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Sunday, July 02, 2006

Tarjeta Blanca para los cubanos

Posted on Sun, Jul. 02, 2006

Tarjeta Blanca para los cubanos
PABLO ALFONSO

Ahora que estamos en el momento cumbre de la Copa Mundial de Fútbol
Alemania 2006 todo el mundo habla del deporte rey. Jugadores y
aficionados están ansiosos y expectantes. Nadie quiere recibir tarjeta
amarilla y mucho menos quedar fuera del juego por una tarjeta roja.

No se asusten que no voy a hablar de fútbol. Dejo esa responsabilidad a
los expertos deportivos. La tarjeta blanca a la que me refiero no tiene
nada que ver con el fútbol, aunque provoca igual ansiedad y expectación
entre los cubanos que, contrario a lo que de-

sean los pateadores profesionales, esperan con alegría recibir esa
notificación.

La Tarjeta Blanca es conocida en Cuba como el ''permiso de salida del
país'' que otorga, a su discreción y antojo, el Departamento de
Inmigración y Extranjería del Ministerio del Interior. Ni más ni menos
como le digo: permiso de salida del país.

Cuba es uno de los pocos países del mundo --a los que quizás se suman
Corea del Norte y Viet-Nam--, donde los ciudadanos tienen que recibir
permiso del gobierno para salir del país. Salir al extranjero requiere
no sólo la lógica visa de entrada al país donde se desea viajar sino el
permiso del régimen. Bajo cualquier categoría: Un asunto personal de
trabajo, una visita familiar,¡¿de vacaciones?!, o para emigrar.

Para solicitar ese permiso los cubanos tienen que pagar ''la módica''
suma de 150.00 CUC, es decir ''chavitos cubanos convertibles'', cuya
equivalencia actual es de aproximadamente 0.90 centavos de CUC por cada
dólar estadounidense. Si el cambio se aplica al humilde peso cubano, la
moneda nacional que reciben los cubanos por su trabajo, entonces estamos
hablando de 4,200 pesos, equivalentes a casi once meses de trabajo,
teniendo en cuenta al salario promedio nacional. ¡Casi nada!

Cuestiones económicas aparte, la Tarjeta Blanca es una de las tantas
armas de contención política que aplica la dictadura cubana a sus
opositores; o a quienes quiera ''pasarle la cuenta'' ante cualquier
'deslealtad`' cometida. De hecho, hay cientos de cubanos que a pesar de
tener sus pasaportes visados no reciben la Tarjeta Blanca. No tienen
permiso de salida. La lista es extensa, incluye desde disidentes hasta
académicos y profesionales ''castigados'' por cualquier ''razón de
Estado''. Incluye también a su conyúge, hijos y familiares cercanos.

En realidad el llamado ''permiso de salida'' es una categoría castrista
legal. No se asombre. Es en efecto, ''legal'', porque el derecho a la
libertad de movimiento, a la libre circulación, no está reconocido en la
Constitución vigente. El Capítulo 7 de la Constitución que se refiere a
''los derechos y deberes de los ciudanos'' no dice una palabra al respecto.

Sin embargo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la
cual el Estado cubano es signatario, establece en su Artículo 13 que:

• Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su
residencia en el territorio de un Estado.

• Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del
propio, y a regresar a su país.

La dictadura castrista no reconoce esos derechos.

Recordemos que por esa misma ilegítima falta de derechos, a los cubanos
que ''emigran al exterior'' --sea por razones políticas o económicas--,
se les confiscan todos sus bienes y pertenencias. Desde la vivienda,
hasta los cacharros de cocina, pasando por los colchones y ropa de uso.

A diferencia de los emigrantes que existen en cualquier parte del mundo,
los cubanos son un tipo de emigrante sui géneris. Tienen que salir del
país con los bolsillos vacíos. Se les impone una ''salida definitiva''
del país. Se les condena, en la práctica, al destierro.

Esto es lo que hace la diferencia entre un emigrante cubano y otro de
cualquier país. Cuando un emigrante no cubano, decide regresar a vivir a
su país de origen, solo tiene que hacer las maletas y comprar su boleto
de viaje. Los cubanos no tienen ese derecho. Están condenados a vivir en
casa ajena; a adoptarla como propia. Con mucho, si ''se han portado
bien'' y no critican abiertamente a la dictadura, pueden conseguir un
permiso para visitar a sus familiares en la isla.

Lo que sorprende no es que todo esto se conozca poco fuera de Cuba; lo
que sorprende es que incluso en esta ''casa ajena'', hay hijos de la
Patria común, que se olvidan de esas realidades y equiparan --con
falaces argumentos--, a los emigrantes cubanos con el resto de los
emigrantes que se han visto obligados a salir de sus respectivos países.

¿Verdad que es sorprendente, o tiene usted otro calificativo?

http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/columnists/pablo_alfonso/14948988.htm

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