Una interrogante cubana
By OSCAR PEÑA
Veamos, ¿es una acción positiva que los gobiernos de Estados Unidos y
Cuba tengan conversaciones técnicas sobre inmigración, correos y otros
puntos? Solamente aclarando que es tremendamente lamentable y penoso que
Cuba, que nunca fue un país de emigrantes y que estaba antes de 1959
entre los primeros países de América Latina, y sea hoy una de las
naciones que más hijos tiene regados por el mundo, la respuesta a esa
pregunta es un sí en mayúscula. Si el lector desea lo mejor para EEUU, y
agradece sus puertas abiertas a los cubanos, tiene que estar de acuerdo
con estos encuentros entre muy diferentes gobiernos porque ello está
acorde con los mejores intereses norteamericanos. Cuba es uno de los
países vecinos que más inmigración envía hacia EEUU y es necesario para
EEUU que ese proceso sea ordenado y legal.
Si logramos poner el importante punto de vista humano por encima de los
problemas políticos y, del mismo modo que deseamos lo mejor para EEUU,
lo deseamos para el manipulado pueblo cubano de estos cincuenta años de
fidelismo, estoy seguro de que con un poco de sentido común también se
deseará por todos hoy ponerle fin --de una manera u otra-- a las miles
de lamentables e inútiles muertes de cubanos que han ocurrido en todos
estos años en el estrecho de la Florida y Cuba. Crimen del que es
culpable en primer lugar Fidel Castro y su régimen, por sus conocidas
atrocidades. Pero también muchos cubanos tenemos culpa, por optar por la
salida del país por diferentes vías. En este grave dilema cubano del
escape permanente --sólo si somos completamente honestos-- podremos
entender que todos somos culpables.
Al régimen de fuerza establecido en Cuba siempre le ha convenido que
grandes porciones del pueblo cubano se vayan de la isla, por tanto --no
de mala voluntad, sino por torpeza política y miedo verdadero y
justificado-- ha sido el pueblo en estos cincuenta años --y lo sigue
siendo-- el mejor aliado de La Habana comunista. Al mismo tiempo, la
doble moral adoptada por muchos cubanos como escudo ante los cuerpos
represivos es poco constructiva. Es muy penoso observar a un dirigente,
militante o ciudadano cubano declamando en Cuba un encendido discurso
revolucionario, y al día siguiente presente en un canal de televisión o
emisora de radio de Miami acusando al gobierno castrista.
Definitivamente lo útil y valiente es hacerlo en Cuba y dentro de las
estructuras del régimen.
También es una censurable acción de las dos partes haber limitado o
prohibido el correo regular entre los dos pueblos. El restablecimiento
del correo directo y el envío de paquetes entre Estados Unidos y Cuba,
sin terceros países ni agencias y oficinas intermediarias, ayudaría en
primer lugar a una mejor, más económica, fácil, rápida y numerosa
comunicación entre la familia cubana. Sólo eso justifica la acción.
Definitivamente consideramos que aun siendo Cuba una nación esclava, los
contactos y acuerdos que se firmen entre estos diferentes gobiernos son
saludables para el pueblo cubano. No se tenga ninguna duda: ha sido --y
es-- el gobierno de Cuba desde 1959 quien ha temido a las comunicaciones
y al contacto entre nacionales. En los primeros años de la revolución
castrista, La Habana impuso una separación forzada de la familia cubana,
pero el tiempo y los buenos sentimientos del cubano han ido eliminando
esas barreras. Hoy los cubanos podemos exclamar nuevamente que ¡somos un
solo pueblo! y que estamos ante un capítulo más en que hemos vencido la
crueldad del régimen y de algunos errados opositores. También es
saludable y positivo para todos que el gobierno de Estados Unidos
presione en estos contactos al de Cuba a cooperar contra el terrorismo,
el narcotráfico y los desastres naturales. La bondad de una parte obliga
a la otra.
Sigue pendiente en Cuba el diálogo importante: el de los nacionales.
Varias veces los adversarios hemos servido la mesa nacional y no ha
acudido el régimen. El juego moralmente está 3 a 0 a favor de la
resistencia cubana. La historia es testigo.
OSCAR PEÑA: Una interrogante cubana - Opinión - El Nuevo Herald (15 June
2009)
http://www.elnuevoherald.com/opinion/story/474970.html
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