Febrero es el mes más cruel
"Una primavera es lo que yo necesito, una primavera en mi bolsillo, en 
mi vida"
Miércoles, febrero 22, 2017 |  Jorge Ángel Pérez	
LA HABANA, Cuba.- T. S. Eliot vio en abril al más cruel de los meses y 
así lo dejó escrito en el primer verso de su poema La tierra baldía. Esa 
misma estrofa de Eliot serviría luego a Cabrera Infante para dar título 
a uno de los cuentos de Así en la paz como en la guerra. Esta mañana 
alguien cambió intencionadamente el mes de uno de los versos más 
conocidos de la poesía escrita en inglés y, por carambola, la misma 
suerte le tocaría al título del cuento de Guillermo.
"Febrero es el mes más cruel", así me dijo un estudiante de la Facultad 
de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, a quien encontré 
esperando una guagua en la intersección de Cerro y Boyeros mientras yo 
paseaba con mi perro. Luego del abrazo pregunté cómo estaba. "Febrero es 
el mes más cruel". Quizá respondiendo a mi silencio se explicó; dijo que 
esperaba una guagua que lo llevara hasta la facultad, pero que realmente 
no quería ir, que le gustaría no ir nunca más.
Y muy pronto habló de las causas de su congoja, de lo terrible del día 
anterior. En medio de un sollozo me contó que estaba noviando desde 
hacía unos meses con un estudiante de ingeniería de la CUJAE, que creía 
estar enamorado, que se veían todos los días aunque fuera un rato, que 
era la primera vez en su vida que creía estar enamorado y que quiso 
hacerle algún regalo el día de los enamorados. Me aseguró que soñó con 
conseguir algún dinero para pagar un alquiler por tres horas, y poder 
desnudarse sin apuros, quería amar; amar y nada más.
Estaba harto de que tuvieran que entregarse en lugares salvajes, 
oscuros, peligrosos; pero no pudo conseguir los cinco dólares que 
tendría que pagar por la habitación, y mucho menos su novio, quien vino 
del centro de la isla para estudiar y siempre anda contando hasta el 
último de los centavos, como él. El estudiante de Letras me aseguró que 
el amor le había llegado acompañado de angustias, que lo desesperaba no 
tener un lugar donde amar a su muchacho. "¿Crees que así podremos llegar 
a algo?" Y porque me quedé callado llamó maldito a su país.
El joven se carcajeó nervioso, y volvió a la crueldad del mes, se 
explicó. Llamó iluso a Eliot. "¿Tu sabes lo que es decir que abril es 
cruel? No sé por qué un hombre que debió sufrir tantos inviernos ve 
ferocidad en la primavera. Una primavera es lo que yo necesito, una 
primavera en mi bolsillo, en mi vida": Y como si fuera poco aseguró que 
su cartera era un invierno perpetuo, que siempre estaba congelada. 
Aseguró que le gustaría trabajar en sus ratos libres, que eran muy 
pocos, pero que estaba dispuesto a sacrificarse. "¿Pero dónde trabajo, 
dime tú?" Dijo estar dispuesto a limpiar piso, a lo que fuera, pero no 
quería seguir viviendo en la indigencia, y teniendo la certeza de que no 
iba a estar mejor cuando se graduara. ¿Te imaginas qué trabajos me 
ofrecerán?
Porque me mantuve en silencio aseguró que en el mejor de los casos lo 
mandarían a trabajar a una Casa de Cultura donde revisaría la rima de 
unas décimas escritas por un montón de viejos retirados que se 
entretenían "escribiendo" para no morir de tedio, pero que también lo 
podían mandar a la Editora política que regenta el Comité Central del 
Partido Comunista a revisar mamotretos halagadores de la revolución, 
donde nunca encontraría una historia como la suya. "Me gustaría no ir 
más a la escuela". Resultaba curioso que estar enamorado llenara de 
desatino a ese muchacho cuando debía ocurrir lo contrario. Él debía 
estar feliz, pero estar enamorado se le convertía en un problema mayor. 
Unos días antes su novio fue a buscarlo a la Facultad y luego, porque no 
tenían a dónde ir, se metieron en "La Potajera", ese espacio inhóspito 
pero arbolado que está cerca de la facultad, y cuando más feliz estaban 
descubrieron que unas "locas viejas" se masturbaban deleitándose con el 
goce de ellos.
"¡No tengo a dónde ir!", dijo casi desesperado, y también que este 14 de 
febrero terminó en San Carlos de La Cabaña, sin un centavo que les 
permitiera comprar libros, "la suerte fue que no encontré títulos 
interesantes", e igual les pasó a otros compañeros que desandaban stands 
y librerías para comprar algún título con el poco dinero que tenían. 
"Mucho Armando Hart", pero yo no voy a leer sus libros, y continuó: 
"Imagina cómo van las cosas que este año le dedicaron la feria a un 
político, pero a ningún escritor."
Este muchacho, de quien no he dicho nombre ni diré, estuvo contemplando 
con su novio lo magnífico de aquella fortaleza construida en el siglo 
XVIII, y a él le contó del fusilamiento de Zenea, el poeta de quien 
declamó unos versos mientras se aferraba, quizá aterrado, a la mano de 
su novio, y "le habló al oído, en secreto", como el poeta bayamés a 
Fidelia, de los fusilamientos que inauguraron la revolución del 
cincuenta y nueve en esa fortaleza.
Luego, y tomados de la mano abandonaron la Cabaña, sin un libro, y 
decidieron, porque estaban desesperados por amarse, meterse en la playa 
del chivo; y aún aferrados uno al otro, pero sin que les diera tiempo a 
desnudarse, fueron sorprendidos por una pareja de policía que los llamó 
"maricones", y que los sacó de allí para llevarlos hasta una estación de 
policías en Cojímar.
Todo eso me contó el estudiante de Letras que tiene que pagar ahora una 
multa. Y no me quedó otra cosa que comentarle, a ese joven que tiene 
nombre pero que no revelaré, que podía considerarse dichoso. Él abrió 
los ojos, parecía molesto por mi comentario. Entonces le recordé que 
algo parecido le sucedió a Ángel, aquel librero de la Fayad Jamís hace 
un año exactamente, pero este otro no tuvo "la suerte" de que unos 
policías lo llevaran a una estación de policías. A Ángel los policías lo 
llevaron hasta medicina legal después de que fuera asesinado. Y no dudo 
que esos policías dijeran a los médicos: "A este maricón lo mataron por 
estar donde no debía". Eso le dije, y también que quizá el tenía razón 
creyendo que febrero era mucho más cruel que la temida primavera de Eliot.
Source: Febrero es el mes más cruel CubanetCubanet - 
https://www.cubanet.org/opiniones/febrero-es-el-mes-mas-cruel/
 
 
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