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Sunday, July 09, 2006

Entre tabaqueros

SOCIEDAD
Entre tabaqueros

Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba - Julio (www.cubanet.org) - La lluvia había cesado y la
tarde aclaró. Estaban los cuatro sentados en su nuevo portal, hecho "de
a Pepe", como se dice, porque en el reparto Alamar, situado en la costa
este de La Habana, las autoridades estatales no permiten a las personas
que viven en los bajos de los edificios aprovechar el pedazo de área
verde que tienen delante de su apartamento y que ni siquiera las mismas
autoridades atienden.

Me invitaron a un buchito de café y acepté. Conversaban sobre una
información publicada ese día en el periódico Trabajadores relacionada
con la producción tabacalera.

Según la prensa, se hace imprescindible crear un contingente que pueda
apoyar las labores agrícolas. La producción tabacalera está en crisis.

Para estos vecinos de Alamar, jubilados del tabaco y conocedores de los
grandes problemas que enfrenta este sector, la solución está en
privatizar las tierras.

Uno de ellos se refirió al milagro chino con una claridad de criterios
que podía sorprender a cualquiera. Otro, al fracaso del sistema de
economía planificada tradicional, el mismo que existe en Cuba y que
durante treinta años había mantenido al país asiático en la ruina y a
Cuba con una economía en crisis permanente.

Pronosticaron el fracaso de la formación de un contingente para resolver
el problema mayor: la fuerza laboral campesina.

- Ahora están desesperados buscando gente -exclamó uno de ellos.

- Pero la gente ha emigrado hacia las ciudades -agregó otro-, y muchos
de los que quedan en el campo no poseen verdaderos conocimientos del
cultivo del tabaco.

Aseguraron que jamás se eliminará el atraso, porque el sistema económico
no es funcional. Así lo ha demostrado Cuba durante 47 años. También
dijeron que con este modelo el nivel de vida del cubano seguirá en
descenso, mucho más para la población campesina, la más sufrida de la
nación.

Todos están de acuerdo en que Cuba tendrá que emprender profundas
transformaciones económicas, sociales y científico-técnicas, como única
solución a su pobreza socialista.

Escuché claramente la palabra competir, como si fuera la clave de todo
para estos viejos tabaqueros de Alamar.

- ¿Competir? -pregunté por último.

- Sí -me respondió uno de ellos-. Competir a nivel internacional. Para
eso hay que liberar las fuerzas productivas. Sólo así se podrán eliminar
las diferencias que existen entre la ciudad y el campo.

Busqué más tarde la información de la prensa y me resultó tan
desalentadora como la conversación que escuché entre los tabacaleros.

El sindicato nacional plantea que se crearán condiciones adecuadas de
vida para los trabajadores, lo que da a entender que esas condiciones no
existían, sobre todo, porque más de l6 mil trabajadores ni siquiera
disponían de almuerzo o merienda en las zonas rurales donde realizan sus
labores. Ni ropa, ni zapatos, ni buenos salarios había para los
trabajadores del tabaco.

El resultado no se hizo esperar. Muchas de las empresas estatales se
vieron imposibilitadas de cumplir sus planes de exportación de habanos.
Las que presentan más atraso son la fábrica José Martí, La Corona,
Torcido Habana y otras de las provincias Granma y Santiago de Cuba.

Cerca del anochecer mis vecinos continuaban charlando en el portal de
los bajos del edificio llamado De los Tabaqueros. Sentí orgullo de vivir
entre ellos, en un edificio construido con sus propias manos en 1977. En
varias ocasiones les he dicho que mi madre fue despalilladora y mi padre
lector de tabaquería. Por eso me consideran de la familia.

http://www.cubanet.org/CNews/y06/jul06/06a8.htm

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