Ningún interés tiene Cuba en la democracia y la libertad
La presente ruina de La Habana, tal como está documentada con fotos,
fílmicos y testimonios personales, es lo que con sus variantes se vio en
la Europa del Este a la caída del Muro de Berlín
Jueves, 4 de Junio de 2009
La reunión de la OEA en San Pedro Sula, Honduras, terminó sin que Cuba
aceptara integrarse al organismo. Ni Fidel ni su hermano Raúl, como lo
han declarado, tienen interés en ser parte de la OEA, y la razón de su
negativa es muy clara: al repugnante régimen no le interesa
democratizarse, no podría cumplir con la Carta de Principios de la OEA y
teme lo que puede ser una reacción terminal de los cubanos al irse
liberando de sus cadenas. La Carta Democrática de la OEA, varios de
cuyos miembros no la cumplen como es el caso de Venezuela, Nicaragua y
Ecuador, demanda no sólo la celebración de elecciones sino también el
respeto a las libertades esenciales de la persona, a la propiedad
privada y a las instituciones democráticas fundamentales como la
separación de poderes y la responsabilidad de los funcionarios.
Dos son los sempiternos argumentos del régimen cubano para resistir la
democratización: el primero, que los pueblos tienen el derecho a la
"autodeterminación", entendida esta como la potestad del dictador para
perpetuarse en el poder. El segundo, que "el pueblo ya votó" al vitorear
a Castro en su entrada triunfal a La Habana en 1959. Se vota una vez y
no se vuelve a votar con la garantía de que el voto será libre, secreto,
informado y además contado por organismos independientes y bajo
vigilancia pública.
Estuvimos suficientes veces en países bajo el comunismo o recién
liberados del yugo, para enterarnos plenamente del horror que se impone
sobre poblaciones indefensas. El primer efecto es que el tiempo se
detiene de golpe al tomar el poder la pandilla, con lo que da inicio una
cuenta regresiva a medida que va deteriorándose no sólo lo material
(edificios, carreteras, servicios públicos, fábricas, etcétera) sino
también lo moral y lo cívico. La presente ruina de La Habana, tal como
está documentada con fotos, fílmicos y testimonios personales, es lo que
con sus variantes se vio en la Europa del Este a la caída del Muro de
Berlín. Es el estado en que Allende dejó a Chile y los comunistas a
China, la miseria terrible. Literalmente hay que reconstruir desde las
bases, como nos vimos obligados a hacerlo los salvadoreños al finalizar
la agresión armada de los Ochenta y el régimen demencial de los duartistas.
Refritos de despotismos ya desaparecidos
Cuba se ha ganado el apoyo de varios regímenes por las brigadas de
"maestros y médicos" que envía a los gobiernos que las solicitan, pero
que en verdad son bandas de indoctrinadores dedicadas a sembrar la
discordia y el odio en las comunidades. A ellos se suman los expertos en
montar cuerpos represivos, sistemas de espionaje, estaciones de
monitoreo de la población y los comités de vigilancia, que le llevan
contadas las costillas a cada mujer, hombre y niño en el territorio.
Las dictaduras se sostienen con "grupos democráticos" alternos, que se
despliegan por el territorio para amedrentar a sectores y vecindarios,
como ya lo hemos sufrido en El Salvador.
Los cubanos, no inventaron nada: los métodos para indoctrinar, la
verborrea, el aparato policial, las bandas de choque vienen desde Lenin,
Hitler y Mussolini. El horror de la Alemania nazi se originó con las SS
y la juventud hitleriana, que surgían de la nada, sin aviso, aporreaban,
mataban y desaparecían. Es lo mismo que las "turbas divinas" del
sandinismo en Nicaragua.
elsalvador.com :.: Ningún interés tiene Cuba en la democracia y la
libertad (5 June 2009)
http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_opinion.asp?idCat=6342&idArt=3699694
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