Fidel Castro critica duramente la postura europea en la cita de Lima
El ex gobernante acusó a Europa de compartir con EE UU 'las leyes
extraterritoriales que (…) incrementan el bloqueo contra Cuba'.
Agencias | 20/05/2008
Para Fidel Castro, la Europa que acudió a la reciente cumbre de Lima con
Latinoamérica y el Caribe es un "lobo hambriento", al igual que Estados
Unidos, según dijo en una columna de su serie "Reflexiones" publicada
este lunes, informó EFE.
"La Europa que en esa reunión llevó la voz cantante —afirmó—, es la
misma que apoyó la guerra contra Serbia, la conquista por Estados Unidos
del petróleo de Irak, los conflictos religiosos en el Cercano y Medio
Oriente, las cárceles y aterrizajes secretos, y los planes de torturas
horrendas y asesinatos fraguados por (el presidente estadounidense
George W.) Bush".
"Esa Europa comparte con Estados Unidos las leyes extraterritoriales
que, violando la soberanía de sus propios territorios, incrementan el
bloqueo contra Cuba obstaculizando el suministro de tecnologías,
componentes e incluso medicamentos a nuestro país", sostuvo Castro.
"Sus medios publicitarios se asocian al poder mediático del imperio",
agregó en el artículo, publicado a pocas semanas de que la Unión Europea
decida si levanta definitivamente o mantiene las sanciones que impuso a
La Habana en 2003, para protestar por el encarcelamiento de 75 disidentes.
Según Castro, Estados Unidos y Europa "compiten entre sí y contra sí por
el petróleo, las materias primas esenciales y los mercados, a lo que se
suma ahora el pretexto de la lucha contra el terrorismo y el crimen
organizado, que ellos mismos han creado con las voraces e insaciables
sociedades de consumo".
Son "dos lobos hambrientos disfrazados de abuelitas buenas", dijo en su
columna, y calificó a Latinoamérica de "Caperucita Roja".
En Lima, afirmó Castro, "se habló en inglés, alemán y otros idiomas
europeos sin que partes esenciales de los discursos se tradujeran por
las televisoras al español o al portugués, como si en México, Brasil,
Perú, Ecuador y otros, los indios, negros, mestizos y blancos —más de
550 millones de personas, en su inmensa mayoría pobres— hablasen inglés,
alemán u otro idioma foráneo".
Además, "se dio a entender que las armas que adquiere un país amenazado
de genocidio por el imperio, como lo ha sido Cuba desde hace muchos años
y lo es hoy Venezuela, no se diferencian éticamente de las que emplean
las fuerzas represivas para reprimir al pueblo y defender los intereses
de la oligarquía, aliada a ese mismo imperio", señaló Castro.
"La IV Flota (estadounidense) no se menciona, por supuesto, en los
discursos que se televisaron de aquella reunión, como fuerza
intervencionista y amenazante", dijo.
"Uno de los países latinoamericanos allí representados —agregó Castro—
acaba de realizar maniobras combinadas con un portaaviones de Estados
Unidos del tipo 'Nimitz', dotado con todo tipo de armas de exterminio en
masa".
"En ese país hace unos pocos años las fuerzas represivas desaparecieron,
torturaron y asesinaron a decenas de miles de personas", dijo.
"Sus principales líderes militares cooperaron con el imperio en sus
guerras sucias. Confiaban en esa alianza. ¿Por qué caer de nuevo en la
misma trampa? Aunque es fácil de inferir el país aludido, no deseo
mencionarlo por no herir a una nación hermana", afirmó el ex gobernante.
"Lo que dije en la primera reunión de América Latina con Europa,
celebrada hace nueve años en Río de Janeiro, mantiene toda su vigencia",
aseveró Castro.
Recordó que entonces pidió condonar la deuda latinoamericana y caribeña,
invertir cada año en el Tercer Mundo "el 10 por ciento de lo que gastan
en las actividades militares" y cesar "los enormes subsidios" de los
países capitalistas a la agricultura.
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