Antorchas para Fidel Castro, no para José Martí
ADRIANA ZAMORA | La Habana | 28 de Enero de 2017 - 13:33 CET.
Fidel Castro fue el verdadero protagonista de la Marcha de las Antorchas
de este 27 de enero que supuestamente conmemoraba el natalicio de José
Martí.
Desde el audio que presidió la marcha se dictaban las consignas: "Yo soy
Fidel, todos somos Fidel", "Fidel vive" y "Fidel es la bandera, Fidel es
Cuba entera".
Las consignas fueron acompañadas de largas parrafadas sobre el mismo
tema y sazonadas por pantallas ubicadas en esquinas estratégicas como la
de San Lázaro e Infanta que mostraban fotos de Castro.
La marcha de este 2017 mencionó a Martí en tres ocasiones, mientras que
se perdía la cuenta de las veces que se mencionó a Fidel Castro.
"¿Pero qué cosa es esto?", preguntó airado un hombre tras la valla de la
calle Infanta. "¡Qué Fidel ni Fidel! ¡Martí! ¡Martí!". Pero su voz se
perdía entre el tumulto.
La Marcha de las Antorchas es una tradición que data de 1953 desde el
homenaje de los estudiantes universitarios a Martí en su centenario.
Aunque la marcha este año tuvo más promoción que de costumbre en los
medios y parecía una convocatoria a la participación de todos, en
realidad estuvo más custodiada que nunca y ningún joven que no
perteneciera a las organizaciones estudiantiles pudo participar.
Las calles que comunican con la colina universitaria estuvieron cerradas
con vallas que impedían el acceso. Desde Aramburu se ubicaron policías y
oficiales del Ministerio del Interior en cada esquina.
Se cerraron San Lázaro, Infanta, San Miguel, Malecón, Neptuno. Quien
quisiera pasar de Centro Habana al Vedado tenía que hacerlo por Zapata,
bien lejos del desfile.
Los policías, además de impedir el paso, exigían a los transeúntes que
caminaran por la acera, que cruzaran la calle por puntos determinados y
hasta indicaban a los vecinos que se mantuvieran dentro de sus casas.
"Es la primera vez que hay tanto control", comentaba un policía a su
compañero detrás de una de las vallas. "En años anteriores se podía
pasar y participar de la marcha sin tanto problema".
Todo el recorrido del desfile estuvo custodiado por un cordón de jóvenes
estudiantes del Instituto Superior del MININT (Ministerio del Interior)
y algunos se mostraban aún más intransigentes que los oficiales ante
cualquier persona que se quisiera acercar.
"No puede pararse aquí ni para tirar fotos", decía uno en Neptuno a las
personas que intentaban acercar sus celulares para grabar.
A una cuadra de la colina, por San Lázaro, los policías tras la valla se
mostraban nerviosos. Daban órdenes contradictorias a los espectadores y
no paraban de moverse de un lado a otro sin concierto.
Uno de ellos, incluso, golpeó el móvil de un muchacho que lo grababa
mientras ordenaba a otros que caminaran por la acera.
"No puedes filmar a la autoridad", dijo.
"Están asustados de que alguien grite cualquier cosa que no esté en el
guion", se burlaban algunos. "Creen que la marcha se les puede virar si
se descuidan".
Además de las loas a Fidel, la marcha tuvo un propósito claro: "Vamos a
demostrarle al mundo que la juventud cubana es una juventud conforme",
gritaban a toda voz por el audio del desfile, para que no quedara duda.
Para demostrar que la diversidad de criterio existe, un grupo de
estudiantes se salió de lo previsto y por iniciativa propia comenzó a
corear: "¡Que siga! ¡Que la marcha siga! ¡Yo quiero bebida!".
Cerca de ellos, un grupo del Partido Comunista de Brasil desplegó sus
banderas mientras decían "¡Fora Temer!".
Al final del recorrido llegó la mitad de los estudiantes que lo
iniciaron. Ya antes de que el desfile doblara por Infanta hacia la
Fragua Martiana se podían ver trozos de antorchas humeantes en el medio
de la calle.
Los estudiantes de preuniversitario habían logrado con chiflidos que les
abrieran la valla de la calle O y se dispersaban.
Los estudiantes de la CUJAE (Ciudad Universitaria José Antonio
Echeverría), portadores de las banderas, sí llegaron hasta el final,
para ubicarlas todas recostadas en un balcón como si fuera una
instalación de algún artista plástico.
En Malecón esperaban los bomberos con unos contenedores metálicos para
depositar las antorchas y apagarlas con manguera.
"Nosotros apagamos las antorchas que llegan aquí. Las que dejaron
tiradas en la calle no son asunto nuestro", comentó uno de ellos.
Con el Malecón lleno de gente, aparecieron los vendedores de chucherías,
caramelos, rositas de maíz, maní.
Algunos estudiantes se sentaron en el contén a descansar, otros subieron
por la calle 23 para presenciar una bronca "con cuchillo y todo", según
comentaban.
La mayoría caminó en busca de la guagua que los llevaría a casa, tarea
difícil, pues todas estaban desviadas por el cierre de las calles.
Poco a poco la multitud se fue dispersando. La marcha se acabó. Hasta el
27 de enero del año que viene.
A ver si en 2018 Martí tiene mejor suerte y se la dedican a él.
Source: Antorchas para Fidel Castro, no para José Martí | Diario de Cuba
- http://www.diariodecuba.com/cuba/1485606788_28498.html
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