2008-03-29.
Hugo Araña, Bibliotecario y Periodista Independiente, Corresponsal en la
isla de Misceláneas de Cuba
Que una periodista defensora del régimen cubano fuera entrevistada por
ciertos alumnos de periodismo, es poco corriente en nuestro ámbito
nacional. (Diario Juventud Rebelde, domingo 16 de marzo)
Pero que esa periodista haya manifestado una serie de insatisfacciones
no solo en su caso, sino en sentido general por la que atraviesa esa
profesión en Cuba, la conclusión que podría interiorizarse es que la
labor que realizan, salvo excepciones, no es tal como nos la quieren pintar.
Juana Carrasco, poseedora junto a otros del Premio Nacional de
Periodismo 2008, entrevistada por Ricardo Ronquillo, Amaury E. del Valle
y Jesús Arencibia, llega a confesar, casi en un puro acto exorcista que,
con expresiones como las siguientes: "Hay que hablar más del país real,
donde hay cosas que cambiar", "hemos fallado también en ceder espacio
ante determinados funcionarios administrativos", "el dejar que nos
dirijan nuestro trabajo y a veces hasta nos dictan palabras", "eso es un
crimen de leso periodismo", "mucho del periodismo cubano se ha hecho a
la sombra de lo que van diciendo las instancias políticas, porque es más
cómodo", "por supuesto algunos periodistas mantienen un papel totalmente
pasivo, mediocre", resulta muy cómodo no escribir de problemas porque
así no se buscan líos con el funcionario, un ministro, ni siquiera con
el que vende viandas, o se evita que alguien le entre a pañazos".
Que esto expresado provenga de una periodista reconocida en los medios
oficiales del Gobierno, da mucho que pensar. Es decir, hay
inconformidad, desosiegos, dudas, controles rígidos para informar a un
periodista, tapujos para esconder el triunfalismo que observamos, lo
mismo en un reportaje por TV, que por radio, que en la prensa plana. Y
sin que este comentario sea exhaustivo, la Sra. Juana Carrasco ha puesto
valientemente (hay que reconocérselo) el dedo sobre la llaga.
Llaga que los que critican desde el exterior a los periodistas llamados
oficialistas cubanos de no poder decir verdades, no es tanta mentira.
Aunque también, los colegas que viven fuera de nuestras costas, exageran
en algo.
Y este comunicador piensa, reflexiona y se pregunta, ¿Qué se hubiese
pensado si esas supuestas insatisfacciones las dijera un periodista
independiente de la isla? ¿Cuál sería el ataque? ¿Cómo lo pondrían? ¿Y a
que nivel no del suelo, sino del subsuelo?
Ah, pero lo dijo Una que puede, que tiene para eso, que es intocable,
que se respeta, que se le podrá o no hacer caso, pero que ni el mismo
Rogelio Polanco, director de Juventud Rebelde pudo vetar para que no
saliera lo que apuntó con cierto grado de sinceridad.
Eso nos da la razón que en Cuba, todo depende de que lado estas hasta
para hacer la más mínima crítica por muy pequeña que sea. A pesar de que
tanto la Carrasco y Polanco, tienen un carné de identidad donde aparece
nacionalidad: cubano, que no vive en USA ni en la Antartida.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=14649
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