Breve balance de las violaciones a los derechos humanos en Cuba, 2016
Las condiciones de hacinamiento en las cárceles cubanas, la comida 
infecta y los tratos degradantes han sido denunciadas por las víctimas y 
sus familiares a lo largo de todo el año
Marlene Azor Hernández, Ciudad de México | 30/12/2016 5:29 pm
Enero comenzó con la quema de la Declaración Universal de los Derechos 
Humanos a manos de niños y adolescentes, conducidos a participar en un 
"acto de repudio" contra las Damas de Blanco. El Gobierno cubano viola 
el Convenio Internacional sobre los Derechos del Niño de la ONU, al 
conducirles a observar la violencia y al orientarles quemar la 
Declaración Universal de los Derechos Humanos. Lejos de protegerlos de 
los maltratos, los incita a la violencia.
El aumento de la represión durante 2016, me hizo constatar la violación 
por parte del Gobierno cubano de la Convención contra la tortura de la 
ONU. Los arrestos son ilegales, la policía y los órganos de la seguridad 
del Estado no presentan sus datos de nombres y apellidos y número 
profesional registrado policial o de la seguridad del Estado, no existen 
órdenes de arrestos, no se saben las causas de los arrestos y pueden 
pasar 10 meses de cárcel sin ser encausados.
El Gobierno cubano viola la Convención de la tortura porque no permite 
la llamada telefónica inmediata al arresto para avisar a sus familiares, 
no atiende al arrestado en sus necesidades médicas, no permite un 
abogado al arrestado desde el inicio de su arresto, y no existe 
mecanismo para apelar la decisión del arresto arbitrario. El Gobierno 
cubano viola la Convención contra la tortura porque no incorpora el 
término a su legislación penal ni la definición de los maltratos y 
agresiones físicas y psicológicas. No castiga los maltratos, 
humillaciones y agresiones por parte de las autoridades y permite y 
orienta las golpizas, malos tratos, celdas de aislamiento y regímenes 
penitenciarios arbitrarios de aislamiento con total impunidad.
Las condiciones de hacinamiento en las cárceles cubanas, la comida 
infecta y los tratos degradantes han sido denunciadas por las víctimas y 
sus familiares a lo largo de todo el año. Los allanamientos a las casas 
de los opositores continúan siendo ilegales, no hay orden de registro, 
se violentan las casas, delante de los niños y jóvenes de la familia, 
las autoridades roban los instrumentos de trabajo, bienes y dinero y no 
existe ninguna institución adónde apelar. La violencia estatal no tiene 
ningún sistema de apelación. El Gobierno cubano viola los derechos 
civiles de la ciudadanía.
En el año 2016 he conocido al menos ocho profesionales expulsados de su 
trabajo, que acuden a los tribunales laborales y no logran su 
restitución al puesto de trabajo por la arbitrariedad de estos órganos 
subordinados al PCC y a la administración. En Cuba no existe 
indemnización para las víctimas de los atropellos del estado ni órganos 
independientes adónde apelar las decisiones arbitrarias de los 
funcionarios públicos.
El nuevo Código de la Familia sigue engavetado desde 1997 y no se ha 
discutido ni aprobado por el parlamento. El Código vigente delimita la 
adultez a los 16 años, cuando la Convención del niño de la ONU la sitúa 
a la edad de 18 años. Por lo tanto, las medidas correccionales a los 
adolescentes entre 16 y 18 años no deberían existir con la categoría de 
adultos, tampoco mezclarse en los centros correccionales adolescentes 
con adultos como sucede en Cuba.
La figura del castigo corporal no está en el Código anterior y deja 
margen para los castigos corporales en la violencia intrafamiliar e 
institucional contra los niños y las mujeres. No existe en la 
legislación penal el delito de femicidio, y Mariela Castro proclama que 
en el país no existe ese delito. Sin embargo, las investigadoras de la 
temática en Cuba no logran llegar a todos los expedientes en Medicina 
Legal porque el delito no está tipificado y porque está prohibido el 
acceso a la información y la difusión de la problemática en la opinión 
pública del país. Las estadísticas muestran las muertes de las mujeres 
sin discriminar el delito de femicidio y las féminas seguimos sin 
protección frente a la violencia. El Gobierno cubano alude a un problema 
"cultural" como mismo argumentan los gobiernos africanos frente a la 
violencia de la ablación.
Así he visto durante 2016 incrementarse las denuncias de la violencia 
contra las mujeres y no existe en Cuba refugios para las víctimas de la 
violencia familiar, los policías no toman las denuncias porque eso "es 
un asunto de pareja" en el cual no se involucran, (sobre todo si son 
militares los que golpean) y no existen medidas de control de proximidad 
entre víctimas y victimarios. El Gobierno practica "la política del 
avestruz" frente a la violencia intrafamiliar contra niños y mujeres. 
Así se viola la Convención contra la discriminación de la mujer de la 
ONU y la Convención sobre los Derechos del niño de la ONU. ¿Deben los 
niños y adolescentes de los opositores presenciar los actos de 
vandalismo y brutalidad de las autoridades contra sus padres y 
familiares? ¿Es correcto el arresto, las golpizas, los insultos a las 
Damas de Blanco cada domingo?
Todos estos hechos violan las convenciones que he citado ratificadas por 
Cuba en Naciones Unidas. Este año he aprendido que es una enorme 
violación al respeto de la comunidad internacional y al pueblo cubano 
que el Gobierno de Cuba sea miembro del Consejo de Derechos Humanos en 
la ONU.
