[13-04-2012]
René Gómez Manzano
Abogado y Periodista Independiente
(www.miscelaneasdecuba.net).- En las homilías y discursos pronunciados 
durante su reciente visita a Cuba, el papa Benedicto XVI habló de temas 
que tienen evidente actualidad en la Isla. En las circunstancias de hoy, 
la mera alusión a la necesidad de realizar cambios y respetar las 
libertades fundamentales puede ser valorada como una verdadera mención 
de la soga en casa del ahorcado.
Por supuesto, esas insinuaciones fueron hechas en forma general, 
abstracta si se quiere, como lo aconsejan el protocolo, la diplomacia, 
la buena educación y la investidura mundial del orador. Pero a los que 
critican lo que ellos califican como supuesto pecado de omisión del Sumo 
Pontífice —al no haber sido más específico y tajante en sus críticas—, 
olvidan el preludio de su viaje.
Cuando Benedicto XVI volaba hacia México, primera escala de su gira 
latinoamericana, hizo declaraciones a la prensa sobre la inviabilidad 
del marxismo en Cuba y la disposición de la Iglesia a colaborar para 
encontrar una salida sin traumas a la aplicación de esa obsoleta 
doctrina. ¿Quieren sus detractores un pronunciamiento más claro, actual 
y específico!
En ese contexto, lo más curioso de todo fue la respuesta del gobierno 
castrista. El Ministro de Relaciones Exteriores, contestando a dos 
periodistas, trató de replicar a las declaraciones del Santo Padre. Las 
manifestaciones del primer diplomático cubano, pese a lo previsible de 
las preguntas y a sus habilidades expositivas (que buena falta le hacen, 
dado el régimen que defiende), resultaron poco convincentes.
El señor Rodríguez Parrilla habló de respeto hacia las opiniones de 
otros (¡él, que representa a un sistema que si por algo se caracteriza, 
es justamente por la irreverencia y el atropello a todos sus 
conciudadanos que discrepan!), así como a la disposición de escuchar con 
atención lo que tuviese que decir el Jefe de la Iglesia Católica.
En una conversación sobre este tema, mi compañero del Grupo de los 
Cuatro, el profesor Félix Antonio Bonne Carcassés, me recordaba unas 
estrofas del poeta costumbrista de ascendencia africana (y también 
europea y asiática, ya que tocamos ese tema) Emilio Ballagas:
¿Tú no eras negro de navajazo?
¿Tú no eras negro guapo verdá?
¡Pues te espantaron tus dos galletas
Y te quedaste como si ná!
El gobierno castrista encajó la bofetada —una sola, pero bien enérgica— 
propinada por el Papa justo antes de viajar a Cuba. ¡Como cambian los 
tiempos! ¿Se imaginan cómo hubiese actuado Fidel Castro si durante la 
"era feliz" del mantengo soviético a algún sucesor de San Pedro se le 
hubiese ocurrido declarar algo semejante!
Pero reacción del gobierno cubano sí la hubo. De manera análoga a un 
bravucón de barrio, que imita al personaje del poema de Ballagas cuando 
alguien más poderoso lo ataca, y para restablecer su reputación 
erosionada se desquita de inmediato con el primer infeliz que le cae 
delante; así también las autoridades castristas, después que el Papa 
cuestionó públicamente el fundamento teórico de su obsoleto sistema en 
vísperas de su viaje, arremetieron contra sus súbditos más desvalidos.
Se extrajo de las calles a miles de pordioseros, cientos de opositores 
pacíficos fueron arrestados y a muchos más se les privó del servicio 
telefónico. Cabe suponer que Benedicto XVI, en las conversaciones 
privadas con Raúl Castro, planteara su inquietud sobre la oleada 
represiva. Al menos así lo sugieren las palabras del General Presidente 
en la despedida al visitante, pues ellas tenían las características de 
una respuesta.
Las autoridades eclesiásticas nacionales han tenido a bien no 
pronunciarse de manera pública sobre esa arremetida contra los 
disidentes y otros ciudadanos. Cabe pensar que los prelados cubanos 
consideren que, por razones tácticas, la Iglesia no deba pronunciarse al 
respecto. ¿Pero tampoco tienen que ver con las veintenas de fieles 
católicos a los que se les impidió manu militari asistir a las misas 
papales?
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=35722
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