¿La religión en la enseñanza y los medios de comunicación?
La Iglesia Católica cubana ha pedido a los Castro insertarse en las
escuelas y los medios
Martes, noviembre 22, 2016 | Alberto Roteta Dorado
FORT PIERCE, Estados Unidos.- Por estos días la Iglesia Católica ocupa
la preferencia en los medios de comunicación. La reciente entrevista al
papa Francisco en el diario italiano La República causó sensación tras
su afirmación acerca de la comunión de pensamiento entre comunistas y
cristianos.
Por otra parte, su intervención para lograr una aproximación mediante un
diálogo entre la oposición y el gobierno venezolano, ha sido motivo de
sendos comentarios, y más recientemente su liberalidad respecto de
concederle facultades a los sacerdotes para perdonar el aborto, está
provocando la admiración de unos y el rechazo de otros.
Pero no solo es noticia el sumo pontífice, sino que el nuevo arzobispo
de La Habana, Monseñor Juan de la Caridad García, acaba de declarar a la
revista "Palabra Nueva", que la iglesia necesita insertarse más en la
vida de los cubanos a través de la enseñanza educacional y de espacios
en los medios de comunicación.
Esta idea en otro país no tendría ninguna trascendencia, pero tratándose
de Cuba adquiere una connotación especial, dado el rechazo del régimen
comunista hacia la religión cristiana y de manera especial contra el
catolicismo, al que siempre han visto como una amenaza por su firme
postura apartada de toda posibilidad de aliarse al comunismo.
¿Estará dispuesto el régimen a aceptar la presencia de una enseñanza
religiosa en colegios dirigidos y administrados por las autoridades de
la Iglesia Católica como era antes de 1959 conjuntamente con la
enseñanza pública, la que fue declarada como atea y que ha mantenido el
gobierno por más de medio siglo?
Si la Iglesia Católica se inserta en la educación cubana de manera
oficial el régimen pierde parte de su dominio sobre todos los educandos
cubanos, lo que implica que el adoctrinamiento a que son sometidos desde
etapas muy tempranas de la vida —entre los cuatro y cinco años que se
inicia la educación pre-escolar hasta los veintitrés o veinticuatro años
que se culmina la universidad, lo que significa alrededor de veinte años
de imposición del comunismo, del materialismo y del marxismo— deje de
tener un carácter absoluto para ceder parte de sus niños y jóvenes a una
nueva modalidad de enseñanza, la que ellos suprimieron hace ya más de
medio siglo.
En 1961 con la declaración del carácter socialista de la revolución
cubana el dictador Fidel Castro cambiaba no solo el sistema social y el
modelo económico de los cubanos; sino que imponía un modo único de poder
interpretar el sentido de nuestra existencia y el devenir histórico de
todos los acontecimientos que tienen lugar en torno al hombre. La
Filosofía Marxista-Leninista pasaría a ser la forma oficial del
pensamiento especulativo que de manera única tendría que prevalecer en
nuestra enseñanza.
La imposición de una nueva asignatura hacia el final de la enseñanza
secundaria llegaba para quedarse a la fuerza, lo que causaba el terror
de los estudiantes en plena adolescencia. El Marxismo como disciplina
tenía su espacio a partir del noveno grado –entre los catorce y quince
años- manteniéndose durante la etapa de bachillerato y de manera
obligatoria en los dos primeros cursos de la universidad, es decir,
durante cuatro semestres.
En el presente como consecuencia de la llamada crisis del Marxismo -modo
de no darse por vencidos por su total derrota-, luego del fracaso del
socialismo en la URSS y la Europa Oriental, y ante el rechazo masivo del
estudiantado hacia la filosofía marxista, no les quedó otra opción que
hacer ciertas modificaciones para ofrecerle un sentido más práctico y
acercarlo al perfil de cada carrera; aunque sin cambiar los preceptos,
que a modo de estrictos cánones, constituyen los fundamentos marxistas.
De esta forma se limita el pensamiento de los jóvenes, los que se ven
obligados a repetir las absurdas propuestas de una corriente de
pensamiento que ya solo es parte de un arsenal museable junto a su
eterno aliado, el socialismo.
No obstante, una cosa es aceptar ciertas reformas de carácter teórico en
la enseñanza de una asignatura y otra –por cierto, muy distante- es
admitir que la Iglesia Católica se inserte, aunque solo sea en un sector
limitado de la población cubana, con un tipo de enseñanza que contradice
por completo al marxismo.
No hemos de anticiparnos, las palabras del arzobispo han sido solo un
comentario a una revista que promueve la propia iglesia, no se trata de
una solicitud oficial al gobierno cubano. Si gran parte de la población
quiere o no la enseñanza religiosa para sus hijos en el actual contexto
social y político cubano, eso no es de interés para la dictadura.
También los padres quisieran que sus hijos desayunaran antes de ir a sus
escuelas, o que los ancianos tuvieran una buena alimentación, y el
gobierno jamás los ha escuchado.
Estamos en un difícil y contradictorio momento en el que el papa parece
asumir enseñanzas marxistas: "El pueblo, los pobres que tienen fe en el
Dios trascendente son los que tienen que ayudar a lograr la igualdad y
la libertad", y el arzobispo cubano se pronunció por un socialismo
próspero, así que no hemos de extrañarnos que el viejo general admita
ciertas libertades en la enseñanza educacional cubana, y que el líder
religioso predique las bondades del socialismo del siglo XXI proclamadas
por Chávez.
Si difícil será el tema de la inserción de la iglesia en la enseñanza,
más lo será la idea de contar con espacios en los medios de
comunicación. Como todos conocen, estos están en manos del régimen y
solo responden a sus intereses. Todo lo que se transmite a través de la
radio y la televisión, y lo que se publica en la prensa escrita impresa
y ahora en sus modalidades digitales, es supervisado y sometido a un
proceso de revisión, con el que se suprime todo aquello que pudiera
resultar nocivo o dudoso para el régimen. Esto nos da la medida de los
trabas que tendrá que enfrentar la iglesia, si es que algún día se le
ofrece la posibilidad de disponer de emisoras radiales y canales
televisivos como en el resto del mundo.
El deterioro de los valores y virtudes que resultan patentes en una
considerable parte de los cubanos actuales, es el resultado de la
imposición de un modelo de hombre nuevo que se apartaba de la
concepción del cubano anterior a 1959 caracterizado por sus buenas
costumbres y modales, su decencia, su medida, su sentido de la
honestidad, su disciplina en el trabajo, y también su religiosidad.
Tal vez el lado ético y moral del Cristianismo, a través de la enseñanza
y los medios, pueda enmendar el daño provocado a través de los años, y
ese engendro, mezcla de maldad y rebeldía, de ateísmo y oscurantismo, de
incultura y obscenidad, de prepotencia y egocentrismo, que el mítico
guerrillero proclamara como hombre nuevo, pueda redimirse a través del
mensaje de aquel que desde la humildad enseñó el perdón y la
reconciliación entre los hombres, pilares sobre los que se erigió una de
las grandes religiones del mundo.
Source: ¿La religión en la enseñanza y los medios de comunicación? |
Cubanet -
https://www.cubanet.org/colaboradores/la-religion-en-la-ensenanza-y-los-medios-de-comunicacion/
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