Planificación y mercado: en torno a la Comisión 4 del Congreso
Elías Amor
Valencia 18-04-2011 - 10:48 pm.
Hasta ahora, tal vez haya sido en la Comisión 4 del congreso del PCC,
encargada de las "cuestiones de eficiencia", donde se ha profundizado
más en el paradigma del modelo económico existente en Cuba, de tan
nefastos resultados para la población.
Al abordar la problemática del comercio en la Isla, los delegados
afirmaron que "surtido, calidad y precio deben ser los elementos
fundamentales en el examen de la política para el comercio expresada en
los Lineamientos". Hasta aquí nada extraño. Parece un razonamiento
adecuado, impecable en términos económicos y extraído de un manual de
técnicas de marketing de primer curso. Sí, es cierto, cuanto mayor y más
diversificada sea la cesta de bienes y servicios que tienen a su
disposición los individuos, mayor será el bienestar de la población.
Advierto que esto es justo lo contrario de la libreta de racionamiento
instaurada por el régimen desde sus inicios, pero siempre es bueno
percatarse de los errores y plantear soluciones, aun cuando sea 51 años
después.
Pero vayamos al punto principal. El debate se intensificó en esta
Comisión 4 cuando los delegados "coincidieron en destacar el compromiso
permanente de tener en cuenta las necesidades básicas de la población, y
en consecuencia establecer prioridades para satisfacerlas". Otro
principio fundamental que nos lleva a la esencia de la economía de
mercado, es decir, los individuos se encuentran en un óptimo bienestar
cuando persiguen la satisfacción de sus necesidades y preferencias,
dados los gustos y el nivel de renta. Con estos simples indicadores, se
transmite de forma automática suficiente información para decidir qué se
quiere consumir, cuánto y cómo. La economía asigna los recursos de forma
eficiente, gracias a una "mano invisible", y se alcanza un equilibrio
oferta y demanda en todos los mercados.
Sin embargo, confirmando esa falta de credibilidad que inspira el
documento de los Lineamientos, aparecieron posiciones contrarias, al
afirmar algunos delegados que "una sociedad organizada en beneficio de
su población tiene que adoptar una economía donde prime la planificación
y no el mercado".
La cuestión es cómo salir de este pequeño lío conceptual de los
comunistas cubanos. Planificación presupone, sin lugar a dudas, aceptar
la existencia de un agente superior que tiene el poder de decidir por
los demás. Muchas de esas decisiones no suelen ser acertadas, porque es
imposible alcanzar el conocimiento de los millones y millones de
individuos, agentes, organizaciones y demás que operan de forma
simultánea en una economía. Hasta los mejores planificadores se
equivocan en sus decisiones, causando el daño sobre la población.
Moraleja, demos al mercado una oportunidad. No. Bajo ningún concepto.
Parece que por ahí no van los tiros de los comunistas nuestros, aunque
siempre hay alguien que como un Quijote del siglo XXI se enfrenta a los
viejos molinos que ya ni se mueven.
Este es el caso de Santiago Pérez, delegado por Mayabeque, que buscando
un equilibrio imposible afirmó que "establecer esa economía planificada
no quiere decir que se le dé la espalda al mercado, porque para ser
eficientes y óptimos en cada gestión estamos en el deber de estudiar los
elementos macro y microeconómicos que lo componen". Aquí es donde ya no
pude más y me quedé sin aliento.
¿Un delegado del PCC hablando de elementos macro y microeconómicos que
componen el mercado? Y yo pregunto, ¿pero sabe alguien en Cuba de qué
estamos hablando, querido Santiago? Maximizar el beneficio sometido a
restricciones, dados el nivel de renta y los gustos, ¿tiene algún
sentido actualmente en Cuba? De los gustos y preferencias, mejor darse
una vuelta por las calles de Centro Habana y ver qué sabanas con el
rostro de Mickey Mouse tienden entre las casas aledañas a las
callejuelas. Esos son los productos que quieren los cubanos.
De la renta, ¿qué podemos decir con un salario medio de 18 euros que no
alcanza para comprar una libra de carne de res de los mercados
agropecuarios? ¿Qué tipo de análisis microeconómico podemos hacer de una
economía en la que nadie, excepto los privilegiados del Partido, tiene
acceso a la propiedad privada y la acumulación de bienes? ¿Cómo se puede
establecer la relación renta ocio, fundamental para definir múltiples
equilibrios microeconómicos, cuando los salarios no dependen de la
productividad del trabajo? Y yendo más lejos aún, ¿qué sentido tiene
abordar las cuestiones macro cuando ni siquiera la CEPAL se cree los
métodos de estimación de las variables macroeconómicas en Cuba?
¿Para qué más? Los delegados tienen la solución. Uno de ellos, César
Arocha, cerró el debate en esta Comisión 4 y "reafirmó que el fundamento
medular de los lineamientos es que el Estado socialista mantiene la
propiedad de los principales medios de producción, pues ello es la
expresión de la voluntad del pueblo y la garantía de su independencia
económica", y se quedó tan tranquilo. Espero que a Santiago Pérez de
Mayabeque, muy cerca de Santiago de las Vegas, mi ciudad de origen, le
permitan seguir investigando sobre los principios micro y macro de la
economía. Ese sí que es un camino acertado, y no preocuparse por las
cocinas eléctricas. ¿No creen?
http://www.diariodecuba.com/cuba/4204-planificacion-y-mercado-en-torno-la-comision-4-del-congreso
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