Jueves 07 de Abril de 2011 09:45
Wilfredo Domínguez
Fidel anda cabizbajo y pensativo cuando Raúl se le acerca y le pregunta
qué le pasa. Preocupado, Fidel le responde: Mi hermano, si las cosas
siguen como van, nos vamos a quedar solos tú y yo. Raúl, como si hubiese
visto un fantasma, alega sobresaltado: ¿Tú y quién?
Lo único que le pediría a Raúl, si es que le da por largarse, es que se
lleve a su hermanito aunque sea con una camisa de fuerza. Eso puede ser
caro, pero no creo que falten donantes caritativos para pagar los gastos
de mantenimiento de su dilecto hermano mayor. Y, si se pone mala la cosa
con el billete, me comprometo a organizar una colecta pública.
Lamentablemente, no creo que Fidel piense seriamente en quedarse solo
dando órdenes. Por supuesto, si las cosas siguen como van, según dice
preocupado, en Cuba no van a quedar ni las hormigas. No obstante, si
esto último sucede, ya me imagino que Fidel buscará a quien joder,
aunque tenga que importar pingüinos del Polo Norte… o del Sur, ¡porque
en el Norte hay embargo!
Ahora, yo sabía de las ínfulas imperiales de Fidel, de sus ansias de
conquista interplanetaria y su extraordinaria capacidad para convertir
en mierda todo lo que toca. Lo que yo no sabía era que, según algunos
genios analistas, al vetusto comandante le ha dado ahora no sólo por
querer que los cubanos puedan viajar por la libre, sino por querer que
los americanos viajen a la isla sin restricciones. Tal cosa, en mi
opinión, ¡no se la cree ni la madre que lo parió!
La idea me parece completamente absurda por más que algunos "cerebros"
cibernéticos, periodísticos, televisivos y radiales se desgañiten
tratando de demostrar lo contrario. Ya lo dije un poco más arriba,
¡Fidel tiene de todo menos de comemierda!
No importa cuán aplicada sea la oposición en eso de exprimirse los sesos
para ver cómo convence a Fidel de que deje a todo el mundo largarse al
carajo. No va a suceder. Punto.
Además, suponiendo que el chocheo le dé a Fidel por levantar el
banderín, los futuros turistas cubanos se van a encontrar con un
obstáculo mucho mayor. Sería interesante ver cuántas visas va a
otorgarles el consulado francés a los miles de cubanos turistas recién
estrenados a los cuales les ha dado, de pronto, por "visitar" la Torre
Eiffel.
En cuanto a eso de que Raúl sigue "insistiendo" en que se levanten las
restricciones a los ciudadanos norteamericanos para que puedan viajar a
la isla cuando les venga en ganas, bueno, ese cuento se lo van a creer
en algún que otro círculo de interés pioneril y, por supuesto, en los
hospitales psiquiátricos de Miami a los que concurren ciertos
especímenes oposicionistas que aún siguen creyendo que Fidel y Raúl lo
que quieren es más billete.
A esta rara especie de oposicionistas trasnochados me gustaría
preguntarle qué se imaginan ellos que podrían hacer Fidel y Raúl para
controlar dos millones de "yumas" Rampa arriba y Rampa abajo.
Por supuesto, quisiera y pido a voz en cuello que dejen viajar a todo el
mundo a la isla, precisamente porque sé que no hay Dios en este mundo
que pueda controlar el relajo que se va a armar. Sin embargo, lo repito
por tercera vez, ¡Fidel no es tan comemierda!
Por lo demás, quisiera que los fervientes "creyentes" de cualquier
bobería que se le ocurre a Raúl me explicasen cómo diablos van a
"capturar" a los posibles Alan Gross. Quizá piensan que Fidel, con la
llegada de los turistas Yankees, va tú y puede sobornar al Correcaminos
para que trabaje para el G2.
Por último, sólo quería decir que si el título les trae confusión en
cuanto a cuál es el cuento, no es pura coincidencia.
http://www.neoclubpress.com/espectaculo/humor/1053-cuba-la-caperucita-y-los-siete-enanitos.html
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