2007-07-18.
Juan Mario Rodríguez, Corresponsal en la isla de Misceláneas de Cuba
El 10 de diciembre de 1948 la Asamblea General de la Organización de
Naciones Unidas adoptó y proclamó la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, texto del que la república de Cuba fue gestora y firmante.
En enero de 1959 Fidel Castro asumió el control del Gobierno cubano tras
la huída del tirano Fulgencio Batista, quien había perdido el apoyo del
Gobierno de los Estados Unidos.
Los objetivos de Castro eran muy alentadores: instaurar la Constitución
de 1940 y encaminar al país por la senda democrática, como declaró en La
historia me absolverá, un alegato de defensa en el juicio por asalto del
cuartel Moncada de Santiago de Cuba en 1953.
Sin embargo, las acciones no se correspondieron con dichos planes.
Aunque juraba -perjuraba -no ser comunista, las prácticas que emprendió
fueron de corte stalinista: persecución, encarcelamiento y fusilamiento
de opositores, confiscaciones y coartación de la libertad de expresión
con el cierre de diarios y revistas.
La nacionalización de empresas estadounidenses por el joven Gobierno
desencadenó en 1962 el embargo económico de los Estados Unidos a Cuba
que ha servido al régimen de La Habana para justificar la ineficacia y
obsolescencia que le han caracterizado en éstos primeros 48 años,
"bloqueo" que no ha impedido los negocios directos entre productores
norteamericanos y empresas de la isla.
El embargo, no obstante, recibe la desaprobación de la mayoría de los
países miembros de la ONU en las asambleas generales, decisiones que el
Gobierno cubano disfruta como sal de la vida. Por el contrario, las
condenas a Cuba, manadas durante quince años consecutivos de la Comisión
de Derechos Humanos de la ONU por violar los derechos fundamentales de
sus ciudadanos fueron, al decir del Ministro de Exteriores cubano,
Felipe Pérez Roque, victorias pírricas, indignas para ser tomadas en
cuenta seriamente.
En esta rara dicotomía se ha visto ocupada la ONU respecto al caso
cubano. Como resultado de la situación tan caótica existente en el país
millones de cubanos, involuntariamente, han estado cumpliendo al pie de
la letra la sugerencia de un artículo de Castro fechado en 1952 y que no
se publicó sino hasta hace un mes en que los comisarios de Granma,
órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, lo
desempolvaron. En aquella ocasión el Dr. Castro escribió: "...porque ya
en Cuba no se puede vivir y va llegando la hora de emigrar o morir..."
¿Qué reto para los cerebros demócratas globales puede representar la
archiconocida realidad cubana?
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=10873
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