La ruta del dinero Odebrecht-GAESA
PABLO PASCUAL MÉNDEZ PIÑA | La Habana | 31 de Diciembre de 2016 - 08:17 
CET.
Todos los hombres del Presidente es el título de la película que narró 
en 1976 los detalles del escándalo Watergate, cuyo desenlace fue la 
dimisión del entonces mandatario estadounidense Richard Nixon.  El 
bullicio destapado en las páginas  de The Washington Post a través de 
los periodistas Bob Woodward y Carl Bernstein ―representados por Robert 
Redford y Dustin Hoffman en el filme― expuso los acontecimientos que 
orbitaron en torno a los soplos de "Garganta Profunda", el informante. 
  En una de las escenas del filme, este encomendó a Woodward desde las 
sombras que ocultaban su identidad: "Sigue la ruta del dinero".
Una y otra vez,  husmear la ruta del dinero es el dogma o la pista más 
recomendable para desenmascarar a testaferros, empresas fantasmas y 
paraísos fiscales manejados por el crimen organizado para travestir sus 
fechorías. Pero exponer a la opinión pública las posibles 
irregularidades de la sociedad  Odebrecht-GAESA en Cuba, requiere 
hackear los archivos de la cúpula militar, condición que precisa 
reconocer que el periodismo independiente en la Isla no dispone de los 
medios, las libertades ni el apoyo necesario para acometer tal 
investigación.
Tras el descorche de la batahola corrupta conocida por Operación Lava 
Jato, que aún salpica a un sinnúmero de políticos y empresarios 
brasileños, seguir la ruta del dinero en Cuba es lo mismo que 
estrellarse contra las alambradas perimetrales de la Zona Especial de 
Desarrollo del Mariel (ZEDM) y las bayonetas de los guardianes de las 
instituciones militares, so pena de ir a parar a los calabozos de la 
policía política para cumplimentar una larga pena.
Lo cierto es que después de que el poder judicial brasileño ordenara 
desclasificar el contrato del megapuerto del Mariel y congelara en 
Latinoamérica las operaciones de  financiamiento del Banco Nacional de 
Desenvolvimento Económico e Social (BNDES) a la trasnacional 
constructora Odebrecht, el régimen cubano se ha metido la lengua en el 
bolsillo, mientras otros gobiernos y medios informativos del área ―por 
ejemplo, Ecuador y Perú― han reaccionado y puesto en marcha un proceso 
de investigación sobre las actividades de la citada empresa en sus 
respectivos países. Y en el momento de redactar esta nota ya el Gobierno 
peruano había prohibido las licitaciones con Odebrecht.
La particularidad del caso cubano es que Odebrecht embarra de pies a 
cabeza a GAESA, el consorcio militar que controla el 80% de la economía 
cubana con la debida patente de corso para mantener en secreto el 
destino y empleo del dinero que controla, puesto que el actual 
presidente general Raúl Castro es su comandante en jefe.
El Ministerio de la Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR), quizás "la 
institución más prestigiosa de Cuba" por su bagaje de misiones 
internacionalistas e intervenciones en los rubros económicos más 
importantes, cae pesadamente en la lista de los sospechosos, al no 
aclarar ante los medios su complicidad o no en las corruptelas 
denunciadas por Lava Jato.
Desde el kilómetro cero de la ruta del dinero
Nueve meses después de la inauguración del puerto del Mariel por los 
presidentes Dilma Rousseff y Raúl Castro en el marco de la segunda 
cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) 
celebrada en la Habana, el portal brasileño Spotbnicks publicaba un 
artículo de Felippe Hermes titulado: "20 0bras que o BNDES financiou em 
outros países".
Hermes manifestaba su inquietud ante los graves problemas de 
infraestructuras que sufría Brasil, mientras BNDES con un tesoro que 
abarcaba el 8,4% del PBI del gigante sudamericano financiaba obras en 
otros países del área. Asimismo ejemplificó 20 proyectos 
multimillonarios de los cuales el 50% eran ejecutados por la 
constructora Odebrecht.
