Expectación en Cuba
By MIRIAM LEIVA
La Habana -- La desfasada confrontación entre Estados Unidos y Cuba es
abordada por el presidente Obama con su inteligencia, la experiencia de
la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y los consejos de eficientes
asesores. Su administración se propone sostener ''relaciones productivas
con Cuba, que propicien al mismo tiempo el avance de los derechos
humanos y la democracia''. En ese contexto se enmarca la propuesta en
abril de reiniciar las conversaciones sobre inmigración, los servicios
postales directos y posteriormente quizás otros temas como lucha contra
el narcotráfico, el terrorismo y los desastres naturales, evidentemente
ya tanteado en las conversaciones entre el subsecretario de Estado
Thomas Shannon y el embajador Jorge Bolaños en Washington.
Los cubanos se enteraron pronto, por las emisoras de televisión de la
Florida pirateadas y la radio extranjera, que La Habana respondió
positivamente el 30 de mayo mediante nota diplomática y se negociaba que
el primer encuentro fuera en junio. Este fue un acontecimiento
significativo antes de la Asamblea de la Organización de Estados
Americanos (OEA) que se celebraría en San Pedro Sula, Honduras, los días
2 y 3 de junio, y donde el levantamiento de la suspensión al gobierno
cubano en 1962 y la eventual readmisión fueron asuntos muy controversiales.
La paciencia y la firmeza son cruciales ante las provocaciones,
fundamentalmente de quienes en La Habana se aferran al pasado, y las
opiniones que habían prevalecido en el norte. Barack Obama fue el
candidato de la mayoría de los cubanos, con un entusiasmo hacia las
elecciones como si hubieran podido votar, y su inauguración fue acogida
con júbilo. Cada paso que da respecto a Cuba exalta su popularidad y la
disposición del presidente Raúl Castro a conversar con su administración
creó grandes esperanzas en el pueblo de que por fin se avanzara en la
normalización de las relaciones.
El contexto político, económico y social en Cuba es tan calamitoso que
el ciego egocentrismo decadente no puede impedir el creciente clamor por
transformaciones para frenar la depauperación e impulsar el progreso,
que aflora con creciente fuerza entre la población exhausta por la
simulación, las carencias y la represión. Los viejos métodos del poder
absoluto podrían llevar a la desesperación y un desenlace sangriento,
que la mayoría de los ciudadanos desean evitar. Del otro lado, en
Estados Unidos existe voluntad de renovación para salir de la crisis
económica fortalecidos, y con relaciones internacionales de cooperación
multilateral y enfrentamiento a los flagelos del terrorismo, el
narcotráfico y todas las calamidades humanas y naturales.
El deterioro de la situación en Cuba, de mantenerse el inmovilismo,
podría incrementar el flujo de balseros hacia la Florida y ocasionar una
avalancha de proporciones mayores que el gran éxodo de 1994, provocado
por las autoridades cubanas como medio de quitar presión al descontento
por los rigores del inicio del ''período especial''. La Ley Helms-Burton
contempla que una nueva avalancha se consideraría una agresión a la
seguridad nacional, y la respuesta que tendría que dar el gobierno
norteamericano sí preocupa a las autoridades cubanas. Todas estas
circunstancias parecen favorecer el retorno a la mesa de conversaciones.
Los primeros pasos del presidente Obama cumplieron los compromisos de la
campaña electoral de levantar las prohibiciones a viajes y remesas, y se
han complementado con los contactos pueblo a pueblo iniciados con la
Exposición de Arte de Chelsea ''Nueva York visita La Habana'' en marzo
de 2009, y la participación de atletas norteamericanos en el Primer
Campeonato Panamericano de Pruebas Combinadas (decatlón masculino y
pentatlón femenino) el 29 y 30 de marzo. Alienta que sea el preludio de
intercambios en las más diversas manifestaciones culturales,
educacionales, deportivas y de todo lo que pueda contribuir a la
colaboración, el mejor conocimiento y el flujo de ideas democráticas.
EL avance en la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados
Unidos repercutiría positivamente en la vida del pueblo, la liberación
de los prisioneros de conciencia y políticos pacíficos, el
desenvolvimiento de la sociedad civil y el progreso de la nación cubana.
Periodista independiente cubana.
MIRIAM LEIVA: Expectación en Cuba - Opinión - El Nuevo Herald (5 June 2009)
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