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Saturday, March 30, 2013

Pensar la Cuba de ahorita

Pensar la Cuba de ahorita
Publicado el : 29 de marzo 2013 - 11:06 de la mañana

Cuando uno sale de Cuba, y está rodeado de extranjeros curiosos -en el
mejor de los casos, en lo que al tema respecta-, se hace redundante en
reuniones de amigos, presentaciones, charlas y hasta fiestas, la
pregunta de los 100 mil pesos para la cubanita: ¿Cómo ves el futuro de
tu país? ¿Qué va a pasar en Cuba? ¿Qué piensan los cubanos?
Por Grettel Reinoso

Como no me gusta presumir de "medium" –don que hasta ahora no he
desarrollado del todo- y mucho menos adjudicarme esa conveniente y
entusiasta primera persona del plural, me limito a hablar en singular y
responder sin pretensiones mis humildes criterios o esperanzas y en todo
caso, los de aquellos cubanos que conozco, que no son pocos, pero no son
todos.

Surgen a partir de aquí, varias reacciones: unos demandan rigor
científico en el aspecto generacional, otros me citan sus lecturas en
internet y algún que otro pasaje sobre Yoani Sánchez, las Damas de
Blanco, o alguna que otra "privileged search" en la red de redes.

Para darle un poco de "rigor científico" o más bien, empírico, a la
conversación, sin excederme en lo que está fuera del alcance de mi
experiencia vital, quiero remitirme entonces a algunos criterios que
también yo he leído en internet -porque como ya mencionara en otro post,
de alguna manera todo cubano interesado, con paciencia y con tesón, se
las arregla, casi por arte de magia, para acceder a la red-, y que,
creo, engloban el sentir de no pocos de mis congéneres, o al menos, el mío.

Si bien en Cuba experimentamos en los últimos años una cierta
"apolitización" –fenómeno que creo global, a no ser cuando las crisis
económicas hacen que algunos se "indignen", lo cual en Cuba nos hubiera
matado a todos ya de estrés-, parto de la idea de que en general
seguimos apelando a un socialismo siempre y necesariamente perfectible,
pues la opción capitalista a la cubana, lo saben sobre todo los que la
vivieron, se pinta en el mejor de los casos, al estilo Puerto Rico, y en
el peor podría pensarse en Haití.

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Dejando esto claro, y en el actual proceso de cambios y actualizaciones
que vive la Isla, en que los jóvenes debemos ser protagonistas, hago mío
los cinco "pilares" planteados por el colectivo de Laboratorio Casa Cuba
(En: Cuba soñada –Cuba posible– Cuba futura: propuestas para nuestro
porvenir inmediato), que determinan como "cruciales e irrenunciables" a
la hora de pensar y hacer el futuro inmediato del país: "abogamos por la
realización de la dignidad humana, que se concreta mediante el ejercicio
no-violento de la libertad, la igualdad y la hermandad, por la
socialización de la riqueza espiritual y material que seamos capaces de
crear, por la consecución de una democracia plena, por la búsqueda de la
mayor estabilidad en este proceso de cambios, y por el resuelto rechazo
a la intromisión de poderes extranjeros en los asuntos de Cuba".

A partir de esta suerte de declaración de principios y aspectos
generales, reproduzco entonces algunas propuestas puntuales del
Laboratorio Casa Cuba, planteadas como instrumentos para afianzar el
futuro inmediato, pensado necesariamente en colectivo, de esa República
martiana "con todos y para el bien de todos". Cito:

I. Garantizar el disfrute de los derechos civiles, familiares,
políticos, culturales, sociales, laborales y económicos.

II. Implementar mecanismos eficaces para que todo ciudadano pueda
disfrutar equitativamente de esos derechos, y para empoderar a los
sectores desfavorecidos.

III. Asegurar el derecho a una información universal que sea libre y
diversa, amplia y profunda, interactiva y crítica, sin censura ni
monopolización. En particular, es imprescindible garantizar la
transparencia de la gestión pública y el acceso masivo y participativo a
Internet.

IV. Garantizar a la multiplicidad social y política de la nación el
derecho de escoger diversas formas para auto-organizarse con el
propósito de promover sus metas, influir en la opinión y en la acción de
la sociedad, así como participar en la gestión pública.

V. Que creyentes y practicantes de las diversas religiones,
espiritualidades y cosmovisiones existentes en Cuba, puedan promover y
sentir públicamente respetadas sus identidades, y auto-organizarse en
comunidades con personalidad jurídica propia.

