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Friday, June 05, 2009

El derrochador culpable

El derrochador culpable

Juan Carlos Reyes, Holguín Press

HOLGUÍN, Cuba, junio (www.cubanet.org) - ¡Soy un derrochador! He gastado
junto a otros ciudadanos 40 mil toneladas de combustible en energía por
encima del presupuesto del "generoso estado cubano". Con un refrigerador
y 4 lámparas fluorescentes.

El módulo de dos ollas y el fogón eléctrico no puedo contarlos, pues
recuerdo a Fidel Castro cuando decía que con estos artefactos sí íbamos
a ahorrar. ¡El pobre, dedicó tantas horas frente a las cámaras de
televisión explicando cómo debía cocinarse, guisar frijoles y otros
menús! Propio de un cocinero en jefe. Total, para nada, porque cuando
lleguen los apagones habrá que cocinar con leña, y tendré que trazar
urgentemente un plan de ahorro.

Lo primero será apagar el televisor a la hora pico, es decir, entre las
6 y las 9 de la noche (Mesa Redonda–Noticiero Nacional); luego
desconecto el Coco (así llamo cariñosamente a mi refrigerador, porque
sólo tiene agua); no pagaré las ollas ni el fogón al banco. Como no voy
a utilizarlos ahorro algunos pesos, pero eso sí, los dejaré en un
estante visiblemente público como recuerdo de lo que fue una "victoriosa
revolución energética".

No me dejaré influenciar por aquellos mal intencionados que hablan de
nuestros dirigentes comunistas. Dicen que andan en sus 3 carros
"vacilando" con la cara rosada y el vientre abultadito, las casas y
oficinas acondicionadas, y que debían dar el ejemplo, puesto que son los
primeros derrochadores y malversadores. No entienden los cubanos
criticones que, según el manual, un dirigente comunista necesita 3
carros, 3 casas, 3 mujeres (una oficial y dos querindangas) y así
sucesivamente; ya si pasan de tres es corrupción imperdonable o traición.

Los culpables somos los de a pie, derrochadores inconscientes. Por
ejemplo, mi vecino se pasa el día escuchando Radio Martí.

-¡Oye, mijito –le digo- que ese radio gasta mucho!

Un amigo conecta el ventilador la noche entera, y tengo que atajarlo:

-Compadre, apágalo, no importa que sudes, a fin de cuentas es un sudor
revolucionario, y en las revoluciones se ahorra a costa del sudor del
pueblo.

Mi propuesta final es dirigirnos todos los que según ellos derrochamos,
en peregrinación socialista, y postrarnos a los pies de los jerarcas,
derrochadores justificados, oradores climatizados y otros compañeros
gastadores autorizados, y pedir que acaben de llegar los apagones, por
mi culpa, por mi culpa, y por mi grandísima culpa.

El derrochador culpable (5 June 2009)

http://www.cubanet.org/CNews/y09/junio09/05_C_2.html

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