Publicado el 06-06-2009
Denuncia de espionaje enfría contactos con Cuba
Redacción y servicios de Diario las Américas
Cuba no ha reaccionado a la noticia del arresto de dos presuntos espías
acusados en la tarde del viernes de espiar para el gobierno de ese país.
Estados Unidos acusó a Walter Kendall Myers, un ex funcionario del
Departamento de Estado, y a su esposa de espiar para Cuba durante casi
30 años, un caso que empaña el nuevo clima de negociacions entre La
Habana y Washington.
Un ex funcionario del Departamento de Estado y su esposa que espiaron en
favor de Cuba a lo largo de casi tres décadas fueron detenidos en
Estados Unidos, informó el gobierno norteamericano.
Walter Kendall Myers, de 72 años, conocido como "Agente 202", y su
esposa, Gwendolyn Steingraber Myers, de 71, conocida como "Agente 123" y
"Agente E-634", fueron detenidos por la Agencia Federal de
Investigaciones (FBI) el jueves, señaló el Departamento de Justicia en
un comunicado.
"La actividad clandestina, que se prolongó durante casi tres décadas, es
increíblemente grave y debería servir como advertencia a cualquier otra
persona en el gobierno de Estados Unidos", advirtió el texto.
Este caso se produce en momentos en que el régimen de La Habana desataba
una nueva campaña mundial pidiendo la libertad de cinco cubanos
convictos de espionaje en el celebre caso de la "red avispa". Otro
sonado caso de espionaje a favor de Cuba es el de la ex funcionaria del
Pentágono Ana Belén Montes quien guarda prisión al ser declarada
culpable del delito.
Las nuevas detenciones han dado argumentos nuevos a los que no quieren
un acercamiento hasta que Cuba no sea una democracia.
Los arrestos "son una razón suficiente para que la Administración
suspenda cualquier aproximación diplomática adicional al régimen,
incluyendo el aplazamiento de las conversaciones sobre migración", dijo
en un comunicado el senador republicano Mel Martínez, uno de los
representantes del ala dura del exilio cubano.
El affidávit de acusación contra los Myers incluye detalles del programa
de espionaje cubano que previsiblemente levantarán nuevas ampollas en
las relaciones entre Cuba y EEUU.
En este nuevo caso, Myers empezó a trabajar para la diplomacia
estadounidense en 1977, y al año siguiente viajó a Cuba tras recibir una
invitación de un responsable de la misión cubana en Nueva York.
Los Myers recibían sus instrucciones, como el resto de los espías
cubanos en Estados Unidos, en mensajes cifrados de radio de onda corta
en un aparato que el FBI encontró en su apartamento en Washington, según
el affidávit.
Aproximadamente seis meses después de ese viaje, los Myers recibieron de
nuevo otra visita de ese alto cargo de la misión cubana y, según la
investigación, empezaron a espiar para el gobierno de La Habana.
En 1985, este funcionario obtuvo acceso a información clasificada "top
secret", y tres años después pasó a la sección de inteligencia e
investigación del Departamento de Estado.
Su grado de acceso a información sensible fue incluso aumentado en 1999,
según el texto.
Desde 2001 hasta su jubilación en octubre de 2007 Myers fue analista
sobre temas europeos en esa sección secreta. Pero como mínimo tuvo
acceso a más de 200 informes sobre Cuba, según descubrió el FBI en la
computadora del agente.
Su esposa trabajaba en un banco local en Washington.
Ambos se empezaron a comunicar con sus enlaces cubanos dentro de Estados
Unidos mediante una radio de onda corta, según confesaron al FBI.
"Esos métodos fueron empleados por otros espías de Cuba previamente
condenados", añadió el texto.
El FBI, junto a los servicios de control internos del Departamento de
Estado, empezó a investigar al matrimonio hace tres años.
En abril de este año, agentes del FBI consiguieron convencer a la pareja
de que eran espías cubanos, y que necesitaban su ayuda para descubrir a
personal estadounidense con responsabilidades en América Latina, añadió
el texto.
En posteriores reuniones, los Myers acordaron entregar información
secreta sobre la cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago, que se
celebró del 17 al 19 de abril.
"Siempre fui cuidadoso. Habitualmente nunca sacaba documentos" del
Departamento de Estado, se ufanó Myers ante los agentes encubiertos del
FBI, según el texto.
El ex funcionario tomaba notas o aprendía de memoria la información que
quería pasar a Cuba.
Gwendolyn prefería pasar la información de forma personal en
supermercados, intercambiando los carritos de compra con los agentes de
Cuba "porque era lo más fácil", según confesó al FBI.
Myers aseguró haber recibido "montones de medallas" del gobierno cubano,
e incluso haber pasado una velada con su esposa en compañía de Fidel
Castro en 1995.
Durante años, ambos espías viajaron a América Latina asiduamente.
Myers y su esposa comparecieron el viernes ante el juez. Ambos están
acusados de conspiración en favor de un gobierno extranjero, de
espionaje y de fraude, y podrían ser condenados a un máximo de 35 años.
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