VI. Establecer diversos dispositivos para que la ciudadanía pueda
controlar activamente el cumplimiento de la Constitución de la
República, así como el desempeño de todas las instituciones oficiales.

VII. Procurar la mayor autonomía posible del desempeño de las instancias
locales, entendidas como espacios comunitarios, con recursos y
capacidades de decisión sobre estos, para el ejercicio del protagonismo
solidario y la soberanía ciudadana.

VIII. Cuando un problema pueda resolverse en las bases -ámbito local,
asociativo o de colectivo laboral-, las instancias superiores no deberán
intervenir en su solución; las comunidades, asociaciones, empresas y
colectivos de trabajadores han de tener la posibilidad de cooperar
libremente entre sí para solucionar conjuntamente sus problemas.

IX. Derogar todas las normas que establecen discriminaciones entre
ciudadanos según sus territorios de origen o residencia –incluyendo las
que privilegian a extranjeros por sobre los cubanos-, así como las que
proveen la posibilidad de sanciones penales para quienes no cometieron
actos criminales (peligrosidad predelictiva: el "estado peligroso" y las
"medidas de seguridad predelictiva").

X. Instaurar mecanismos de control mutuo entre las diversas funciones
públicas. Separar las funciones legislativa, ejecutiva, judicial y
electoral, así como perfilar la cooperación que debe existir entre las
mismas.

XI. Cada contribuyente debe poder participar en la elaboración y
aprobación del destino de los fondos que ingresa al erario público, así
como exigir responsabilidades sobre su uso en propósitos sociales bien
definidos.

XII. Elegir todos los cargos públicos representativos, por medio de
elecciones directas, libres, secretas, periódicas y competitivas, entre
candidatos nominados directamente por la ciudadanía.

XIII. También deberían ser electos siguiendo las reglas anteriores los
máximos cargos ejecutivos de la República y de cada localidad.

XIV. Limitar a dos periodos la permanencia en los cargos ejecutivos de
elección popular, y establecer límites de edad para tales funciones, así
como determinar la incompatibilidad de cargos a ser ejercidos por una
misma persona.

XV. Hacer efectiva la rendición de cuenta -periódica, pública e
interactiva- de todos los funcionarios públicos.

XVI. Garantizar la realización del derecho del pueblo a revocar todos
los mandatos.

XVII. Hacer el mayor uso posible del referéndum y del plebiscito, en
todos los ámbitos y dimensiones.

XVIII. Asegurar eficazmente el derecho al trabajo y las garantías
laborales; así como las libertades económicas necesarias, y subordinar
la ejecutoria económica a compromisos sociales y ambientales.

XIX. Mantener, como derecho, el acceso universal y gratuito a la salud,
mediante diversas formas sociales de organización, así como lograr una
remuneración justa que esté a la altura de tal desempeño profesional.

XX. Garantizar el acceso universal y personalizado a una educación
integral y democrática, humanista y diversa, con una remuneración justa
para sus profesionales y un involucramiento activo de maestros,
estudiantes, familiares y comunidades en la gestión de los planteles y
la definición de los programas de estudio; así como a un desarrollo
cultural libre y responsable.

XXI. Autonomía universitaria y académica, con libertad de cátedra y de
investigación, y una participación activa de todos sus actores.

XXII. Asegurar vías eficaces para garantizar la participación
equilibrada de la diáspora cubana en la vida del país.

XXIII. Todo el quehacer social debe cumplir los principios de legalidad,
justicia y supremacía constitucional. Los preceptos constitucionales
deben ser elaborados y aprobados con la participación protagónica del
pueblo.

Dejo entonces, a partir de aquí, el debate abierto a todo aquel que
quiera sumarse con sus propias propuestas e interpretaciones. Yo podría
añadir algunas cosas, aclarar otras. Reitero que no hablo en nombre de
todos los cubanos, si bien de muchos de los que conozco. No dudo que
Yoani Sánchez y otros tantos tengan puntos diferentes, pero esos ahora
mismo no me dedico a citarlos –podemos hablar de ello en otros post-,
porque, por lo general, los curiosos amigos que preguntan, ya los conocen.

Visite el blog de Grettel Reinoso: Con el Santo Claro

http://www.rnw.nl/espanol/article/pensar-la-cuba-de-ahorita

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