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Tuesday, July 25, 2006

El Cordoban del Cordobaso

POLITICA
El Cordobán del Cordobaso

Juan González Febles

LA HABANA, Cuba – Julio (www.cubanet.org) - Fidel Castro asistió a la
llamada "Cumbre de los pueblos". De paso participó en la reunión de
MERCOSUR, bajo la mirada cansada y tolerante de los presidentes elegidos
democráticamente. Castro rubricó algunos acuerdos comerciales de poca
monta con algunos países. Todo parece indicar que la agenda que lo trajo
fue más política que económica.

Los medios oficiales de la Isla se apresuraron para sobre dimensionar su
participación en el cónclave. Aunque bueno es decir que fueron todo lo
consecuentes que las circunstancias les permiten. El acento fue puesto
en los aspectos políticos más que en la parte económica.

El show pagado por Venezuela y denominado "Cumbre de los pueblos", casi
ocupó toda la agenda del gobernante cubano. Castro volvió a hablar y a
discursear contra los Estados Unidos. Entre Chávez y el anciano
mandatario de Cuba, vaticinaron el fin del mundo libre. Chávez fijó el
evento para los próximos 50 años; Castro, que obviamente tiene prisa, lo
adelantó.

La destrucción del mundo libre y, por supuesto, de los Estados Unidos,
es el sueño recurrente de Fidel Castro desde sus años juveniles. La
contrapartida de este sueño, lo que crea el necesario equilibrio, es la
pesadilla corporizada en el temor patológico a que lo maten. Quizás
pensando en Cuba, Castro alertó sobre la inconveniencia del uso de
siquitraques y cohetes en actos públicos.

Estimó que su empleo podría enmascarar a un eventual tirador. Es la
lógica de la cabeza visible de un régimen totalitario. De acuerdo con
esta lógica y su terror irracional a la muerte, cualquier prohibición y
cualquier medida para preservar su existencia es poca. Esto explica que
se mueva en medio de una parafernalia sin igual de pistoleros, ayudantes
y guardaespaldas. O que someta a los cubanos a una lista inacabable de
prohibiciones y limitaciones derivadas de su miedo a que le maten.

Todos los dictadores se parecen o tienen rasgos semejantes. Siguen un
patrón o un perfil. Así lo aseguran los que estudian a esta categoría de
personas. A falta de triunfos reales en el terreno firme de la economía,
las finanzas o la industria, los dictadores se transan con el oropel
efímero de las puestas en escena.

Castro dijo, y los medios al servicio de su gobierno repiten, que la
Cumbre chavista de los pueblos fue un "Cordobaso". Algo que para ellos
da la medida de un éxito en el terreno político. Lo que no se dijo es
que los cubanos a falta de Cordobasos, muerden el Cordobán. Esto es algo
muy desagradable: equivale a resignarse a ser un perdedor a tiempo completo.

Parece ser que los presidentes elegidos democráticamente, limitan su
censura a Castro y a su dictadura a mudas miradas que podrían
interpretarse como reconvención. Ninguno demandó la libertad de los
presos políticos cubanos. Ninguno levantó su voz en defensa del derecho
de los cubanos.

Este silencio les iguala a los que callan en la Isla por temor a la
respuesta represiva de la dictadura. Tanto unos como otros muerden el
mismo Cordobán. La diferencia, si es que la hay, estriba en la calidad
del mordisco, o en su estilo. Nada más.

http://www.cubanet.org/CNews/y06/jul06/25a7.htm

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