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Monday, July 02, 2007

Michael Moore: Sicko

Publicado el lunes 02 de julio del 2007

Michael Moore: Sicko
ARMANDO GONZALEZ

El cineasta Michael Moore, habilidoso propagandista de la extrema
izquierda, ha vuelto por sus andadas. El realizador de Bowling for
Columbine y Fahrenheit 9/11 ha comenzado a exhibir su más reciente
diatriba: Sicko, donde propugna la medicina socializada. Esto no sería
de mayor interés para el exilio cubano excepto que Moore, en un ridículo
intento propagandístico, llevó a Cuba a tres paramédicos de New York
que, después de la tragedia de 11 de septiembre, sufren de problemas
respiratorios para cuyo tratamiento, supuestamente, no tienen recursos.

Pero antes de continuar describiendo este detestable esfuerzo
propagandístico, recordemos quién es este sujeto. Michael Moore se ha
vendido al público durante años como un miembro de la clase trabajadora,
uno de ''los de abajo'', que denuncia los desmanes de ''los poderosos'',
critica despiadadamente el sistema capitalista y se solidariza
plenamente con los sindicatos obreros y los norteamericanos negros. Se
ha vanagloriado en repetidas ocasiones de ''no poseer acciones o bonos
en el mercado de valores'' y se ha declarado defensor de la ``acción
afirmativa''.

Todo este disfraz populista ha sido totalmente destruido a medida que
las verdades han salido a la palestra. Michael Moore no proviene de
''los de abajo''. Su padre era ejecutivo de General Motors y ni Moore ni
su familia pasaron penurias económicas. Este defensor de los
afroamericanos reside en el exclusivo enclave de Central Lake, Michigan,
donde, de acuerdo con el censo, viven 2,251 residentes, ninguno de los
cuales es negro. De los 135 individuos que Moore ha contratado a través
de su carrera de cineasta para la producción de sus películas, solamente
tres son negros. Este defensor de los sindicatos obreros lleva a cabo
casi toda su actividad cinematográfica en Canadá, bien lejos de esos
fuertes sindicatos obreros de Hollywood.

Y, por último, este enemigo del sistema capitalista, este hipócrita que
''no posee acciones ni bonos'' cuenta con un extenso portafolio
multimillonario administrado por un oficial de la firma Fleet Financial
en el que se incluyen acciones de muchas de las compañías que Moore ha
atacado despiadadamente en público: farmacéuticas como Merck y Pfizer y
HMO's como Pharmacia Corp. y Tenet Healthcare.

En Sicko, Moore se puso en manos del aparato propagandístico castrista
para lograr sus propios objetivos. Este no es un inocente que fue
engañado. Moore quería criticar el sistema de cuidado de salud de su
país y ensalzar el del sistema comunista cubano. Su documental no es la
realización de un ''tonto útil'', porque Moore no es tonto. El es un
extremista que odia a su propio país y a todos aquellos que se opongan a
su agenda de extrema izquierda. El exilio cubano esta en ese grupo.

Quizás la prueba más fehaciente del extremismo de Moore es cómo este
hombre, obviamente inteligente, no ha sentido curiosidad por estas
realidades elementales:

• Si el tan cacareado sistema de cuidado de salud en Cuba es tan bueno,
¿cómo es que en Miami, desde hace más de 40 años, existe un negocio
peculiar: ``Medicinas a Cuba''?

• ¿Cómo es que cuando un cubano en la isla necesita una medicina, su
médico le sugiere que se la pida a sus familiars en Estados Unidos? (en
mi familia, a través de los años, eso ha llegado a incluir espejuelos y
zapatos ortopédicos).

• ¿Cómo es que ese sistema, que tanto impresiona a Moore, casi mata a su
líder máximo? ¿Cómo es posible que haya tenido que importar a un médico
español para que lo sacara del atolladero?

Michael Moore es un cineasta exitoso así como un hombre hábil e
inteligente. Eso es lo que lo hace un enemigo que no se puede ignorar.
Pero sus habilidades e inteligencia se ensombrecen con su absurda
ideología. Y esto lo lleva a concebir escenarios ridículos como el
llevar a tres paramédicos a Cuba porque aquí no consiguen el tratamiento
adecuado.

Esa no se la cree ni él mismo.

Mientras tanto, Moore puede estar seguro de que, no importa cuán absurda
y malintencionada, su labor cinematográfica está protegida por la
primera enmienda. Y los que tenemos ideas diametralmente opuestas a las
suyas así lo expresaremos, pero nunca coartando su derecho a expresar
sus malintencionadas imbecilidades.

agonzalez@miamiherald.com

http://www.elnuevoherald.com/opinion/story/60458.html

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