Publicado el 06-04-2009
Guerra en Cuba contra antenas de televisión
Servicios informativos de Diario Las Américas
El gobierno de Cuba ha recrudecido su campaña para eliminar las antenas
parabólicas de televisión, en un intento para mantener el aislamiento
informativo de la población.
La gente usa todos los medios para ocultar las antenas e incluso llegan
a esconderlas dentro de los hornos de las cocinas o en tanques de agua,
según informó el diario El País de Madrid.
La meta de esta campaña, según dijo el diario Granma, órgano oficial del
Partido Comunista, es eliminar el "veneno" de algunos canales de
televisión extranjeros "que se esmeran en tergiversar la realidad cubana
con la finalidad de crear confusión, descontento y pesimismo en la
población".
Granma detalló en un articulo algunas de las actividades ingeniosas de
algunos cubanos para conseguir, usar y ocultar los medios para poder
captar programas de DirectTV y Dish, que son muy populares en todo el
hemisferio.
Uno de los ejemplos citados dice que una persona camufló una antena como
un centro de mesa, con diversos adornos, tratando de burlar a los
controles aduaneros. Pero no tuvo suerte y ahora enfrenta el pago de una
multa de 500 pesos, del tipo que son convertibles a dólares.
Granma considera que las acciones son necesarias debido a que "la
programación en oferta" por la televisión por satélite "convierte en
trascendental el hecho más banal" y "nada aporta a la identidad nacional".
Agrega que "El único beneficiario es el imperio, que satisface su
apetito de engaño y dominación". Y sostiene que para el gobierno
"enfrentar el negocio jugoso de piratería y distribución de las señales
de televisión satelital es una cuestión de honor".
Pero El País dice que la gente opina de otra manera y cita a un
universitario, llamado Juan, que cuanta con los medios para captar los
problemas, "Conseguir una antena es el único modo de eludir el clavo de
la televisión cubana, que nos quiere condenar a la pureza ideológica".
Las antenas ilegales son la única alternativa a la televisión oficial,
que cuenta con cuatro canales, todos controlados por el Gobierno, y cuya
programación está tan politizada y es de tan baja calidad que fue
criticada duramente por intelectuales cubanos durante un congreso de
escritores y artistas realizado el año pasado, agrega el diario español.
Una antena cuesta mil dólares en el mercado ilegal y quienes han logrado
instalarla venden la señal a 20 hogares o más, mediante una serie de
conexiones y les cobran 10 dólares por mes por receptor.
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