La relación fue encabezada por el megapuerto del Mariel, valorado en 957 
millones de dólares, de los cuales BNDES aportó 682 millones. Como dato 
curioso ―según el artículo― el Gobierno ecuatoriano cuestionó y expulsó 
del país a la constructora Odebrecht a causa de los defectos encontrados 
en la ejecución de la hidroeléctrica de San Francisco y, amenazó con no 
pagar a BNDES un crédito de 243 millones de dólares.
Por otra parte, el diputado por el Partido Social Demócrata (PSDB/SP) 
Vanderlei Macris, manifestaba su preocupación por la concesión desde el 
2009 (durante la presidencia de Lula da Silva) de una serie de 
empréstitos a Cuba, Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Perú, Argentina, 
Colombia, Panamá, Uruguay y Mozambique.
Odebrecht aclaró entonces a Macris que, en el caso cubano, el 
financiamiento de BNDES iba a parar directamente a las manos del 
Gobierno de la isla como crédito de exportación, a gastar 
obligatoriamente en la compra y financiamiento de productos y servicios 
brasileños.  La justificación del Gobierno brasileño es que esta 
negociación con el régimen cubano tenía la etiqueta "ganar-ganar", 
puesto que la inversión solo permitía la adquisición de insumos brasileños.
En la lista de desembolsos de BNDES en Cuba se destaca una serie de 
obras ejecutadas por Odebrecht, entre ellas: la mecanización azucarera; 
la recolección de arroz; proyectos de turismo; compra de vehículos y 
financiamiento para la industria farmacéutica, con un monto total de 252 
millones de dólares. Más tarde el ministro brasileño de Desarrollo, 
Industria y Comercio, Fernando Pimentel, anunció la liberación de 173 
millones de dólares por parte de BNDES para financiar la ampliación y 
remodelación de cinco aeropuertos en Cuba.
A los 682 millones de dólares destinados a la construcción del 
megapuerto se sumaron otros 290 millones de créditos anunciado por la 
presidenta Dilma Rousseff durante la ceremonia de inauguración de la 
Terminal de Contenedores del Mariel (TCM), con destino a la 
infraestructura de la ZEDM, elevando así la inversión brasileña en el 
Mariel al guarismo de 972 millones de dólares.
En un trabajo de investigación publicado en este diario fueron 
comparados los volúmenes constructivos y equipamientos de la terminal de 
contenedores del Mariel y las variables del plan maestro del megapuerto 
de Moín-Limón en Costa Rica, cuyos resultados exacerbaron la sospechas 
de un conservador sobrecosto de 400 millones de dólares en la 
construcción de la TCM.
El clímax de este thriller es que la TCM solo puede realizar operaciones 
simultaneas de carga-descarga a dos barcos de bajo porte y sus áreas 
apenas superan la superficie de la ya desactivada Terminal de 
Contenedores de la Habana (TCH), que fue construida a un discreto costo 
de 40 millones de dólares. Por igual está demostrado oficialmente que no 
hay calado en la bahía para recibir buques de la categoría neopanamax. 
Para el dragado se requiere otra inversión multimillonaria, que sumaría 
más dígitos a los 957 millones de dólares que costó su construcción. Sin 
embargo, el Estado cubano ni siquiera ha hecho un comentario al respecto 
y mantiene los detalles y costos del Plan Maestro de la TCM en régimen 
de top secret.
Si al periodista Felippe Hermes le preocupaba que el BNDES, un banco 
concebido como bolsa familiar se transformara en motor de desigualdad 
que quitaba a los pobres para dar a los ricos, a los cubanos debería 
preocuparnos que El Mariel haya sido un pésimo negocio y que los 400 
millones de sobrecosto por un puerto relativamente inservible engrose 
varias cuentas en un paraíso fiscal. Pero para sacar a la luz las 
probables irregularidades de la sociedad Odebrecht-GAESA siguiendo la 
ruta del dinero necesitamos un Woodward, un Bernstein, algún "Garganta 
Profunda" y un sagaz hacker que penetre los archivos secretos del MINFAR.
Vale reconocer  que ante el posible destape de un escándalo las 
garantías de dimitir de un dictador como Raúl Castro son nulas. Muy al 
contrario, es más probable que se le colme de elogios en el seno de la 
Asamblea General de las Naciones Unidas.
Source: La ruta del dinero Odebrecht-GAESA | Diario de Cuba - 
http://www.diariodecuba.com/cuba/1483051256_27761.html
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