Viejito comunista
REINALDO ESCOBAR, La Habana | Febrero 25, 2017
Muchos de los que vivieron los primeros momentos de la Revolución 
teniendo una edad de entre 14 y veintipico de años se hicieron 
alfabetizadores, jóvenes rebeldes, milicianos, cederistas y federadas. 
Las metas se multiplicaban y subir cinco picos o caminar los 62 
kilómetros terminaba siendo credenciales de alto valor social.
Era común verlos con una pistola al cinto alardeando de sus proezas en 
Girón o en la limpia del Escambray. Era la época de las Escuelas de 
Instrucción Revolucionaria, del manual de Marxismo en el sobaco y el 
ateísmo simplificado. En aquellos prodigiosos años 60 se vivió una 
auténtica fiebre de juventud y en consecuencia apareció un prejuicio 
ideológico contra la tercera edad.
Un poeta entonces (y aún) desconocido escribiría unos encendidos versos 
bajo el provocador título de Si la vieja de enfrente tomara el poder 
donde se describía en el más puro estilo coloquial las retrógradas 
medidas que dictaría la hipotética señora, seguramente burguesa y 
resentida, en una palabra: gusana.
De hecho el calificativo de "viejo gusano" ya parecía una redundancia en 
boca de aquellos guardias rojos tropicales… Pero pasó el tiempo y 
volaron muchas auras sobre la raspadura de la Plaza de la revolución.
Una nueva generación con metas muy diferentes lanza hoy sus prejuiciosos 
dardos contra todo el que sobrepase los 70 años , pero ya no usa el 
improperio de viejo gusano sino otro diametralmente opuesto: "viejito 
comunista".
El diminutivo, como sabe todo buen lingüista, puede estar cargado de 
ternura o de desprecio. No es lo mismo decir "la abuelita" que "el 
maestrito". Y este viejito envuelto en una falsa conmiseración cae con 
su peso de menoscabo sobre la fila de jubilados que se apresta a comprar 
el diario Granma desde temprano en la mañana o sobre cualquier cabeza 
envuelta en canas siempre dispuesta a proferir alguna admonición a los 
adolescentes que salen de la secundaria con la camisa por fuera.
El destino tiene esos retorcimientos intrínsecos. Para un muchacho que 
se pasa la mayor parte del día pensando en cómo irse del país, todo el 
que dejó pasar las históricas oportunidades de abandonar la Isla 
naufragada debe ser un cómplice, cuando no un culpable de todos sus 
malestares .
Si hay un espacio para la sonrisa después de la macabra mueca de la 
muerte, aquellos "viejos gusanos" deben estarse divirtiendo de lo lindo 
ante el penoso espectáculo que ofrecen sus otrora denostadores, ya sin 
sueños de futuro, rumiando una derrota que no quieren reconocer.
Source: Viejito comunista - 
http://www.14ymedio.com/nacional/Viejito-comunista-Reinaldo_Escobar-Cuba-cubanos-ancianos-envejecimiento_0_2170582923.html
 
 
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