El Gobierno de Cuba viola asimismo la Convención contra la 
discriminación racial de la ONU, siendo un Estado parte. El tema, si es 
tratado en la opinión pública, tiene la prohibición desde el léxico 
hasta el contenido. El Gobierno cubano permite que la discriminación 
racial sea tratada "como rezagos culturales del pasado" y obvia la 
desigualdad sociológica real de la discriminación racial en Cuba. No 
permite un Observatorio Nacional contra la discriminación racial, no 
permite la discusión de las desigualdades sociológicas por cuestiones 
raciales y no elabora políticas públicas que eliminen la discriminación 
racial de facto en Cuba. Este es otro tema tabú en la opinión pública 
nacional.
He constatado en este año 2016, que el Gobierno cubano viola derechos 
laborales y económicos elementales a los trabajadores cubanos. No existe 
en Cuba el derecho a huelga y cuando esta ocurre es reprimida por la 
policía y los órganos de la seguridad del estado: tabacaleros, 
carretilleros, bicitaxistas e intermediarios agropecuarios, han sido 
arrestados, multados y decomisado sus productos sin que exista una 
legislación que respalde a los agredidos sino "las orientaciones" de 
campañas improvisadas y aplicadas con total discrecionalidad contra los 
supuestos transgresores. He visto, en este año 2016, que el salario 
mínimo sigue siendo paupérrimo y que el salario medio es al menos tres 
veces por debajo de una canasta mínima individual de alimentos y 
productos de aseo personal. Castigar a los trabajadores con un salario 
que no les permite resolver sus necesidades más elementales, obliga a la 
ilegalidad y convierte el trabajo en un ingreso inviable para sobrevivir.
En Cuba el trabajo no es libre. Los profesionales no pueden ejercer sus 
profesiones en el sector no estatal y todos los trabajadores de servicio 
al exterior, y los contratados en empresas mixtas, son seleccionados por 
empresas estatales parasitarias que se quedan entre el 80 % y el 96 % 
del salario de los seleccionados. En Cuba no existe la libertad 
sindical, los sindicalistas independientes corren la misma suerte que 
los opositores: son sistemáticamente reprimidos. El Gobierno cubano 
impone impuestos a los salarios a partir de los 500 pesos, aunque muchos 
trabajadores del sector de la salud y la educación no lleguen a cobrar 
un salario de esta cuantía. De todas formas, el Gobierno impone un 
impuesto a la seguridad social a todos los trabajadores del sistema 
presupuestario tengan salarios inferiores los 500 pesos, monto que 
representa la tercera parte de lo que necesitarían para alimentarse y 
asearse en el mes.
Por todo lo anterior, el Gobierno cubano viola los derechos económicos y 
laborales de los trabajadores, siendo un Estado parte en los Convenios 
de OIT, parte de la ONU, y ni siquiera publica los niveles de pobreza 
creciente en el país. Este es otro tema tabú en la opinión pública nacional.
El Gobierno cubano viola los derechos sociales de los ciudadanos cubanos 
al no garantizar ni vivienda adecuada, ni satisfacer la demanda de 
materiales de la construcción, ni lograr el acceso al agua potable de 
manera estable y por el sistema de acueductos, al mantener salarios 
paupérrimos a los maestros y profesores, al no mantener la 
infraestructura imprescindible en los hospitales y escuelas, otorgar 
subsidios irrisorios y mantener pensiones paupérrimas. El Gobierno 
cubano ha dejado en la indefensión a gran parte de la población más 
vulnerable a partir de 2008.
He conocido por las víctimas de este desamparo los casos que han sido 
excluidos de la seguridad social, "porque alguien en la familia 
trabaja". Pero el subsidio y las pensiones en sí mismas, son tan 
miserables, que constituyen una burla a la población. Sin embargo, las 
FAR y el MININT cuentan con un sistema de seguridad social, separado del 
resto de la población, muy generoso que les permite pensiones muy 
superiores, y retirarse a edades tempranas, siendo su función pública 
más evidente, la represión en el país y el cuidado de las fronteras.
El Gobierno cubano viola los derechos culturales de la población al 
mantener la mordaza, la represión, y la expulsión contra toda creación 
cultural que no sea del agrado de las autoridades del país. Así de 
arbitrario. No existe una ley que proteja a los creadores de las 
arbitrariedades del Estado. El caso de las Ciencias Sociales es 
dramático. La mordaza, censura y prohibición al acceso a la información 
y la prohibición de las investigaciones sobre todos los problemas 
sociales, económicos, civiles y políticos del país, hace cuestionarse a 
la ONU y a la ciudadanía cubana, ¿Por qué el Gobierno cubano se niega a 
monitorear el incumplimiento de los derechos económicos, sociales, 
culturales, civiles y políticos en Cuba?
En este año que termina, yo como ciudadana cubana he aprendido que no 
tengo derechos de ningún tipo en mi país, en tanto ningún derecho es 
reivindicable ni justiciable en Cuba. Los ciudadanos cubanos estamos 
sometidos a la más alta arbitrariedad de un Estado que viola nuestros 
derechos y no crea las condiciones para poder reivindicarlos, tampoco 
para llevar las violaciones a los tribunales, penalizar a los 
responsables y recibir indemnización frente a la arbitrariedad de los 
propios funcionarios públicos sean civiles o militares.
Source: Breve balance de las violaciones a los derechos humanos en Cuba, 
2016 - Artículos - Cuba - Cuba Encuentro - 
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/breve-balance-de-las-violaciones-a-los-derechos-humanos-en-cuba-2016-328212
 
 
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