Sobre "Mentiras corporativas"
Juan González Febles
LA HABANA, julio (www.cubanet.org) - La señora Rosa Miriam Elizalde
publicó un artículo en el rotativo Juventud Rebelde que tituló "Mentiras
corporativas". En su trabajo, fechado en 17 de julio, se lamenta de la
imagen internacional del régimen cubano.
Refiere que se suscribió a un servicio de alerta de noticias sobre
Internet y Cuba. Más adelante afirma: "Día tras día sólo he recibido el
mismo bocadillo: 'Cuba restringe el acceso a la Internet' que ya tiene
suficiente mérito para incorporarse al real diccionario de los lugares
comunes".
La señora pide lo imposible. Quiere que el mundo apruebe la conducta
inadecuada del gobierno cubano. Para ella, lo ideal es que sólo los
extranjeros y los paniaguados del régimen, como es su caso, disfruten de
conexión autorizada a Internet.
Hablar sobre el tema y colocar al gobierno de la Isla en el lugar que le
corresponde es volver sobre "el real diccionario de los lugares
comunes". Por supuesto, esto tiene otra lectura. Esta abordaría la
incapacidad de la señora Elizalde y el resto de los cotorrones
oficialistas para potabilizar la imagen del gobierno.
La dictadura cubana paga, de forma directa o indirecta, una cantidad
impresionante de sitios de Internet. Ahí están Rebelión, Insurgentes,
los sitios de los medios de prensa que circulan en la Isla y los
complacientes del corte Telesur y Al Jazera, entre otros.
A pesar de ello, no consiguen tapar el sol con un dedo. Han sido
vencidos por el tesón de los cubanos dentro y fuera de Cuba. El
apartheid que pesa sobre el pueblo cubano y que entre otros aspectos
incluye Internet, le sale al paso de forma continua a la señora.
En buen español, esto podría interpretarse como que el régimen cubano
perdió la "batalla de ideas". Las circunstancias en que esta derrota se
produce no pueden ser más humillantes.
Regulaciones draconianas impuestas por el régimen de La Habana han
silenciado en el orden práctico a la prensa internacional acreditada,
que se ha vuelto casi replicante de Granma. De no hacerlo así, la
expulsión es la alternativa con que tendría que lidiar. A pesar del gran
esfuerzo realizado, la señora Elizalde sigue ante su inexorable 'real
diccionario de lugares comunes'.
De vuelta con las restricciones al acceso a Internet en Cuba, un
periodista independiente cubano, el licenciado en psicología Guillermo
Fariñas Hernández, fue galardonado en La Habana el 19 de julio.
El premio conferido por la Sociedad Internacional para los Derechos
Humanos, con sede en la ciudad de Weimar, le fue entregado en la
residencia del Sr. Michael Klepsch, Ministro Consejero de la embajada de
la República Federal de Alemania en La Habana. Lo hizo el embajador de
esa nación en persona.
Fue un reconocimiento al acto que felizmente no terminó con la
inmolación del colega. Se trata de aquella prolongada huelga de hambre
protagonizada por Fariñas. La protesta solitaria que asumió, en demanda
de acceso libre a la red para el pueblo de Cuba.
La señora Elizalde tiene razones válidas para quejarse. A fin de
cuentas, lo peor que sufre el pueblo cubano no son las restricciones al
acceso a Internet. ¿Por qué se detienen tanto en eso? Para citar
ejemplos, en Cuba no se respeta ni uno sólo de los artículos de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Hay más de 200 prisioneros políticos, entre ellos una veintena de
periodistas independientes. Es cierto que el 'real diccionario de
lugares comunes' a que se refiere la señora se ha convertido en un
volumen muy grueso. Yo diría que para el caso cubano, demasiado.
jgonzafeb@yahoo.com
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