POLITICA
Academia y oportunista tolerancia
Juan González Febles
LA HABANA, Cuba - Marzo (www.cubanet.org) - En Cuba gobierna una
dictadura personal militar. Se trata de una estructura totalitaria que
conforma una dictadura perfecta. Este volver sobre lo mismo, tiene en
este momento una connotación muy importante. Se trata de la negativa a
que 55 académicos cubanos viajen a los Estados Unidos.
Para comprender en su correspondencia exacta esta posición, es bueno
refrescar la memoria y además abrir los ojos a la observación. Primero
será hablar sobre que pasa hoy en Cuba. La dictadura personal que
gobierna en la Isla está empeñada en una guerra terminal contra el
pueblo y su sociedad civil.
Se trata de la campaña dirigida por una élite minoritaria. Esta élite,
obedeciendo el mandato de su primera figura, respalda de hecho y de
derecho cuanto atropello se comete. Es un doble juego interesante. Por
una parte comen y beben en la mesa de los opresores. Por la otra,
preparan una imagen para que cuando todo cambie, todo continúe igual.
Cada uno de estos académicos práctica algo más que una doble moral. Si
no se trata de personas que creen a pie juntillas las doctrinas
totalitarias y anti democráticas oficiales, se avienen a ellas de forma
amoral por mera conveniencia. No se trata de personas desconocedoras del
mundo, sólo han hecho su opción.
La cuestión no es sólo lo que sucede en la actualidad. Esos académicos,
en la dictadura militar son nada y representan menos que nada. Son un
pasaporte para negociar luego del gran y esperado entierro. Son otro
comodín para la supervivencia de la clase política castrista. Son
garantía para un próximo juego de sucesiones sin democracia.
Es justo en nombre de la libertad y los principios que pasan por alto
los académicos y los que defienden su representatividad, que éstos se
mantengan mañana en la condición que aceptan hoy por conveniencia. Es
decir, que sigan siendo nada.
Cuando los académicos de marras cabildeen ante el gobierno cubano la
tolerancia que pretenden obtener del mundo, serán acreedores de respeto.
Es decir, cuando pidan que se permita a las Damas de Blanco recoger el
premio Sajarov o digamos, que se dé acceso al pueblo del que surgieron a
Internet, serán creíbles. Hoy día, no lo son.
Ser académico en la Cuba de hoy es repetir un discurso en el que no se
cree. Es hacer lo que resulta conveniente y aparentar lo que no existe.
No comprendo cómo puede alguien que vive en este país defender este
juego del Partido de Fidel Castro. Cómo puede creer la ilusión de
personas consagradas al conocimiento puro o al por ellos execrado arte
por el arte.
Ahora los patrones del compromiso posan de liberales y civilizados.
Exigen de forma hipócrita el cumplimiento de normas decentes de
convivencia en una sola dirección. Lo insólito es que demócratas
convencidos no se percaten del juego.
Mientras se persigue el inocente acto de encender un televisor y optar
libremente por cualquier canal, se rasgan vestiduras por personas que
van a recitar el guión escrito por el Departamento Ideológico del
Partido de Fidel Castro. Partido que, dicho de forma incidental, otorga
el aval para ostentar la toga universitaria.
En Cuba, "la universidad es para los revolucionarios", sea esto en
condición de alumnos, de profesores o de académicos. Ellos son por
encima de todo, eso: revolucionarios, que es decir castristas.
Castristas que van a cumplir la misión que se les encomendó.
La dictadura gana tiempo y cabildeo para el futuro. A su favor también
están los "ingenuos".
http://www.cubanet.org/CNews/y06/mar06/10a6.htm
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