Los comunistas chilenos buscaron armas de Cuba, afirma Aylwin
MANUEL FUENTES / EFE
SANTIAGO DE CHILE
El ex presidente chileno Patricio Aylwin, quien encabezó la transición 
tras 17 años de dictadura, afirmó que el atentado frustrado contra el 
general Augusto Pinochet fue una equivocación de los opositores más 
radicales que ayudó a los moderados a derrotarle en las urnas.
''Nos ayudó un error grave que cometió el Partido Comunista, que fue 
intentar asesinar a Pinochet e internar armas desde Cuba para una 
revolución armada'', declaró Aylwin en una entrevista con Efe.
Al analizar las circunstancias del plebiscito para decidir si Pinochet 
seguía en el poder hasta 1997, del que se cumplen 20 años este 5 de 
octubre, Aylwin señala como un hito decisivo el ataque perpetrado el 7 
de septiembre de 1986 por el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, el 
brazo armado del Partido Comunista.
''Eso generó el rechazo no sólo del régimen, sino también de los 
opositores a la dictadura, que veíamos que ésa no era la vía por la que 
podíamos derrotar a Pinochet'', declaró Aylwin, quien ayer recibió el 
Premio ''Héroe por la Paz'' por su ``contribución a la construcción de 
un país más fraterno''.
Patricio Aylwin (Santiago, 1919) fue cofundador del Partido Demócrata 
Cristiano y opositor al gobierno de Salvador Allende (1970-1973) y en 
diciembre de 1989, como candidato de la Concertación de Partidos por la 
Democracia, ganó las elecciones presidenciales que marcaron el retorno 
del país a la democracia.
Un año antes la dictadura chilena había convocado por primera vez en la 
historia un referéndum para decidir sobre su continuidad y la oposición 
albergaba el temor de que los militares no cumplieran con lo pactado.
''El plebiscito fue un desafío para la dictadura, pero también para los 
demócratas, porque teníamos todas las de perder'', dijo.
''El gobierno planeó una franja televisiva igual para la campaña de 
ambos bandos y eso nos dio la oportunidad de llegar a todos los rincones 
de Chile; en eso jugaron limpio'', admitió Aylwin.
El ex presidente recuerda que el general Fernando Matthei, comandante en 
jefe de la Fuerza Aérea y uno de los autores del golpe de Estado de 
1973, llegó la noche del plebiscito a La Moneda y, molesto por el 
silencio de Pinochet, reconoció ante los periodistas el triunfo del ``no''.
''Eso indudablemente debe haber frustrado los intentos que dicen que 
hubo por parte de Pinochet y su sector más cercano de desconocer el 
triunfo'', asegura.
A pesar de la victoria, los opositores optaron por no forzar la ruptura 
total con el régimen militar y pactaron una transición consensuada.
''Pinochet había perdido el plebiscito, pero el problema es que se 
mantenía en el poder'', puntualiza Patricio Aylwin, quien el próximo 
domingo será el único orador, aparte de la presidenta Michelle Bachelet, 
en el acto con el que la Concertación (coalición de centro izquierda en 
el poder desde 1990) celebrará el vigésimo aniversario.
El nacimiento de la Concertación ''resultó más fácil de lo que cabía 
pensar'', opina Aylwin, entre otras razones porque los izquierdistas 
chilenos que se exiliaron en países comunistas durante la dictadura 
``sufrieron una gran decepción y empezaron a valorar la democracia''.
A pesar de que durante su presidencia vivió momentos dramáticos en los 
que temió el retorno de los militares al poder, Aylwin no pierde el 
humor al relatar la primera conversación con Pinochet tras ganar las 
elecciones.
``Yo le dije: mire general, creo que sería mejor para Chile, para mi 
gobierno, para el Ejército y para usted que cuando yo asuma, usted se 
retire''.
''No, señor, se equivoca, ¿no ve que nadie lo va a defender mejor que 
yo?'', fue la contestación de Pinochet, quien a su juicio tenía razón, 
porque había generales más jóvenes, con ambiciones, con los que la 
naciente democracia habría corrido más riesgo.
Otro difícil momento que el paso del tiempo ha convertido en una 
anécdota que le provoca sonoras carcajadas fue cuando tuvo que llamar a 
Pinochet para recriminarle por unas declaraciones que había hecho su 
esposa, Lucía Hiriart.
'No me diga `na', presidente, cuarenta años, cuarenta años...'' se 
lamentó Pinochet, según recuerda Aylwin, quien comenta entre risas: 
``tuve que consolarlo''.
El primer presidente democrático tras el golpe militar se muestra 
convencido de que ``la democracia volvió a Chile para quedarse''.
''Habiendo desaparecido el comunismo, no hay motivos para que la derecha 
trate de empujar a los militares'', dice.
Aylwin no cree en las encuestas que dicen que la mayoría de los chilenos 
prefiere un gobierno de ''mano dura'', aunque admite que ``a la gente le 
gustan los presidentes que golpean la mesa, que de algún modo demuestran 
que mandan''.
''Pero no creo que esto lleve a poner en peligro el sistema 
democrático'', enfatiza.
http://www.elnuevoherald.com/noticias/america_latina/story/295811.html
 
 
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