Cuba y Corea del Norte de construir el
socialismo y la unidad monolítica entre partido y pueblo, fueron
destacadas en las conversaciones entre Ricardo Cabrisas, Vice Presidente
del Consejo de Ministros de Cuba y Pak Ui Chun, Ministro de Relaciones
Exteriores del demencial régimen norcoreano.

Bien sabemos –norcoreanos, laosianos y cubanos– cómo se construye el
socialismo y cómo se logra la monolítica unidad entre partido y pueblo:
coacción y represión. Esa es la fórmula mágica.

Estos señores, adictos al poder, están empecinados en reanimar a un
viejo e insepulto cadáver; se resisten a inhumar una insana ideología
que sobradamente demostró su inoperancia, y que mucho sufrimiento ha
causado a millones de personas. Ya no saben qué perfume aplicar para
disimular su mal olor.

Los regímenes comunistas, en vez de alcanzar la sociedad sin clases y la
progresiva extinción del Estado a que aspiraban Marx y Lenin, crearon
una nueva y súper poderosa clase que explota como nadie al proletariado
y lo hace, irónicamente, en nombre de la clase obrera.

La nueva clase controla los aparatos políticos y económicos, y se
perpetúa como nadie en el poder recurriendo a todo tipo de crímenes, con
tal de no poner en peligro sus privilegios. La maquinaria estatal, en
vez de disminuir adquiere cada día monstruosas dimensiones.

En su encíclica Spe salvi sobre la esperanza cristiana, el Papa
Benedicto XVI, refiriéndose a Carlos Marx, dice: "Su error está más al
fondo. Su verdadero error es el materialismo: en efecto, el hombre no es
sólo el producto de condiciones económicas y no es posible curarlo sólo
desde fuera, creando condiciones económicas favorables".

Y refiriéndose a lo que los comunistas llamaron fase intermedia de la
dictadura del proletariado, el sumo pontífice expresa: "Esta fase
intermedia la conocemos muy bien y también sabemos cuál ha sido su
desarrollo posterior: en lugar de alumbrar un mundo sano ha dejado tras
de sí una destrucción desoladora".

En lo económico, el fracaso de los regímenes marxistas ha sido
estrepitoso. Fue la principal causa del derrumbe del llamado "campo
socialista" o "socialismo real" en Europa del Este.

La economía centralizada de cuartel es la causa fundamental del atraso y
la miseria de Cuba, de Corea del Norte y también de la República de
Laos. Aunque los comunistas de este último país, con la intención de
progresar económicamente y dejar de ser la población más pobre del
sudeste asiático, ha puesto en práctica políticas de privatización con
favorables resultados.

Fidel Castro, o quien redacta las llamadas reflexiones, viene elogiando
profusamente el proceso económico de China –otra nación bajo un régimen
comunista violador de los derechos humanos–, pero el desarrollo
alcanzado por el gigante asiático nada tiene que ver con el colectivismo
marxista; se debe al modelo de economía capitalista que ha adoptado, a
las reformas que han puesto en práctica y que los Castro se niegan a
realizar en nuestro país.
Los Castro, con los norcoreanos, representan el punto extremo de la
ortodoxia marxista. De ahí que a casi 20 años del colapso del comunismo
en Europa del Este, y de las manifestaciones prodemocráticas ahogadas en
sangre en la Plaza de Tiananmen, se empeñan en revivir su cadáver, en
vez de propiciar su debido entierro.

¡Sepulten a ese muerto ya! (4 June 2009)

http://www.cubanet.org/CNews/y09/junio09/04_C_1.html

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