"El hombre nuevo"
Jueves, Marzo 21, 2013 | Por Lucas Garve
LA HABANA, Cuba, marzo, www.cubanet.org -Aún guardo en mi memoria la
paliza que un padre propinó a su hijo adolescente, de unos 12 ó 14
años, a la salida de la escuela secundaria donde estudiaba, porque había
recibido quejas de mal comportamiento del estudiante en el centro
escolar. Conservo la vergüenza que sentí ante tal maltrato, porque
además ninguno de los observadores, ni los propios maestros, salieron a
defender al niño o a criticar la actitud desaforada del padre. Cuando
levanté la voz para que se interrumpiera el hecho abusivo, la respuesta
que obtuve fue que el torturador era el padre, así que ninguna otra
persona tenía derecho a intervenir.
En Cuba, estos actos de violencia intrafamiliar no solamente se producen
en el interior del hogar; también suceden a diario en las calles. La
violencia social deja huellas en la personalidad de los niños y suele
marcar la adolescencia. Ahora lo muestran en pantalla dos cortometrajes
de jóvenes realizadores.
No es el camino, (2012), de Eric Corvalán, y Camionero, (2012), de
Sebastián Miló, dan visibilidad al tema de la violencia en la sociedad
cubana. En estos dos audiovisuales, los realizadores se acercaron al
maltrato infantil, en el primero de ellos, y, en el segundo, a la
violencia adolescente en los internados de enseñanza secundaria y
preuniversitaria en el campo, escuelas enclavadas en zonas rurales que,
desde los años 70 y durante unos 30 años, albergaron a la mayoría de los
jóvenes estudiantes cubanos.
El realizador Eric Corvalán asume en su obra que hay violencia
intrafamiliar, padecida por los niños de diferentes maneras, sea física,
sicológica, sexual. También denuncia que el maltrato a los niños se
produce impunemente hasta en plena calle y casi siempre son los padres
quienes lo infligen, a pesar de que en Cuba haya instituciones que
trabajan para eliminar la sádica costumbre de golpear a los niños como
método educativo.
Resulta impensable que la respuesta violenta a malas conductas o
comportamiento ocasional de un niño se establezca todavía como correctivo.
Camionero, de Sebastián Miló, está inspirado en un cuento de Yomar
González. En la cinta se aborda la violencia de pandillas reales, que
existieron en los recintos de los internados de secundaria y
preuniversitario en el campo. La intolerancia hacia quienes no
proyectaban una personalidad definida por los cánones machistas, así
como la no aceptación de la diferencia, acentúan el mensaje que muestra
el filme acerca de la lacerante situación que provoca el desenlace final
(por suicidio) de una víctima de aquellos atropellos.
La indiferencia de los funcionarios institucionales es abordada en el
corto, así como escenas de violencia física y sexual, en este último
caso entre profesores y alumnas. Además, la actitud ineficaz de las
autoridades policiales, cuando la violencia desata la respuesta violenta
de otro estudiante que se rebela contra los abusos y contra la agresión
directa sufrida por él, asesinando a los agresores.
Durante muchos años, el plan de estudio y trabajo agrícola La Escuela al
Campo recibió elogios del régimen, que lo presentaba como la base de
formación del "Hombre Nuevo", pues garantizaría la presencia de un
ciudadano identificado íntegramente con el socialismo cubano. Una
supuesta nueva pedagogía, que hizo que miles de estudiantes pasaran sus
años de formación personal alejados del hogar y la familia, sin que las
madres y padres ejercieran alguna influencia educativa beneficiosa en su
personalidad.
La educación, impartida por maestros improvisados que muchas veces
tenían solo algunos años más de edad que los alumnos, era incompleta
siempre y a veces hasta nociva. Los maestros mostraban en muchos casos
una educación incompleta ellos mismos.
En la actualidad existe un reclamo social en Cuba contra la violencia
social, dado el altísimo índice de hechos violentos que ocurren, aunque
no sean reflejados por los medios de comunicación estatales
(prácticamente los únicos).
Sin embargo, con los mítines de repudio y las agresiones físicas
organizadas por el régimen contra opositores pacíficos, se eleva el
nivel de violencia social. Incluso el gobierno estimula y hasta en
ocasiones obliga a jóvenes y viejos a participar activamente en estos
violentos actos represivos.
Obras como estos dos filmes tampoco son difundidas masivamente por los
medios estatales. Quedan en la trastienda social donde el régimen trata
de esconder fracasos de su sistema escolar .
De poco valen ahora los llamados a la eliminación de conductas
antisociales, generadas por el propio sistema que ahora dice querer
eliminarlas, y que además continua ejerciendo la violencia en las calles
contra cualquier opositor pacífico.
http://www.cubanet.org/articulos/%e2%80%9cel-hombre-nuevo%e2%80%9d/
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