30-Mar-2008
Los internautas cubanos no atribuyen a una mayor apertura del Gobierno
que preside Raúl Castro la proliferación en la Isla de blogueros, foros
de debate y hasta tiendas virtuales, los cuales tienen aún que esquivar
los vetos oficiales a internet más o menos eficaces, que hacen que leer
algunos sitios sea misión imposible o requiera de mucho tiempo y dinero.
Sólo la oficial Unión de Periodistas de Cuba tiene ya más de un centenar
de webs personales de sus afiliados. Pero, además, en el ciberespacio
hay un número similar o mayor de autores independientes y críticos
cubanos, anónimos unos, e identificados con su nombre y foto otros.
De estos últimos, los pioneros son la filóloga Yoanis Sánchez y su
esposo, el periodista Reynaldo Escobar.
"El portal desdecuba.com lo compramos a través de un amigo en Alemania y
lo pagamos nosotros, nadie nos subvenciona. Nos cuesta entre 30 y 40
euros cada año", explicó Escobar a REFORMA.
"Lo abrimos en febrero de 2007 con la intención de albergar la revista
digital Consenso y otros espacios. Inmediatamente comenzaron a aparecer
los blogs. El primero fue el de Yoanis, en abril pasado. Se llama
Generación Y, trata temas de actualidad cubana y es el más popular en la
Isla", añadió.
Poco después, Escobar también creó desdeaqui.com, un blog para
reflexionar sobre temas generales isleños.
Uno de los más recientes es Potro Salvaje, donde varios autores anónimos
abordan la censura informática en la Isla. También dan la lista de las
páginas vetadas desde Cuba con programas y trucos para abrirlas, e
invitan a blogueros, informáticos, hackers y censores a descargar
software y debatir sobre las estrategias más nuevas para evadir los
filtros oficiales.
Sánchez y Escobar destacan que la proliferación de sitios con contenidos
que discrepan del discurso oficial no obedece a una mayor flexibilidad
del Gobierno de Raúl Castro. Por el contrario, opinan que las
autoridades todavía intentan poner puertas al mar para impedir esta
forma rápida de comunicación global.
"El fenómeno de los blogueros cubanos crece porque los espacios
tecnológicos conquistados son de alguna manera irreversibles. Pero
entender eso como una señal de apertura del Gobierno de Raúl es un error
de interpretación de la realidad, ya que la tolerancia hasta hoy sigue
siendo mínima", dijo Sánchez a REFORMA.
Para Escobar, en Cuba se siguen colocando dispositivos de software en
los servidores para impedir la entrada a ciertas páginas webs, o para
hacer que ésta demore mucho para descargarse. Ejemplos, explicó, son
Cubanet, Encuentros en la red y Univisión, entre otras, a las que es
prácticamente imposible acceder desde la Isla.
Según Sánchez, como usuario es difícil darse cuenta si el cierre es por
filtros (censura) o por problemas técnicos.
En un cibercafé como el del Capitolio, en la vieja Habana, una hora de
conexión cuesta 5 "cucs" (divisa local), equivalentes a más de 6
dólares, mientras que en los hoteles el precio va de 6 hasta 12 "cucs"
por hora. Oficialmente está permitida la entrada a estos lugares, pero a
Escobar y Sánchez les han negado el acceso en algunos hoteles
argumentando que es un servicio exclusivo para huéspedes.
"Es muy curioso que, después de las declaraciones enfáticas de Raúl a
favor de eliminar prohibiciones y de lo positivo de la discrepancia, aun
estemos así", comentó el bloguero, quien no obstante reconoce no haber
sido amenazado por sus publicaciones.
El acceso a internet en Cuba está reducido a los centros de estudios,
instituciones y hospitales por falta de conexión de fibra óptica, según
el Gobierno.
En los hogares sólo algunos profesionales pueden conectarse y navegar
más allá de la reducida intranet local. Sin embargo, no es raro que una
sola cuenta de internet sea utilizada por varios amigos; que se conozcan
las noticias no publicadas en medios oficiales, y que las familias
encuentren a buen precio en las tiendas digitales ropa, muebles y hasta
piezas de automóvil.
Autor: redacción
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