José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - Los yanquis, con su bloqueo, 
nos han creado cada situación que le traquetea. Debido al estado de 
plaza sitiada no ha sido posible el desarrollo de las potencialidades. 
Por eso tenemos los mismos líderes  hace 51 años. Ellos son 
inteligentes, aman a la patria, están capacitados y ostentan, en gran 
cantidad, valores cívicos  y otros agregados.
El resto de los trece millones, once en la isla y dos regados por el 
mundo, no pudimos obtener esos blasones. Y aunque se diga lo que se diga 
para restarle importancia a esa cuestión, el caso es serio, porque a 
nuestros fabulosos y exquisitos líderes (¡qué suerte haberlos tenido 
durante tantos años!) la pelona les está haciendo guiños. Y no es un 
secreto que en cualquier momento les da un apasionado beso y se los 
lleva con ella. Y entonces ¿qué será  de nuestro país que no tendrá a 
nadie que lo ame con tanto fervor?
Y a nosotros, ¿quién nos guiará? Lo que nos espera es abominable. No es 
bueno ni pensar en eso. Hace años que no podemos comer carnes rojas, 
porque los yanquis no sólo bloquearon la expansión de la ganadería 
mayor, sino que, además (es la única explicación lógica), convencieron a 
muchos de esos cuadrúpedos que emigraran.
Durante siglos ha sido tradición de los países caribeños la pesca; en 
Cuba, sin embargo, no tenemos pescado por el bloqueo. Además, alguna 
rara argucia utilizaron para convencer a los peces de que no se dejaran 
atrapan  por los cubanos. Estos yanquis son terribles. Pero lo que no se 
sabe es como lograron bloquear los boniatos.
Es una heroicidad "empatarse" con un boniato. Y lo más llamativo de este 
asunto  es que antes de que tuviéramos la suerte de que  nos impusieran 
la libreta de abastecimiento,  el tubérculo se utilizaba en buena medida 
para alimentar a los cerdos
Pero donde los yanquis si botaron la pelota fue cuando endulzaron los 
mares que rodean de la isla. No se conoce ningún detalle al respecto, 
pero lo hicieron. Seguro esa tarea se la asignaron a USAID.
No tenemos sal. La sal hay que cazarla con todo tipo de "invento" para 
no  comerse la papita desabrida, poca y de mala calidad. Si también hay 
que  zampársela sin que sepa a nada, la cosa es del carajo.
Pero ya se está pensando en soluciones al respecto. Una de ellas es 
trasladar a un integrante de cada núcleo familiar mar afuera, para que 
se zambulla en agua salada. Y que al regresar a su casa se bañen los 
miembros de la familia en una palangana; luego utilizar esa agua para la 
cocción de los alimentos. La higiene no está ausente porque las 
bacterias mueren al hervir los alimentos, y a la vez la comida  queda 
con su punto de sal.
La mayor preocupación con respecto a esa idea es si esa gente va a 
querer regresar, o si deciden continuar a nado para cualquier otro lugar.
En última instancia, se puede utilizar la sal, debido a su escasez, como 
dinero. Eso ya se hizo en épocas remotas de la humanidad, y el papel que 
se utiliza para acuñar moneda ponerlo en manos de los organismos 
encargados de divulgar los éxitos de nuestro sistema social.
En esa despiadada acción de casi dejarnos sin sal, se ha descubierto que 
los imperialistas yanquis han contado con complicidad interna, que no es 
la de los mercenarios. Ellos, aunque es raro, no han tenido nada que ver 
con este asunto.
Los cómplices son los integrantes de un grupo musical integrados por 
"palestinos" (ciudadanos provenientes del interior del país) que desde 
hace dos años están gritando: "Padrino, quítame esta sal de encima".
Pero convertiremos ese nuevo revés en victoria. Si ellos (los yanquis) 
le echaron edulcorantes al agua alrededor de la isla, nosotros les 
diremos a los turistas que este es el único país del mundo donde los 
mares son dulces. Y al mismo tiempo quedará demostrado, contrariamente a 
lo que expresa la propaganda mal intencionada, que aquí no hay nadie 
"salao".
 
 
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